Celos silenciosos

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Había terminado el desfile por el cual todos habían trabajado arduamente, por lo que decidieron celebrar el éxito de la nueva colección a una discoteca. Gran parte de Ecomoda se sumó a la idea, Aura María, Mario, Sandra, Mariana, Hugo, Betty, Armando, algunos de corte y por último Marcela Valencia. Ésta había vuelto mejorada, luego de 3 años de haber estado en Palm Beach, mejoró, conoció el amor y ahora estaba en algo con alguien más. Todavía no eran novios oficiales, pero había algo ahí. Patricia también había terminado su carrera de finanzas y ahora trabajaba muy bien en la empresa.

Armando y Marcela habían arreglado sus diferencias, quedando como los amigos de la infancia que eran antes de ser pareja. Por ello, Armando "para recordar viejos tiempos", luego de darle un beso apasionado a su mujer, invita a bailar a Marcela.

Betty tenía un revuelto de emociones, por un lado se alegraba que hayan arreglado sus diferencias, pero por otro, se sentía "rara". Le incomodaba el hecho de que Armando y Marcela hayan tenido relaciones, y una relación de 4 años, haciendo que ese plan de "amistad" le llegase a incomodar.

El resto de la noche se portó cortante, pero Armando no lo notaba, estaba tan entusiasmado de que todo vuelva a la normalidad...

Luego de un rato, Betty le dice a Armando que se quiere ir.

-Pero amor, la estamos pasando genial, quedemonos un rato más...- le dijo Armando.

-Si quieres quédate tú pero yo me voy a casa.- le dijo cortante, se levantó y se dirigió al auto.

Armando cuando pudo reaccionar sale corriendo a buscarla pero cuando ya está afuera, ve como su auto se va quemando llantas. Confundido, entra al lugar, recoge sus cosas, se despide de los demás y toma un taxi hacia su hogar mientras llama al teléfono de su mujer, viendo que está apagado.

Llega a casa y Betty no está, solo la niñera y Camila. Preocupado llama insesablemente a Betty sin conseguir respuesta.

En un lugar lejos, está Betty, tomando aire fresco, apoyada en el capó del auto viendo las estrellas. No quiso volver tan pronto a casa, ya que primero se quería tranquilizar. No quería ser tóxica, mucho menos celosa, pero ese sentimiento no la abandonaba al pensar en que Armando primero que todo haya invitado a bailar a Marcela antes que a ella, y teniendo en cuenta que eran ex's y que estuvieron a punto de casarse, ese sentimiento crecía. Sabía que si fuese al revés Armando le armaría una escena de celos, lo conocía, pero ella no era así, era de guardarse los sentimientos y explotar sola, como ahora, donde se puso a patear la rueda del auto y a gritar.

Ese sentimiento de celos le pasaba muy seguido, cada vez que salía y veía a mujeres, sabía que la gran parte había estado en la cama con su marido, y ese hecho la incomodaba, porque no solo ella sabría cómo era su marido en la cama, sino que medio Bogotá.

Luego de desahogarse, ingresa al auto y parte a su casa, con ojos rojos e hinchados. Al llegar vé a Armando en el comedor, con cara preocupada y con el teléfono en el oído, lo ve caminar de un lado al otro, hasta que nota la presencia de ella. Suelta el teléfono y va hacia ella a abrazarla.

-Mi vida! Al fin llegas! Qué pasó?! Qué te pasa cariño?- preguntó Armando mientras la abrazaba.

Por primera vez, Armando se daba cuenta que algo le sucedía...

-Vaya...por fin te das cuenta que me sucede algo...- dijo de forma sarcástica y soltándose del abrazo.

-Betty? Qué pasa?- dijo suavemente.

-Pasa que estoy cansada de todo, Armando.- suspiró- pasa de que nunca te des cuenta de cómo me siento.- toma aire- pasa que medio país ha estado contigo y me siento incómoda. Pasa de que tú haces cosas que sí las hiciese yo sería el fin del mundo...pero como eres tú yo me lo tengo que aguantar. Pasa de que estoy cansada, y mucho.-

-Betty...yo no sabía que te sentías así.- estaba sin palabras.

-Nunca lo sabes.- dijo rotunda Betty.

Pasó por al lado de él y se fue al cuarto. Él la siguió. Ambos se acostaron y Armando al querer abrazarla, nota como ella se aleja y susurra.

-Pasa de que nunca quieres hablar las cosas y hacer como si nada...-

Se levanta de la cama y se lleva su almohada.

-A dónde vas?- pregunta Armando estupefacto-

-A dormir en el cuarto de Camila, en la cama extra.- y cerrando la puerta se va.

Armando se pone a reflexionar y se da cuenta de que su mujer tiene razón. Nunca sabe qué le pasa, nunca le pregunta, también sabe de que hay muchas actitudes que si fuese al revés sería un escándalo.

Y con esos pensamientos llora por ser tan imbécil y por odiar su pasado.

Se levanta y va al cuarto donde estaría su esposa e hija. Abre la puerta lentamente y observa a su mujer durmiendo al lado de su hija de 3 años, mientras la abraza.
Lentamente se acerca a ambas y se recuesta también en la cama, (cabe destacar que la cama de Camila era grande porque muchas veces pedía la presencia de sus padres) alarga su brazo y abraza a Betty primero y luego a su hija.

-Perdón.- le susurra a su mujer mientras llora.

A la mañana siguiente Betty se despierta primero y se encuentra en medio de su hija y su marido. Lentamente, sale de la cama y se retira a su habitación para bañarse ya que sería un día duro de trabajo.

Armando al sentir la ausencia de su mujer, se despierta y se levanta sin despertar a su hija. Va hacia su habitación y siente el ruido de la ducha, se desviste y, sorprendiendo a su esposa, se mete en la ducha con ella.

-Que haces?- le dice sorprendida Betty.

-Tomar una ducha con mí mujer, a quien amo más que nada en el mundo, a quien sin querer lastimo mil veces y ella me sigue perdonando, a quien me gustaría saber leerle los ojos cuando está mal o me miente al decir que está bien, a quien le hago daño con mis escenas de celos cuando ella no me hace ninguna teniendo todo el derecho del mundo...- le dijo y la abrazó, bajo el chorro de agua.

-Sabes?...- dejó un silencio para ver si respondía.- anoche al ver que invitaste a bailar primero a Marcela antes que a mí, mi mente me empezó a mortificar y me sentí tan mal sabiendo que ella fué mujer tuya, que tuvieron relaciones y que estuvieron a punto de casarse...no quiero sonar celosa, solo que no me agradó...solo eso...y menos cuando ví que tú estabas tan a gusto y cuando me quise ir ni bola me diste...- le dijo mientras le acariciaba la mejilla a su marido.

-Lo siento tanto mi amor...sé que si fuese al revés me pasaría lo mismo y peor...prometo estar más atento a tí, y ser mejor esposo para tí. Te amo.- le dijo antes de besarla.

Lentamente hicieron el amor en la ducha, con mimos y arrumacos llegaron al orgasmo.

Salieron de la ducha y se vistieron. Llegaron los señores Pinzón y, después de despedirse de su hija, partieron a la empresa.

Desde ese día, Armando fué más cuidadoso con sus acciones y palabras, con Marcela fue un poco más formal, comprendiendo a su mujer. Y otro cambio positivo en él, fué que aprendió a leer a su mujer, y cada vez que estaba mal, él lo sabía y la ayudaba.

𝓞𝓷𝓮 𝓢𝓱𝓸𝓽𝓼 𝓐𝓻𝓶𝓮𝓽𝓽𝔂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora