Durante los siguientes días no se supo nada de Arthur, ni siquiera sus amigos más cercanos lo habían visto, ni siquiera su esposa Adela.
La noticia del ataque en la boda se expandió como el fuego, Iliano hizo lo que prometió esparciendo la noticia desde el anonimato.
Pero otras personas como Preston y Liliana dieron la cara, expusieron el crímen de Elliot y, en nombre de Arthur, exigieron justicia.
Debido a que Arthur no era muy conocido por la plebe fuera de Orley, el alboroto no fue tan grande como se imaginaba pero aún así hubo personas que cuestionaron las decisiones de Elliot y otros que se aprovecharon para poner las masas en contra de los Mallory.
Arthur finalmente fue visto, cuando se solicitó su presencia en la capital para un juicio. Habían demasiados testigos como para creer que fuese mentira, entre ellos los Greenhart quienes estaban furiosos, Preston, Iliano y las propias princesas.
Arthur no tenía ánimos para hablar con nadie, incluso durante el juicio, Preston fue su representante.
—El asesinato apuntaba principalmente al barón Arthur pero los asesinos apuntaban también hacia mi hija, hacia mí. ¡Incluso las princesas estuvieron en peligro! —Dijo Preston—. El barón Arthur no es el único que merece una compensación aquí.
—¿Y que exige la víctima como compensación? —Preguntó un juez.
Todo el mundo se giró hacia Arthur, nobles de distintas casas, los Mallory, la familia real... Incluso la santa iglesia estaba presente.
Arthur se puso en pie y avanzó hacia el podio de Preston. Arthur hizo una breve pausa para mirar a Elliot, luego miró al juez designado por la familia real.
—Solo quiero una cosa... La cabeza de Elliot Mallory.
La gente soltó gritos ahogados y murmullos, fueron lo suficientemente altos como para que el juez los mandara a callar.
—Sir Arthur, aunque los crímenes cometidos por Sir Elliot fueron graves, temo que su solicitud es demasiado excesiva por lo tanto queda rechazada. Le aconsejo que piense bien sus palabras.
Arthur hizo una breve pausa miró a su alrededor con una expresión pensativa. Luego miró al general Mallory.
—Dado que mi "Excesiva" solicitud es demasiado para algo a lo que todos los presentes están acostumbrados a hacer les mostraré lo que es excesivo de verdad.
Arthur se aclaró la garganta y señaló a Elliot.
—Aquel que me entregué su cabeza, le enseñaré personalmente los secretos de la producción de Aguamiel, papel y arcilla. Incluso le regalaré las 2 minas de sal más nuevas y casi sin explotar de mi territorio.
El general Mallory se levantó estaba por decirle a Arthur que se detuviera pero sus voz se vio aplastada por los gritos de la multitud.
Las reinas abrieron los ojos de par en par y se miraron entre sí incrédulas, incluso los amigos de Arthur no podían creerlo.
Arthur le dió una pequeña sonrisa a Elliot quien parecía preocupado pero no lo suficiente como para mostrarlo.
—¡Silencio! ¡Silencio! ¡Si no se callan los condenaré a traición! ¡Están en presencia del rey maldición! —Gritó el juez.
El bullicio cesó de inmediato, obviamente era una exageración lo de traición pero si se tensaron cuando vieron que el rey tenía una expresión algo irritada.
—Suficiente. —Dijo el rey, acto seguido suspiró y miró a Arthur—. ¿Estás seguro que quieres ir por este camino?
—No me retractaré de mis palabras, majestad. —Dijo Arthur seriamente.
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Rey De Reyes - Volumen 1
Ficción General¿Que pasaría si un joven amante de la estrategia, gestión de recursos y supervivencia va a otro mundo ambientado en la edad media dónde los castillos se alzan y las espadas chocan? Pues de eso trata esta historia, Arthur, un joven muy inteligente y...