53. LA TERCERA RUEDA.

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Santa Biblia Reina Valera 1960 - 2 Samuel 3
14 Después de esto envió David mensajeros a Is-boset hijo de Saúl, diciendo: Restitúyeme mi mujer Mical, la cual desposé conmigo por cien prepucios de filisteos.
15 Entonces Is-boset envió y se la quitó a su marido Paltiel hijo de Lais.
16 Y su marido fue con ella, siguiéndola y llorando hasta Bahurim. Y le dijo Abner: Anda, vuélvete. Entonces él se volvió.





Pienso rebatir y decir que es trampa, pero Deimond me ha ganado justamente.

Chequeo la hora en mi teléfono mientras Elizabeth y Deimond festejan su victoria.

Al ver que aún me queda un poco de tiempo, pongo mi mejor mirada aterradora.

—pido la revancha —exijo quitando las fichas del tablero.

Deimond y Elizabeth dejan de abrazarce y me miran.

—¿Estás segura? —pregunta Deimond.

Yo asiento.

—si ganó te quedas con Elizabeth aquí —sentencio.

—pero si pierdes —habla Elizabeth —no solo te acompañamos al templo a hacer los trabajos, sino que también vamos por un helado.

—trato hecho —acepto.

«Esta vez no lo pienso dejar ganar».

Comienzo primero y me concentro en los movimientos.

—mami —vuelve a hablar Elizabeth —no respondiste a mi pregunta de hace un rato.

—y no la pienso responder —digo viendo cómo Deimond mueve sus fichas.

—papá Jak dice que cuando uno no responde algo, es porque es cierto.

No respondo.

—¡A mamá le gusta papi!, ¡A mamá le gusta papi! —comienza a cantar.

—¡Elizabeth! —la detengo —¡Por favor!.

Elizabeth se queda callada y suspira, pero al instante vuelve a hablar.

—bueno —dice —por lo menos ya tengo esperanzas —mira a Deimond —papi, ¿A ti te gusta mamá?. —pregunta.

No puedo evitarlo y volteo a ver a Deimond.

Él también me mira y sonríe, luego mira a Elizabeth, ella está atenta a su respuesta.

No sé porque pero mi corazón ha comenzado a latir muy rápido.

Deimond le hace señas a Elizabeth para que se acerque, ella lo hace, él le habla al oído.

No puedo aguantarme y me acerco para escuchar.

—demasiado —susurra Deimond en el oído de Elizabeth.

Vuelvo a mi lugar rápidamente haciendo de cuenta que no he escuchado nada, pero mi corazón esta saltando de la felicidad.

Muevo una ficha pensando en su respuesta.

—jake mate —pronuncia Deimond moviendo su ficha.

Me ha ganado otra vez.

—¡¡Yupiiii!! —grita Elizabeth —¡¡Iremos por helado!! —se tira encima de Deimond.

«Esto no puede ser».

«¿Como es posible que me haya ganado?».

Miró la hora y ya es prácticamente la hora de irme, pero no puedo asimilar la derrota.

—quiero la revancha —vuelvo a exigir.

Deimond asiente sin ningún problema.

«Está vez sí lo voy a derrotar».

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