42. NO QUIERO SER UN ESTORBO.

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Santa Biblia Reina Valera 1960 - Hechos 8
26. Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.

27 Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,




—¿Perdón? —digo frunciendo —no sé quién diablos seas, pero no estoy para tus bromas.

No les voy a negar que eso de que tiene la solución a mi problema me llamó mucho la atención, pero obviamente eso es imposible.

—en primer lugar no soy ningún diablo —su voz suena molesta —en segundo lugar no tengo tiempo para bromear, te estoy diciendo la verdad yo tengo la solución a tu problema.

Llegó al parqueadero en donde está mi auto y entro en el sin colgar la llamada.

—así que tienes la solución a mi problema —hablo de manera burlona —y según tú ¿Cual es mi problema?.

Enciendo el auto y comienzo a conducir.

—supongo que sabes que no soy cualquier persona, —continuo hablando —yo soy la clase de persona que nació con una cuchara de oro en la boca, ¿Crees que pueda llegar a tener problemas?.

—por supuesto —responde —de lo contrario no andarías todas las noches embrigandote.

Por lo visto aquel sujeto me tiene bien vigilado.

—okey —digo esquivando un auto —¿Dime cuál es mi problema?.

—tu problema es del corazón, —responde —estas perdidamente enamorado de una chica y eso te puede llevar a la ruina si no lo superas.

Freno el auto y me detengo de golpe al escuchar ello.

«Este sujeto sabe mucho más de lo que yo imaginé».

—es hora de que hagas un alto en el camino y pienses con cabeza fría, —prosigue hablando —no es tiempo de andar ebrio por una mujer, es tiempo de que veas más allá de tus narices.

No sé porque pero siento que el tiene toda la razón.

—¿Quién eres? —pregunto.

—ya te lo dije, además mi nombre no importa, lo que importa es la solución que traigo para tu vida.

Fin de la narración.

Meses después.

—esto es para ti —dice York entregándome una caja de regalo.

—¿Para mí? —frunzo el ceño.

—si para ti, es por haber estado juiciosa en la iglesia y por terminar todas las instrucciones bíblicas para recién convertidos, —responde —ahora podemos pasar a un paso mucho mas importante como lo es el bautismo.

—¿De verdad? —pregunto emocionada.

Durante estos meses que han pasado, York ha estado muy pendiente de mi y me ha hablado mucho de las cosas de Dios de tal manera que ya sé muchas cosas, aunque todavía estoy aprendiendo.

Puedo decir que este tiempo ha sido el mejor tiempo de mi vida, además es muy bueno que York sea el pastor de la iglesia y a la vez mi amigo.

Ahora que él me habló del bautismo me hace muy feliz ya que es un acto de obediencia, además al estar bautizada podré participar en el servicio para Dios.

Me acerco a York y le doy un abrazo.

—gracias por todo —le digo —no tengo como pagarte todo lo que haz hecho por mí.

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