Capitulo 24

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-Mi señora, ¿En qué piensa? -Preguntó Winston.

Por primera vez en mucho tiempo, Liliana había decidido volver por voluntad propia a la capital del reino, lo que les pareció confuso a todos.

-¿Tiene Sir Arthur algo que ver con nuestro regreso a la capital? -Preguntó.

Liliana asintió con la cabeza.

-Es correcto Winston. -Respondió-. Sir Arthur es ahora nuestro aliado, y no me cabe dudas de que es incluso el más poderoso y a su vez peligroso para nuestros contrincantes.

-¿Contrincantes? -Levantó una ceja.

-Mis hermanos. -Aclaró.

Winston abrió los ojos, entendió que su princesa ahora estaba dispuesta a encarar a su familia quien la ha estado difamando desde siempre.

-No entiendo muy bien que tiene que ver Sir Arthur con su familia. -Dijo Winston-. No es un noble y sus fuerzas son débiles. Sí, es inteligente y sorprendentemente es el creador del papel, la arcilla fina y el vidrio pero... Creo que eso no es suficiente.

Liliana sonrió.

-Arthur es un joven ambicioso, lo sé con tan solo verlo. Pero también es justo y correcto, de lo contrario no trataría tan bien a sus seguidores. -Explicó Liliana.

Winston asintió de acuerdo.

-No sé que tan alto apunta, pero sé qué, si sigue así, su nombre estará muy arraigado en las páginas de la historia. -Continuó-. Es por eso que lo quiero ayudar, y al hacerlo, él me ayudará a mí.

Liliana miró a Winston y sonrió.

-Estoy segura de que con Sir Arthur, las personas dejarán de odiarme. Y aunque me tomé una década, juro que me sentaré en el trono de Glideric y me convertiré en Reina. -Afirmó.

Winston estaba sorprendido.

-Convertiré a Arthur en noble de Glideric, así el podrá desarrollarse sin preocupaciones. -Mencionó, luego se puso seria-. Y una vez ambos consigamos poder suficiente, no me importa si es haciendo un golpe de estado pero juro que purgare este parásito de corrupción y decadencia que amenaza mi reino.

Liliana suspiró.

-Mi padre ama el poder y mis hermanos y hermanas se lo quieren arrebatar. Al final, son ustedes mi pueblo los que acaban sufriendo por sus caprichos y deseos banales.

Liliana miró a Winston y sonrió.

-Es por eso que no puedo quedarme más tiempo de brazos cruzados, no ahora que gracias a Arthur se me han abierto los ojos. -Terminó.

Esto fue el mismo día en el que Liliana partió de Orley.

En cuanto llegó a la capital, nadie la recibió con los brazos abiertos ni ansiaba su llegada pero a ella no le importaba. Caminando por los pasillos del palacio en dirección a sus aposentos, Liliana se encontró con su hermana Nimea.

-¡Hermanita! ¿Cuando llegaste? -Sonrió.

Pero Liliana la ignoró y siguió avanzando.

Nimea era el típico lobo disfrazado de oveja, en cuando vio que Liliana la ignoró, su sonrisa de angel se agrandó a la de un demonio.

-Que mal educada. Bueno, es de esperarse de una mujer que solo está rodeada de hombres. -Se burló la segunda princesa.

Luego de llegar a sus aposentos, Liliana soltó un pesado suspiró y se quitó su armadura. Justo después, la puerta se abrió.

-Hasta que por fin te dignas en volver a casa. -Gruñó una mujer.

Liliana miró a la mujer que acababa de entrar y suspiró.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora