Protegida

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Cami tenía 8 años, y como cualquier niño en desarrollo, estaba media regordeta, su médico de cabecera decía que estaba bien, que no era sobrepeso sino que era su contextura física natural, pero sus compañeros del colegio no lo comprendían, por ende, sufría lo que ningún niño quiere vivir: bullying.

Todos los días ir al colegio era una tortura, no podía comer porque los nenes le tiraban la comida y menos ir al baño sola, ya que mas de una vez la encerraban.

Los profesores ante esta situación no hacían nada ya que "eran cosas de niños".

Armando y Betty estaban preocupados ya que a veces no quería comer el almuerzo.

Ese día...

-Mila es un lechón, Mila es un lechón, Mila es un lechón...- gritaba un niño frente a todo el mundo mientras la señalaba.

-Basta, porfavor...- decía Cami entre lágrimas.

-Ay, quieres estas galletas?- dijo otro niño mientras le arrebataba las galletas y se las comía salvajemente delante de ella.

-Gorda! Gorda! Gorda! Gorda!- empezaron a gritar todos en un círculo sobre ella.

Cami no aguantó y se fue corriendo hacia afuera del colegio.
Ya afuera empezó a recordar el camino que hacían todos los días sus papás, así que adentrándose entre las calles bogotanas, llegó a la empresa.

Wilson se sorprendió pero no dijo nada, le permitió el acceso y ella subió por las escaleras por una cuestión de "adelgazar".

Al llegar arriba, fue a la oficina de su papá. Abrió la puerta y lo vió en el computador, él al sentir que se abría la puerta dirige su vista hacia esta, viendo a su hija toda agitada y llorosa.

-Hija?!- exclamó sorprendidísimo.

-Papá...- se acercó corriendo y se subió a su regazo, abrazándolo con fuerza mientras lloraba.- Papi te necesito...papi...

-Qué pasó mi niña? Cómo llegaste hasta acá? Viniste sola?!- dijo con preocupación.

-Recordé el camino hacia aquí y solo quise un abrazo de mí papá...- dijo escondiendo su cabeza en su pecho mientras lloraba.

Justo en ese momento entraba una angustiada Betty.

-Armando llamaron del colegio! Camila se escap- no terminó de decirlo cuando vió a su marido abrazando a su hija.

Se acercó y la abrazó y apapachó fuerte.

-Qué pasó mi niña?- le dijo Betty cuando ya Cami se había calmado.

-En la escuela me molestan siempre...me tiran mi comida y me hacen daño...me gritan "lechón", "gorda", "vaca", "cerda"...y ya no lo aguanto más...-

Armando la alzó, a pesar de que tenía 8 años, la alzó, no le importó nada y la apretó contra él, llorando con ella, no la pudo proteger de la maldad de la gente.

-Shhh, tranquila princesa, tú no eres nada de eso, tú eres una reina, una princesa, la niña más linda del mundo...los demás son envidiosos de tu belleza...por qué no nos contaste antes? Ah? Lo hubiéramos solucionado...y las señoritas que dicen?

Betty, a todo esto, estaba sentada al lado de ellos, acariciando a la pequeña, ya que ella sabía cómo se sentía eso...

-Las señoritas no hacen nada, dicen que ya se les va a pasar...y no les dije porque no quería que estén tristes como ahora...pero ya no lo aguanté...hoy de nuevo me tiraron la comida, se pusieron todos en ronda y me empezaron a señalar y gritar gorda...y ahí fue cuando escapé, recordé el camino a la empresa y vine...- dijo ya terminando de llorar.

𝓞𝓷𝓮 𝓢𝓱𝓸𝓽𝓼 𝓐𝓻𝓶𝓮𝓽𝓽𝔂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora