Santa Biblia Reina Valera 1960 - Génesis 45
26 Y le dieron las nuevas, diciendo: José vive aún; y él es señor en toda la tierra de Egipto. Y el corazón de Jacob se afligió, porque no los creía.27 Y ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo Jacob los carros que José enviaba para llevarlo, su espíritu revivió.
28 Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera.
Me quedo mirándolo fijamente mientras lo que le inyecte causa efecto.
«¿Acaso este sujeto está queriendo decir que mi madre sigue viva?».
«Pero...¿Como?».
«Se supone que murió en la explosión ¿O no?».
Me quedo meditando en sus palabras.
«—es porque se lo prometí a tu madre».
Habla como si hubiera tenido cierta relación cercana con mi madre como para hacerle tal promesa.
Eso quiere decir que no llego a instalar solamente la bomba, sino que tuvo cierta comunicación con mi madre.
«Pero...¿Cómo pudo ser?».
Tendría que preguntarle a Fares.
«—ella se sacrificó por ustedes».
También dijo eso, dando a entender que ella fue la que nos salvó la vida.
Osea que estar vivo no fue un golpe de suerte, Max siempre lo supo porque fue él que nos dejó vivir e incluso engaño a Úrsula al no decirle la verdad y dejar vivos a los hijos de su enemigo.
«—y pensar que siempre soñé con tenerla en mis brazos y nunca logré lo que quería».
Eso hace que todo tenga lógica.
Max se enamoró de mi madre y por esa razón nos perdono la vida, pero a pesar de negociar con ella, jamás pudo obtener lo que quería, como lo era estar con ella.
Pero si ella sigue viva, quiere decir que aún guarda las esperanzas.
«¿Será por eso que siempre suelo soñar con ella?»
El solo hecho de pensarlo hace que de algún modo me sienta feliz.
«Mi madre está viva».
Aquel ser que pensé que nos había abandonado, resulta ser que aún sigue vivo.
Mi teléfono vibra sacándome de mis pensamientos.
Tomo la llamada.
—ajá —contesto.
—¿Está todo bien? —pregunta uno de mis hombres.
—necesito que entren y se encarguen de llevar a Max al lugar de tortura —le ordenó antes de cortar la llamada.
Me dirijo hacia la ventana y comienzo a bajar como subí.
Veo como varios hombres de Max comienzan a caer por no estar lo suficientemente preparados para el ataque que se venía.
Camino hacia la parte despejada en dónde no hay escoltas y subo a mi vehículo el cual ya está ahí porque mi hombre de "confianza" lo trajo.
Subo a la parte trasera.
—necesito que averigues en dónde está la casa de Max —le ordenó.
Ahora me queda tomar prestado el avión de los Montreal, aunque pensándolo mejor no es un préstamo, se supone que Fares es mi padre, así lo que lo suyo es mio.