Capitulo 75

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Ya es septiembre. Antes de que se den cuenta el invierno llegará a Glideric, mucha gente solo espera que pase rápido, otros poder resistirlo.

Pero los Orlianos estaban a salvó, el invierno no era un problema para ellos e incluso podían seguir trabajando si quisieran.

Finalmente, Arthur podía producir sus ya esperado equipo de seguridad y con el sobrante, fabricar mejores herramientas.

Los trabajadores quedaron encantados con el nuevo equipo, no obstruía en absoluto y era bastante cómodo, se notaba la mejora en la eficiencia de trabajo.

Para algunos se usó guantes de tipo látex, como los guantes quirúrgicos. El caucho no solo funciona para suelas de zapatos y neumáticos, pero aún así Arthur no lo iba a utilizar en cosas que podría hacer mejor con plástico.

Para facilitar la fabricación de plástico, Arthur quería ingresar primero a la era de la electricidad. El petróleo también era útil pero su uso se vería gravemente limitado.

Y ya de paso era peligroso, un solo error y quién sabe que podría pasar.

Arthur necesitaba herramientas que permitan una fabricación milimétrica y más rápida que a mano.

Distintos tipos de sierras, taladros, etc. Una vez Arthur pueda fabricar materiales bastante útiles y sobre todo necesarios como tornillos, clavos, tuercas, arandelas, etc, a un nivel alto de producción, solo allí podría arriesgarse a hacer bombas petrolíferas.

Aparte de eso, con la electricidad, Arthur podía también hacer un sistema de reciclaje de agua. Cómo en las ciudades de hoy en día donde los desechos pasan por distintos procesos que al final dejan el agua tan limpia que se podría consumir.

Así habría un flujo constante de agua para la ciudad, las casas tendrían sus bombas a presión y agua por gravedad. Con ello podría también colocar el impuesto con agua para sustentar a los trabajadores de las plantas de agua y al mismo tiempo usar una parte para el futuro de la ciudad.

El agua era grátis, sí. El servicio que hace que llegue a tu casa limpia y sin problemas, no. Exactamente igual a la electricidad. Por eso los impuestos suelen ser en base al consumo de ambos.

Todo iba viento en popa y Arthur estaba satisfecho.

Miri también había aprendido a tratar heridas y su conocimiento de medicina superaba un poco los primeros auxilios. Sabía cómo usar cataplasmas, coser y vendar una herida, reconocer infecciones y medir cuan grave era una lesión.

Al principio estaba nerviosa cuando recibió su primer paciente, la academia también funcionaba como un hospital por lo que en algún momento le tocaría poner a prueba sus enseñanzas.

Los resultados fueron bastante prometedores, los nervios se dispersaron casi al instante cuando comenzó a analizar a su paciente el cuál tenía un corte en el antebrazo.

Con el tiempo más y más pacientes le habían llegado y sus miedos eran casi inexistentes ahora, Arthur estaba encantado y sorprendido por su rápido desarrollo.

Y ahora que Orley había alcanzado un punto de estabilidad requerido por Arthur, el momento de sentar cabeza llegó. Y no solo él estaba feliz.

Sentadas en el jardín de Adela estaba la misma Adela y Liliana tomando el té. Su rivalidad no las hacia enemigas, aunque no lo parezca, se contaban sus avances de forma amistosa y a veces desafiante.

—... Y eso fue todo lo que pasó en nuestra cita, ¿Y a tí? ¿Cómo te fue? —Preguntó Liliana.

—Oh, muy bien. Arthur me contó que se casaría pronto. —Dijo Adela tranquilamente, luego tomó un poco de té.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora