Capitulo 97

1.5K 241 35
                                    

La corona rodó por el piso en cuanto el rey murió. Rodó hasta chocar con el pie de Liliana, un río de sangre proveniente desde el propio rey se extendió hacia ella cubriendo y manchando la corona.

Liliana se sorprendió pero no dijo nada, tranquilamente se agachó y la tomó, la miró por un segundo antes de colocarla sobre su cabeza sin siquiera molestarse en limpiar la sangre.

Liliana infló el pecho y miró a su pueblo. Sus amigos, los Orlianos, sus tropas, los Gliderianos que los siguieron, todos ellos fueron los que se arrodillaron primero. Luego los siguieron los ciudadanos de la capital.

—¡Larga vida a la reina Liliana! —Gritó todo el mundo.

Selise miró a Elena, todavía le costaba creer que su hija, aquella que había ignorado por muchos años, consiguió un poder mayor que el de ella y tomó la corona que tanto ansiaba.

Pero no se sentía mal. Al contrario, se sentía orgullosa. En cierto modo, ella también ganó. Consiguió algo mejor que una corona, consiguió una reina, su hija. Liliana demostró ser mejor de lo que ella jamás esperaría, pero era muy conciente de que no iba a tener influencia alguna sobre ella.

Liliana miró a su madre, está le devolvió una sonrisa y miró de reojo a Arthur. Liliana le asintió con la cabeza, Selise lo comprendió.

Liliana esperaba casarse con Arthur, eso significaría que Arthur sería rey. Es en verdad sorprendente como un joven el cuál salió de la nada, se convirtió en rey casi como si le hubieran regalado la corona.

Si lo hubieran dejado en paz, ¿las cosas habrían sucedido como ahora? Selise sabía que no, Selise comprendió el objetivo de su hija.

De una u otra forma, la corona iba a caer en sus manos. Es gracioso como mientras ellas se mataban por la corona, Liliana lenta y tranquilamente reunía fuerzas, esperando el momento para atacar como un predador a su presa.

—Levantense, mi pueblo... —Dijo Liliana.

El pueblo se levantó y miró a Liliana, está llevó su puño a su pecho y se inclinó.

—Espero contar con todos ustedes para hacer de este un reino mejor.

Jamás habían visto a un gobernante inclinar la cabeza y menos ante gente común como ellos eso los conmovió bastante.

—Mas tarde haré público los planes de reforma al reino, los cambios que prometo se irán haciendo gradualmente ya que forzarlo de golpe tendrá un impacto negativo en la estabilidad. Me entristece pedirles que esperen un poco más, pero les prometo que valdrá la pena. Si no me creen, les invitó a ir a conocer la ciudad de Orley al sur de Ornsted, compararlo con el resto del reino.

...

Tal y como Liliana dijo, los restos del rey fueron incinerados y tirados a un lugar donde nadie lo encontrara. Solo una personaje fue encargada para esta tarea y muy pronto se olvidaría de dónde los tiró.

Liliana ahora mismo estaba en la sala del trono la cual estaba vacía, solo ella y Arthur estaba allí. Liliana acarició el trono de su padre el cual ahora le pertenecía, se sentó y cerró los ojos por unos segundos.

—Esto es incómodo, ¿cómo al ex rey podía gustarle estar sentado aquí? Siento que me dolerá el culo si permanezco aquí por horas como él. —Se quejó Liliana y se levantó.

Arthur soltó una risas Liliana lo miró y se rió con él. Ella se le quedó mirando por varios segundos y lo abrazó.

Arthur no dijo nada, solo le devolvió el abrazo y permaneció en silencio.

—Gracias, Arthur... Por todo...

Arthur asintió con la cabeza. Después de varios segundos de silencio, Liliana se separó un poco de él y lo miró a los ojos.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora