Rey De Reyes - Volumen 1

Capitulo 51

Mientras Arthur no estaba, Adela y Liliana quien partió poco después de su partida se encargaron de hacer crecer la población de Orley alcanzando así la cifra de 9800 personas, algo lento pero eso era porque Arthur había dejado al resto ocupándose de otras cosas.

Cómo la preparación del terreno, extensión de los campos de cultivos, construcción de nuevos hogares, etc.

Aparte de eso, Arthur le había encargado la fabricación de nuevos telares a André para Paula quien estaba muy agusto con la nueva maquinaria de trabajo.

Si bien no podría hacer camisetas como las de nuestra era, todavía podía hacer ropa bastante buena.

Y hablando de ropa, Paula ya había terminado un buen lote de boxers y ropa interior femenina, gracias a las enseñanzas de Arthur logró hacer una tela flexible y a su vez cómoda que se mantenía en buenas condiciones por mucho tiempo.

La ropa en este mundo... Es complicada por su moda. Al menos en este reino es normal ver a un hombre o mujer usar una toga como los griegos antiguos, pero también puedes ver ropa común de Europa como Francia e Inglaterra.

Incluso es normal ver a gente vestida con pieles como si fueran vikingos.

En cuanto al código de vestimenta de Orley, la mayoría optaba por la ropa común de la Inglaterra medieval. Ropa común como un vestido que cubría casi todo el cuerpo y llegaba casi hasta el suelo en caso de las mujeres y pantalones y camisetas para los hombres.

En cuanto al invierno, usarían ropajes de piel y combinaciones de materiales que proporcionen cobertura. Incluso docenas de capas de ropa si es necesario.

Pero en sí cada quien podía vestir como quisiera siempre y cuando esté moralmente bien dentro de lo que cabe.

Ahora mismo, Arthur estaba chequeando estas nuevas ropas personalmente.

—Los boxers están bien, estoy seguro de que los hombres estarán contentos luego de tener varios. —Asintió Arthur, luego miró a Paula—. ¿Que pasó con la ropa interior de mujer?

Paula sonrió y aplaudió suavemente.

—Adelante, ya pueden pasar. —Dijo.

Varias chicas salieron del almacén de Paula vestidas solo con la ropa interior que ella fabricó.

Al ver a Arthur, todas se sonrojaron y sus nervios les gritaban que se cubrieran pero este es su trabajo.

—¿Q-Que le parece, mi señor? —Preguntó una de ellas.

—Puede tomarse su tiempo para comprobarlas. —Sonrió Paula mientras le guiñaba el ojo—. Por supuesto, me refiero a la ropa, je, je, je.

Arthur negó con la cabeza y se acercó a las chicas semi desnudas. Los ojos de una se abrieron bastante, sus labios se apretaron y su rostro se tornó rojo cuando Arthur se detuvo frente a ella.

—E-Es muy alto... —Pensó.

Arthur miró su ropa, se veían bastante bien pero quería asegurarse de que estuviesen bien hechas.

—¿Cómo te sientes con esa ropa? —Preguntó Arthur.

—Y-Yo, err... —Dijo nerviosa—. E-Es muy cómodo mi señor, se siente cómodo cuando camino y n-no me molesta cuando trabajo. A veces... A veces me olvidó incluso que la traigo puesta.

Arthur asintió con la cabeza.

—¿Puedo? —Preguntó mientras levantaba su mano un poco.

—U-Ummm... —Los ojos de la chica se abrieron bastante, cerró los ojos y asintió con la cabeza—. V-Voy a ser tocada por mi señor... —Pensó.