37. EL VALOR DE LA AMISTAD.

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Santa Biblia Reina Valera 1960 - Job 3
1. Después de esto abrió Job su boca, y maldijo su día.



—no seas necio —dice Jak.

Me toma del brazo y me hace subir a su auto.

Apenas subí a su auto inmediatamente sentí la fragancia del perfume de Emily, está impregnado en el asiento del copiloto.

«Si Linda fuera mi esposa, mi auto tendría el aroma de su fragancia».

Recuesto mi cabeza en el asiento y trato de no pensar en ella, pero me es imposible.

Todo el trayecto hacia mi apartamento la pasamos en silencio sin decir ni una palabra, solo me la pasé pensando en Linda.

Pensando en ¿Cómo diablos podré olvidarla?.

—sé que es difícil por lo que estás pasando —habla Jak cuando parquea el auto —yo también pase por lo mismo con Emily, cuando le propuse matrimonio y ella me rechazó, no sabes lo mucho que sufrí por ella, pero Dios es fiel y respondió mi oración.

No le contesto nada, solo miro al frente sintiendo como los pedazos de mi corazón se van cayendo poco a poco.

Me siento el hombre más miserable de todo el universo.

—yo te aconsejo que le des tiempo al tiempo —sigue hablando —por ahora sería mejor que te preocuparas por tu salvación, ya llegará el tiempo de casarte.

—¿Crees que aún tengo oportunidad con Linda? —le preguntó.

Jak suspira y se queda callado por unos cuantos segundos.

—si es la voluntad de Dios que ustedes estén juntos, lo estarán —responde —y si no lo es, por más que luches no lograrás nada.

«No entiendo porque tiene que meter a Dios en esto».

«Dios vino para salvar a la humanidad, no para intervenir en los sentimientos de la gente».

—mandame mi auto con uno de mis hombres —le digo de mala gana antes de salir de su auto.

«Lo que menos quiero ahora es oír sus palabras».

—Deimond —me llama.

—¡¿Que?! —volteo a verlo.

Me mira con preocupación como si quisiera decirme algo importante, pero se abstiene de hacerlo.

—nada. —dice al final.

Cierro la puerta de un portazo y me adentro al edificio.

Días después.

Estoy sentado en la sala de juntas escuchando las propuestas que han preparado algunos de mis empleados para el mejoramiento de la empresa.

En estos días no he estado en mi mejor estado mental por así decirlo.

Aunque han pasado varios días ya desde la última vez que ví a Linda.

No ha sido para mí fácil alejarme de ella, entre más pasa el tiempo más pienso en ella, es como si mi corazón no pudiera ni tuviera amor para nadie más.

He intentado de muchas formas sacarme de la cabeza y del corazón a Linda, pero simplemente me es imposible.

«¿Acaso tendré que vivir condenado a amarla por siempre?».

«¿Es acaso este mi castigo por haberle roto el corazón a tantas mujeres?».

Ojalá nunca la hubiera vuelto a ver, tal vez si todavía creyera que ella me había engañado con Jak, pudiera divertirme con otras mujeres sin ningún cargo de conciencia pero ahora ni estar con otra mujer sexualmente puedo.

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