Capitulo 96 - El fin del prólogo okno

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Liliana, Arthur, Winston, Robert, Faila, Feyton, Adela, Preston, Miri, Tiberius, Emilia y Darla, esas eran las personas que acompañaban al grupo de Arthur seguidos por 30 mil soldados de Preston, 10 mil soldados Orlianos, las reinas, príncipes y princesas prisioneras y gran parte de los Gliderianos liberados legalmente entre ellos muchos nobles que se habían unido a la causa del rey.

Todos ellos iban con un solo objetivo. Ver cómo se le ponía fin al rey Baldric y la princesa Liliana tomaba la corona. El viaje fue silencioso y tranquilo, pero la tensión se mantuvo presente.

Liliana los lideró en todo momento, solo Arthur iba ligeramente detrás y a su lado. Aunque Arthur era la mente maestra, quien en verdad merecía estar al frente era la princesa Guerrera, Liliana Lancaster.

Sabían perfectamente que el rey estaba en la capital puesto que era ahí donde estaba su riqueza. De la misma forma en la que un dragón sin alas, garras o fuego se ocultaría junto a su oro.

Para cuándo llegaron a la capital, se encontraron con las puertas cerradas y la guarnición de la ciudad en los muros. No eran más que varios Miles de soldados, el rey se había llevado a la mayoría a la guerra.

-¡Soldados, abran la puerta! -Ordenó Liliana.

-Lo sentimos, su majestad, pero el rey nos ordenó prohibirle el paso a cualquiera que intente entrar. Son órdenes. -Respondió el capitán de la guarnición.

-¡Soldado, sino abren la puerta ahora mismo los trataremos como traidores junto al rey! ¡Serán ejecutados junto al rey por ello! ¡Por el bien de la gente inocente de la ciudad capital y por leales soldados a tu mando, te estoy pidiendo por las buenas que abras la puerta!

-¿Traición?

-¡200 mil vidas Gliderianas se perdieron por culpa del rey! ¡Gente inocente leal al reino falleció por su estupidez! ¡¿Acaso quieres que tú y tus hombres sacrifiquen sus vidas por un hombre así?! -Liliana se estaba impacientando, pero en verdad quería evitar la muerte de más gente inocente-. ¡Por favor, abre la puerta! ¡No quiero que mi pueblo derrame más sangre inocente!

Los soldados en el muro se miraron entre sí, llegaron a la conclusión de que, de todos modos lograrían entrar a como de lugar. Liliana suspiró de alivio al ver cómo se abría la puerta y se levantaba la reja.

Al cruzar el umbral, Liliana se encontró con el capitán de la guarnición, este se inclinó con respeto.

-M-Majestad, ¿Podría decirnos que está pasando? -Preguntó el hombre.

-Primero dígame, capitán. ¿Ha visto al rey? -Preguntó Liliana.

El capitan asintió con la cabeza y señaló el palacio.

-Sí, llegó con prisa y se encerró en el palacio con unos pocos hombres. -Respondió.

-Bien. El rey Baldric traicionó a su propia gente para conseguir más poder usando la traición de sir Arthur como una excusa, El general Tiberius nunca fue capturado por él, más bien fue mi padre quien lo capturó pero logró escapar para informarme de ello.

El capitán abrió los ojos de par en par.

-¿E-Es eso cierto?

-¿Por qué el rey se encerraría en su palacio entonces? En plena batalla abandonó a sus hombres, incluso a su propia familia, todo para resguardarse con su mugroso oro. Claramente traicionó al reino y dejó de ser apto para gobernar... Hablaré sobre eso más tarde, ve a decirle a los soldados que aún lo protegen que se rindan, quiero evitar que más gente muera en vano.

El capitán asintió con la cabeza, se inclinó con respeto y se dirigió al palacio con un pequeño grupo para salvar a aquellos que protegían inconscientemente al rey.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora