Santa Biblia Reina Valera 1960 - 2 Samuel 14
32 Y Absalón respondió a Joab: He aquí yo he enviado por ti, diciendo que vinieses acá, con el fin de enviarte al rey para decirle: ¿Para qué vine de Gesur? Mejor me fuera estar aún allá. Vea yo ahora el rostro del rey; y si hay en mí pecado, máteme.
33 Vino, pues, Joab al rey, y se lo hizo saber. Entonces llamó a Absalón, el cual vino al rey, e inclinó su rostro a tierra delante del rey; y el rey besó a Absalón.Narra Duncan:
Todo iba bien, como un día común y corriente.
Mi mayor terror era que Linda se encontrará con ese tal Morgan, pero eso no iba a pasar, ya que por fin ella se decidió a viajar muy lejos de aquí para que no pueda encontrarla.
Estaba parado en el portón, no porque me tocará estar ahí, ya que ese no es mi trabajo, es solo que estaba esperando la llegada de Linda que había salido con Bestia.
De pronto siento unos dedos acariciar mi hombro de manera muy sutil y sensual.
Me aparto disimuladamente sabiendo quien es.
Desde que llegó me ha estado haciendo la vida un poco difícil, de tal manera que de no ser por quien es, la mataría.
Es nada más y nada menos que la niña de los Montreal, la antepenultima.
—¿No te parece agotador estar aquí parado tanto rato? —me pregunta con tono meloso.
«Es mejor que quedarme dentro de la mansión con usted».
—es mi deber. —miento.
—¿Que te parece si entramos a la mansión, nos tomamos unas cuantas copas y luego vuelves aquí, para que descanses? —me propone.
No entiendo porque tuve la dichosa suerte de que ella ande detrás de mi, que yo sepa no le he dado razones para que me busque.
«Parece una acosadora».
No les voy a negar que está como quiere, pero ella no es la que a mí me interesa.
Yo solo quiero a Nina y nadie más en absoluto.
—me alaga su ofrecimiento —respondí —pero me temo que no voy a poder, no sea que llegue la señorita Nina y se disguste.
Ella ríe.
—no te preocupes por eso —dice poniendo su mano en mi hombro —yo hablaré por ti, además tú también tienes derecho a tener vida amorosa, no estás ligado a ella moralmente.
«Yo pienso que si».
Suspiro con impaciencia sin saber cómo diablos quitarmela de encima, ya me tiene agobiado.
Justo en ese momento miro a lo lejos venir el carro de Mibsan.
«Nunca me había sentido tan agradecido».
Me aparto de la señorita Annie y abro la reja para que él auto entre, luego que entra corro a abrirle la puerta a Linda.
Ella se baja del auto de Mibsan y se dirige al de ella.
Voy hacia ahí.
—¡Déjala que vaya sola! —me ordena Mibsan.
Me quedo parado mirando como se va sola en su auto.
Según tengo entendido, le va a ayudar a la señora Emily si es que le queda el "señora" porque está muy joven, a trastear algunas cosas.
Obviamente le ordenó a unos de mis hombres que la vigilen por si acaso.
Mientras tanto no me quedó de otra que aguantarme a esa Annie que lo único que hacía era asediarme por todos lados.
Al final termine metido en el sótano, fue el único lugar a dónde no se le ocurrió irme a buscar.