Another reconciliation

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POV Armando.

Sabía que la enojaría decirle que había leído su diario, maldita sea, claro que lo sabía, pero nunca imaginé que tanto...el enojo con el que me miró nunca lo había visto. Y es que, leer su diario me bajó al infierno, saber como sufrió realmente me rompió en mil...nunca imaginé que el daño que le hice iba a ser tan grande...y menos que esa carta la iba a destrozar tanto. Mientras leía su diario veía marcas de agua...marcas de que mientras lo escribía lloraba. Me duele tanto haberla dañado así, me duele que ella a solas lidiaba con un dolor que yo ni me daba cuenta, me duele pensar en la cantidad de veces que lloró por mí y yo solo veía mi ombligo...

Cuando se fue del bar la mujer de mi vida, yo decidí marcharme a mí apartamento. Tenía que pensar en cómo seguir...quería recuperarla, ella me ama, yo la amo, pero el dolor es más fuerte que el amor esta vez, pero trataré de hacer todo lo posible para que el amor triunfe, porque no soporto pensar en una vida sin ella.

Me he equivocado toda la vida en decisiones, pero ahora estoy más segura que nunca que esta decisión es la correcta, que casarme con esta mujer sería lo mejor para ella y para mí. Si se va con el francés, ella no va a ser feliz, porque no lo ama y porque no soy yo, yo le daría todo lo que quiera, la cuidaría y mimaría...

Me levanto luego de no haber dormido nada y me dirijo a Ecomoda. Al llegar voy directo a presidencia, tengo que hablar con ella...cuando estoy por tocar escucho su voz, está hablando con alguien...

-Es que doña Catalina, tengo tanto miedo- no temas mi vida- él siempre fue un hombre mujeriego, que si bien no se burlaba frente a mí junto a su amigo, yo siempre era la fea- me maldigo por mi pasado- un día llegué y él me despidió sin dejarme explicar, sin darse cuenta lo lastimada que iba, que había pasado toda la noche trabajando en un trabajo para él, claro que después me restituyó...- dios, que hijueputa que fuí...tengo que remediar esto como sea- además...si me amaba, por qué volvió con Marcela antes de volver de Cartagena? Por qué se paseaba con Alejandra? Eso me demostraba todo menos amor- tiene tanta razón, he cometido mil errores, y cuando yo decía que la amaba estaba con Marcela, demostrándole nada, y después paseándome con Alejandra, que si bien no pasó nada demostrábamos todo lo contrario...sé como se sintió porque así me sentí con el francés...dejo mis pensamientos de lado para seguir escuchando- Encima tengo el juramento con doña Marcela de no acercarme a él...hay mil cosas en contra...no sé como salir de aquí, me siento en un callejón sin salida-

Cata parece que la aconseja, pero yo no aguanto más y abro la puerta. Se sorprende y me mira, yo no aguanto más, esto debe de parar ya.

Me acerco y ella se despide de Cata, está sin palabras me acerco, me arrodillo y entre lágrimas le digo, aferrándome a sus rodillas.

-Mi vida, perdóneme por todo el daño que le causé, perdóneme por haber estado tan enceguecido y haber hecho mil crueldades con usted, perdóneme por no demostrarle como se debe mi amor, perdóneme por cada grito que le dí, perdóneme por haber mostrado a Alejandra, y le aclaro, no pasó nada, no podría pasar nada si yo la amo a usted, perdóneme por haber sido un completo ogro e idiota con usted...comprendo todo su dolor...pero le juro y le prometo mi princesa, que si usted me da una oportunidad, yo la haré feliz, la mimaré y amaré. La amo con todas las fuerzas de mi alma, me oyó? La amo- finalicé llorando en sus rodillas.

Narrador Omnisciente.

Beatriz no aguanta más y también se rompe, han pasado por tanto, ambos, que ya no aguantan más y se muestran vulnerables a su ser amado.

-Don Armando...yo lo perdoné, hace mucho, también lo amo, pero me da miedo, yo sufrí, mucho, pensando en que cada salida nuestra era un reto para usted, pensando en que usted nunca me amaba, pensando en que mis besos le daban asco y que tener intimidad era hacer el horror...yo ya no aguanto más, mi corazón es un traidor, y me da miedo, miedo de que usted cuando les devuelva la empresa me bote, miedo de que sea de nuevo todo un reto, tengo mucho miedo de sufrir, porque sé que esta vez no podría volver a levantarme...y me mataría...metafórica y literalmente...-

Armando al escucharla la levanta y se levanta, le limpia las lágrimas y le dice...

-Usted no se morirá, usted no recaerá, usted será muy feliz, la amaré como siempre tuvo que haber sido. No me esconderé de nadie, todos lo sabrán, sabrán de nuestro amor. Haremos el amor, escuche bien, el amor y no el horror, porque eso siempre ha sido para mí, ni siquiera sexo, con las demás era solo eso, pero contigo mi reina es hacer el amor...y muy rico he de decir -le dice haciéndola sonrojar- sus besos son riquísimos y no tiene ni idea de cuanto los extraño...estará bien cuidada conmigo...por favor, confíe en mí...la amo- le dice mirándola a los ojos.

-Yo también lo amo...-

Lentamente se acercan y se besan, primero reconociéndose y luego besandose como a ambos les gustaba. Sus lenguas se entrelazaban y los suspiros salían. Betty entrelazó sus brazos en el cuello de él y él puso sus manos en la cintura de ella, acercándola a él...la falta de aire los hizo separar sus bocas, y ella esconde su cara en el pecho de él por la vergüenza...él se moría de ternura y felicidad.

-Se avergüenza doctora? Pero si hemos llegado a más cosas usted y yo...- dijo haciéndola sonrojar más.

-Perdón doctor, es que me avergüenza esto y que me vea llorar, sé que no le gusta que la gente llore enfrente suyo- dijo con pesar y con la cabeza todavía en el pecho de él.

-Si usted quiere llorar, hágalo, pero encontrará consuelo en mí, te apoyaré y haré que esas lágrimas derramadas no sean por mí...no me molesta, tú eres mi vida y haré todo por verte mejor. Te amo...y no me digas más don ni doctor, llámame por mi nombre y tutéame, si? Te amo- le besó la cabeza y apretaba más el abrazo.

-Está bien, mi amor, te amo...-

Eso fue la perdición para él y la besó, apasionadamente mientras le apretaba las nalgas. Tenía un deseo inmesurado por ella. Ella no se quedaba atrás, agarraba con fuerza su cabello mientras se besaban. Pero todo se cortó al escuchar dos voces que los sorprendieron.

-Beatriz Aurora Pinzón!

-Armando!- exclamó Marcela.

Ambos cortaron el beso pero no se alejaron. Se miraron y supieron que pasara lo que pasara, ellos estarían juntos, como siempre debió ser.

FIN

𝓞𝓷𝓮 𝓢𝓱𝓸𝓽𝓼 𝓐𝓻𝓶𝓮𝓽𝓽𝔂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora