Regreso a casa

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Betty por temas de trabajo había pasado 1 semana en Estados Unidos. Como Nicolás estaba enfermo no había otra persona que se pudiese encargar de la empresa, por lo que Armando, muy a su pesar, dejó marchar sola a su mujer luego de muchos besos y abrazos en el aeropuerto. Esa semana para ellos fue una tortura, y no era solo el hecho de que Armando se tenga que encargar solo de una beba de 2 años, sino que también era el hecho de la separación, ya que para Armando, el miedo seguía latente, de perderla o que se enamore de otro hombre. Y para Betty no era menos, ya que se seguía sintiendo fea, o que no merecía a ese hombre. En esos 7 días las llamadas eran constantes, en las noches no cortaban, sino que se quedaban hablando hasta que uno se quedase dormido y el otro cortaba con un dulce "te amo mi vida, dulces sueños".

Ese día ya había finalizado todo, los negocios cerraron exitosamente y ya era tiempo de volver a casa. Aterrizó el avión, buscó su maleta y al bajar en las escaleras mecánicas para tomarse un taxi hacia su casa, se llevó la grata sorpresa de que en el aeropuerto estaba su marido con su hija en el coche. Arrastró su maleta rápidamente hacia ellos y los dos adultos se abrazaron y buscaron sus bocas desesperados. Por un momento todo se detuvo y eran solo ellos dos, no existía la gente que iba y venía, los que se despedían de familiares ni personal del aeropuerto, eran solo ellos dos. Sus bocas se buscaron con hambre, recorrieron sus bocas desesperadamente y al acabar el beso él le dice.

—Bienvenida a casa, cielo. Te extrañamos mucho— le besa la nariz mimoso y se aleja para que salude a su hija, que ya tenía los brazos alzados hacia ella para que le haga upa.

—Yo también los extrañé, pero venga mi pequeña!— alza a su hija y la besa por todas partes, causándole carcajadas a la niña.—Gracias a Dios ya estoy aquí, no soportaba un minuto más sin ustedes!— les dijo mientras se dirigían al auto.

—Nosotros tampoco, cariño! Cami te extrañó mucho y yo ni te imaginas...— le decía mientras abría la puerta del auto y colocaba a su hija en la sillita.

—Pero bueno, por fin estoy en casa!— se puso el cinturón y marcharon a su hogar.

Al llegar, se dirigen a la habitación de la pequeña y la dejan en la cuna, ya que en el viaje se había dormido y no la querían despertar. Betty va a su habitación y deja la maleta ahí, Armando la sigue y ambos quedan enfrentados, ella entrelaza sus manos en su nuca y él pone sus manos en la cintura de ella, acercándola a él, quedando bien pegados.

—Ni te imaginas cuánto anhelé este momento— dijo mientras le daba un beso esquimal (*resfriegue de narices dulces)

—Amor, me hablas como si me hubiese ido 1 año! Y solo fue una semana...aunque yo también te extrañé demasiado— dijo mimosa mimosa.

—Se sintió como 1 año, no soporto dormir solo!— le dijo mientras introducía sus manos en la espalda de ella.

Lentamente, sin palabras, se desnudaron e hicieron el amor, con mucho amor y palabras dulces. Repitieron y al fin se quedaron dormidos y mas o menos saciados, porque nunca se cansaban, siempre querían más del otro. Cada encuentro para ellos era especial y reafirmaba más su pareja.

Luego de 3 horas se despiertan por un llanto, se colocan sus pijamas y van a atender las necesidades de Camila. Mientras Betty le cambió el pañal, Armando le preparó el biberón. Y así, entre la cotidianeidad y las cosas que les sorprendían, como viajes inesperados, eran felices. Porque al final del día, se tenían el uno al otro, y amaban esa pequeña familia que tenían.

FIN

𝓞𝓷𝓮 𝓢𝓱𝓸𝓽𝓼 𝓐𝓻𝓶𝓮𝓽𝓽𝔂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora