Capitulo 28

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-Nunca pensé que me uniría a una especie de rebelión. -Sonrió Adela mientras viajaba en su carruaje.

Anoche había disfrutado de muchas cosas, pero la que más disfrutó fué la comida hecha por Arthur. Él no lo sabía, pero Adela ya tenía planes para mudarse a Orley, tan solo estaba esperando que este se convirtiera en noble.

-¿Pero y si no funciona? -Pensó Adela.

Arthur tenía que ser noble sí o sí para que sus planes a futuro dieran frutos. No podía dejar que su mina de oro se derrumbara así de fácil.

Ella negó con la cabeza, no podía ser negativa. Decidió esperar a ver cómo fluían las cosas.

Al llegar a Ornsted, comenzó a escribir cartas a varias personas, todos comerciantes de esclavos pidiendo 500 a cada uno.

Tardaría de uno a dos meses en que lleguen todas y posiblemente otro par de meses para que lleguen a Orley.

Definitivamente Liliana sería más rápida en este asunto haciéndole llegar a Arthur los esclavos.

Todos estimaban que estarían listos para diciembre justo con el invierno en sus caras.

-Solo espero que si gente pueda resistir el invierno... -Pensó Adela.

Sin comercio, ¿Que pasaría si se acaba la comida en Orley.

De hecho, a Arthur no le preocupaban ese tema, había estado preparándose para ese momento. Todos de hecho

Habían estado guardando harina en sacos, frutas y verduras así como también carnes. Lo bueno del invierno es que el frío ayudaría a que la comida resista un poco más.

Sí, sin duda sobrevivirían.

Arthur de hecho ya había estado preparando pequeñas piras por todo el pueblo donde la gente podría detenerse un instante y calentarse.

También había perfeccionado las granjas, graneros y establos para mantener cálidos y cómodos a sus animales.

¿Y como podría olvidarse de los abrigos? Había hecho guantes con distintas pieles, desde lobos, osos y cualquier animal que pueda proveer una piel gruesa y resistente.

Incluso fue un buen momento para diseñar las armaduras de invierno teniendo capas fabricadas con pieles de lobo, alrededor del cuello se notaría más, esto a modo de bufanda y capa.

Por dentro las armaduras no necesitaban ser cambiadas, ya estaban diseñadas para dar buena cobertura sin excederse con la temperatura.

Sí, el invierno no sería un problema este año pero lo que fastidiaba a Arthur era que la mayoría de trabajos estarían inactivos.

Al menos no la escuela, Arthur pensó en darles vacaciones a los niños pero luego de ver lo enfocados que estaban, pospuso eso para otra ocasión.

Incluso si él lo hubiera propuesto, los niños no aceptarían puesto que les encantaba estudiar.

Los nuevos habitantes no tardaron mucho en acostumbrarse a la vida aquí, todavía tenían la mala costumbre de tratar al resto como si fueran sus amos, actuaban muy respetuosos pero, la gente los comprendía al fin y al cabo todos vivían así no hace mucho.

Arthur consiguió añadir a sus filas mil soldados, está vez la mayoría quizo unirse al ejército y ¿como podría Arthur negarse?

De hecho era justo lo que necesitaba, pero no podía obligar a la gente. Claro, en un futuro aprobaría lo del servicio militar obligatorio, esto para, en caso de emergencia, todo el mundo pueda ayudar a proteger su hogar.

Las mujeres son opcionales, de hecho, solo accedería si fuera por voluntad propia. Pero aún así intentaría no darles puestos en el frente de batalla.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora