Santa Biblia Reina Valera 1960 - Eclesiastés 3
15 Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.—que...que hace que...que eras un niño —continúa mi madre hablando en medio del llanto —y...y ahora eres todo un hombre.
Lo que estoy sintiendo en este momento al ver a mi madre viva no lo puedo explicar.
Me siento el hijo más feliz del mundo.
Creo que si algo me dolió más que nada en la vida y me destruyó totalmente, fue que mi madre muriera en esa explosión.
Despues de esa tarde de la explosión nada fue igual, nuestro padre se desentendió de nosotros por innumerables días, cuando quiso hacer de papá, ya era demasiado tarde, ya el rencor estaba muy raído en lo profundo de mi corazón.
Que nos halla dejado a mis hermanos y a mí cuando más lo necesitamos, es algo que jamás he podido perdonar y creo que no perdonaré.
Cuando ya estábamos rotos, cuando hicieron y deshicieron con nosotros, apareció para tratar de enmendar su error.
Ya para que, si lo hecho, hecho está.
Más lágrimas salían de mis ojos al ver a mamá frente a mi llorando y al recordar toda la desdicha de mi miserable vida.
Si el desgraciado de Max no hubiera secuestrado a mamá todo este tiempo, nada de eso hubiera pasado.
—tranquilo —dice mamá sonriendo aún cuando sigue llorando —mamá ya está aquí, todo va a estar bien. —su tono de voz es suave y delicado.
No sé porque pero esas palabras traen tanta paz a mi vida, siento como si de alguna manera ahora que mamá está aquí, todo pudiese volver a la normalidad.
Ella deja de acariciar mi rostro y me da un abrazo.
Es un abrazo tan único y cálido, es como si tuviera algo que me estuviera quemando, pero para bien.
No tenía palabras para expresarle lo mucho que la amaba, solo me limitaba a abrazarla con todas mis fuerzas.
Tenía miedo que quizás todo fuese un sueño y de repente ella desapareciera de mi vista.
—¡¡Mamaaaá!! —escucho de repente los gritos de Annie.
Volteo a ver a Annie la cual entra corriendo y literalmente me aparta de mamá, se para frente a ella y solo se limita a mirarla mientras llora.
—mamiiii —dice como una niña pequeña —estas viva mami.
Yo seco mis lágrimas mientras veo ese hermoso cuadro.
Soy todo un hombre que da mucho miedo, no puedo darme el lujo de que mis hombres entren y me vean así.
—pero si eres mi pequeña Annie —dice mi madre mirándola de arriba abajo, luego le da un gran abrazo.
Annie también la abraza mientras llora a gritos.
Es como si en medio de su llanto expresará todo el dolor que ha tenido que pasar.
A pesar de ser una niña caprichosa e impedernida, ella ha sufrido demasiado, ah estado por muchos años internada en un orfanato en dónde él único afectó que Fares le brinda, es cargar su tarjeta de crédito.
—no sabes cuánta falta nos hiciste —dice Annie sin parar de llorar —te he echado mucho de menos y sé que todos mis hermanos también.
—yaaa —dice mi madre con dulzura como si consolase a una niña pequeña —mamá ya está aquí, ya todo va a estar bien.