75. ¡¡PELIGRO!!.

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Santa Biblia Reina Valera 1960 - Cantares 2
15 Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas;
Porque nuestras viñas están en cierne.





Me descobijo rápidamente y doy un grito de emoción.

—¡¡Gracia!! —abro mis brazos para que me abrace.

Ella viene hacia mi, se sienta en la cama y me da un gran abrazo.

—no sabes la mucha falta que me haz hecho —le digo cuando la dejo de abrazar.

Ella bufa.

—que exagerada.

—bueno —habla mi madre —las dejó para que hablen cosas de chicas —sale de la habitación.

Apenas mi madre cerró la puerta, me puse a detallar a Gracia.

Hoy venia muy bonita, aunque de por sí ella es...

Es...

Es linda dijo Mibsan.

Pero la ropa que trajo le sienta de alguna manera bastante bien.

Aparte de eso se ha hecho un medio recogido, dejando otra parte de su cabello la cual cae en cascada detrás de su espalda.

Definitivamente Gracia ha de tener bastantes admiradores.

«¿Cómo es que todavía sigue sola?».

—¿Que estás pensando? —pregunta.

Su pregunta me toma por sorpresa pero lo disimulo bien.

—¿Por qué? —pregunto de vuelta.

—porque te quedas mirándome.

—solo estaba mirando que mi amiga es muy linda.

Gracia sonríe ante mi respuesta.

—bueno, —se pone de pie —levantate ya y ve a ducharte porque hoy definitivamente conseguiremos ese vestido. —lo dice con tanta convicción que por poco y me convence.

—okey.

Me pongo de pie y después de buscar la ropa de ponerme, me voy para la ducha.

Minutos después.

Luego de estar perfectamente vestida, Gracia me hizo una encantadora trenza cascada en el cabello dejando otra parte de él suelto.

—tu también eres muy guapa —dice mirandome por el espejo.

—eso lo sé —contesto presumida.

Gracia golpea mi hombro.

—auch —me quejó.

Me paro de ahí y en compañía de Gracia vamos a desayunar.

Bajamos las escaleras mientras charlamos animadamente de cualquier cosa, hasta que Gracia se calla de golpe como si hubiera visto un fantasma.

Levanto mi mirada y me encuentro con Annie, viene con una cara que parece que se la va llevar el que no la trajo.

—¿Que te paso? —pregunto con voz chocha cuando pasa por nuestro lado.

Nos mira como si nos quisiera matar.

—¡¡A ti que te importa!! —contesta con mal talante.

Por veces me dan ganas de enseñarle a respetar.

«Cómo se le ocurre gritarme delante de Gracia».

Pero después me acuerdo que solo es una niña caprichosa que exige atención y se me pasa.

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