Capitulo 94

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—Luego de que el desembarco fracasará, los Orlianos al parecer atracaron en el puerto y se unieron a la defensa del muro. —Henry terminó su relato.

Rolanda escuchó todo y se encontraba llorando en silencio la muerte de su hijo, aferrada a los brazos de sus hijas. Tristemente no sabía que su hijo aún seguía con vida, capturado, pero con vida.

—¿R-Reforzaron el muro...? —Murmuró el rey—. ¡Mierda! ¡¡¡Mierda, mierda mierda mierda!!! ¡¡¡Maldición!!!

El rey comenzó a patear la tierra y arrojar todo lo que podía, las personas a su alrededor se retrocedieron y observaron con los ojos abiertos de par en par.

Para cuándo el rey terminó, solo podía escucharse su respiración. Sus hombros subían y bajaban histéricos.

—¡Tú! —El rey señaló a un soldado que desafortunadamente presenció todo—. Prepara una escolta, nos largamos.

—¿Q-Que pasará con el resto de soldados majestad? —Preguntó nerviosamente.

—¿Que soldados? —El rey frunció el ceño. Su pregunta fue más que obvia.

Los inútiles no merecían vivir. O eso fue lo que todos entendieron de sus palabras. El soldado tragó saliva y salió corriendo apresurado antes de que el rey deseara su cabeza por ser lento.

El rey resopló con un gruñido, aún furioso por el "fracaso" de sus soldados. Claramente era incapaz de ver qué todo lo que había ocurrido en este día fue por su propia culpa, su codicia, su ineptitud.

Cegado por por su propia arrogancia, no quería aceptar que un simple barón lo venció. El mismo barón que su hija trajo hace un par de años.

Los ojos del rey se abrieron de par en par, miró los integrantes de su familia aquí presentes solo para darse cuenta de que faltaban 2 princesas. Liliana y Alejandra. La última no estaba presente por obvias razones.

—¡¡¡ESA MALDITA PERRA TRAIDORA!!! —Gritó el rey furiosamente en su interior pero por fuera pareciera que mató con la mirada a Selise.

Selise y Elena se estremecieron, pensaron que el Rey de algún modo las había descubierto, pero justo en ese momento un soldado llegó con prisa y horror.

—¡Nos atacan por la retaguardia! —Gritó.

El rey gritó, exactamente de la misma manera que cuando se enteró de la flota. Salió rápidamente para ver por sí mismo, temiendo que se trataba de un contraataque Orliano.

A lo lejos se podían ver a Miles de hombres avanzando, el estandarte del conde Preston ondeaba con el furioso viendo.

—¡¡¡ESTOS MALDITOS ME LA JUGARON!!! —Gritó el rey furioso.

Pensó que ya tenían todo esto planeado, la verdad es que Arthur si había planeado todo menos la aparición del conde Preston.

En primera fila, montado en un reluciente caballo blanco con armadura, se encontraba el conde Preston con una mirada entre seriedad y enojo.

—¡Nadie amenaza a mi hija y a mi yerno! —Dijo Preston, sacó su espada y la levantó en alto—. ¡Hombres, el rey nos ha traicionado al atentar contra la vida de mi hija! ¡Hay que demostrarle que nadie se mete con los Graycastle y su gente! ¡¡¡POR EL HONOR Y LA GLORIA!!!

—¡¡¡VICTORIA O MUERTE!!! —Los soldados cargaron junto a su señor.

El rey Baldric se estremeció, miró a su alrededor y vio a un grupo de soldados que cabalgaba hacia él. Los soldados se sorprendieron cuando el rey literalmente tiró del caballo a uno de ellos para luego montarlo.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora