Rey De Reyes - Volumen 1

Capitulo 16

-Ten mucho cuidado a partir de ahora, Arthur. Sir Elliot no es alguien que deje pasar una derrota. -Advirtió Adela.

-Te preocupas demasiado, Adela. -Se rió Arthur- Si no saben dónde estoy no podrán encontrarme.

Tras decir eso, Arthur se fue con una ligera sonrisa. Adela se quedó mirando el carro que partía sin saber muy bien que pensar.

Ella no sabe cómo encontrarlo y dudaba que si colocando un espía detrás de él lo lograría.

Solo pudo suspirar y despedirse con su mano, su querido amiguito era demasiado misterioso... aunque eso solo le parecía más interesante.

...

-¿Se fue?

-Si mi señor.

-Siganlo y matenlo, que nadie se entere... y Tráiganme su cabeza envuelta, no olviden quemar los cuerpos.

-Entendido.

Tras cruzar el umbral de la muralla, Arthur continúo su viaje de regreso a casa, el sistema le advirtió sobre fuerzas hostiles. Esto solo le había pasado cuando cazaba algún depredador como lobos u osos pero era la primera vez que se lo marcaba con tropas.

Dado que Arthur y su grupo contaban como unidades, era claro que el sistema le permitiría ver a Arthur sus alrededores, Arthur podía ver lo que hacía cada persona en Orley pero claro, mantenía la decencia.

-Nos están siguiendo. -Dijo de repente.

Para entonces, ya estaban suficientemente lejos de Orley, a una distancia perfecta para iniciar el ataque.

Robert, quien estaba a su lado lo miró con sorpresa, miró en todas las direcciones pero no vio nada, de hecho no estaban muy lejos pero podrían aparecer en cualquier momento.

20 hombres a caballo, y Arthur también traía consigo a 20 pero tenían solo 10 caballos, 2 por cada carreta.

-¿Está seguro mi señor? -Preguntó Robert.

-Completamente. Llama al resto y diles que se acerquen.

Arthur obedeció y las 5 carretas hicieron todo lo posible por formarse lo más cerca de Arthur, este le dió las riendas a Robert y fue a la parte de atrás donde todos podían escucharlos.

-¡Hombres, prepárense para la batalla! -Gritó Arthur.

Todos estaban perplejos, ¿Batalla? ¿dónde? Arthur comenzó a explicarles la situación y cuando miraron, a lo lejos pudieron ver una pequeña nube de polvo que se acercaba.

-¡Rápido, lancen todos los bienes hacia este carro! ¡Luego quiero que cada dos personas monten un caballo y esperen mi orden! ¡Los que sobren vengan conmigo y los demás esperen mi orden!

No entendían muy bien lo que quería hacer Arthur pero obedecieron, cuando todo el dinero estuvo en el carro de Arthur, algunos soldados se pasaron hacia este y los demás se prepararon.

De repente.

-¡Allí están!

-¡Acribillenlos!

La caballería enemiga había llegado

-¡Ahora! -Gritó Arthur.

Los soldados soltaron los carromatos, solo quedaron los caballos y el carro de Arthur, de repente, este tiro de las riendas y su carro giró a la derecha, todos se aferraron cuando en vehículo se inclinó un poco.

Estaban apuntando hacia el interior de un bosque.

-¡Maldición piensan usar el bosque para escapar!

-¡Síganos!