Temores

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Eran novios y ambos tenían unos sentimientos que guardaban. Armando porque ella casi no se dejaba demostrar el amor que él tenía por ella en frente de las personas. Betty, por su parte, todavía se sentía la amante, la intrusa, que no podría tener un amor con él a la luz y que menos demostraciones, como le pasó con el poema de Delmira Agustini. 

Ese día, Armando aprovecharía para hablar de eso con ella, los padres de ella tenían una celebración por parte de un compañero de trabajo de Hermes, por lo cual, ella estaría sola esa noche en su casa hasta la madrugada, él lo sabía y pensaba aprovechar eso.

Marchan a la casa de ella y entran, ahí Betty se empieza a poner nerviosa, porque también se le hacía extraño estar a solas con él, éste lo nota y la acerca a él agarrándola de la cintura.

-Qué pasa mi amor?- preguntó dulcemente Armando.

-Nada doc...Armando...- dijo ocultando su mirada.

-A ver, sentémonos...- van al incómodo sofá de la casa y se quedan frente a frente- te conozco perfectamente, se que cuando ocultas la mirada es porque mientes...dime...además, quiero preguntarte, por qué cuándo estamos en un lugar público no te dejas "mañosear" y querer?- le pregunta atento a su respuesta.

Ella se remueve incómoda en el sofá y decide contarle lo que le ocurría.

-Es que...- dice titubeante- yo...me sigo sintiendo tu amante -lo mira a los ojos- sigo sintiendo que yo no debería de estar contigo, sigo sintiendo que nos deberíamos de esconder, que yo no puedo darte una muestra de cariño ni un regalo porque no soy más que la otra...y sé...sé que somos novios, pero yo me sigo sintiendo ajena...recuerdo perfectamente como te enfureciste cuando te dí de regalo un poema de Celmira Agustini, el cual terminó en la basura seguramente, sé que te molestó y no quiero volver a hacerte sentir molesto aunque con ello yo me tenga que reprimir...-

Armando estaba estupefacto. Cuando logra reaccionar agarra la cara de ella y le dice mientras la mira a los ojos.

-Lamento demasiado que hayan ocurrido así las cosas, que te sientas como la otra y que sientas que debes reprimirte para que no me enfade...mi amor, tú me cambiaste, no soy el mismo, si tú me quieres hacer un detalle yo con muchísimo gusto lo recibiría, lo guardaría hasta el fin de los tiempos así fuese un chocolate. Siento mucho que nuestro pasado te siga afectando...y quiero que sepas que el poema que me hiciste lo tengo guardado en mi caja fuerte de mi apartamento, nunca lo tiré. Perdón por haber reaccionado de tan mala manera cuando me lo diste, si hoy tú me regalas un poema te juro que te como a besos, porque es tierno y tú eres tierna, un ser de luz que es puro amor y alegría. Siento que yo haya matado a ese ser, pero prometo resucitarlo...te amo-

-Yo también te amo...-

Ya no hacían faltas las palabras...

Desde ese día fue mucho más bello el noviazgo, porque Betty le regalaba poemas y él...él se la comía a besos, porque esa era SU Betty, de quien se enamoró. Armando no se quedó atrás y en vez de cartas tenía detalles, aunque eso de las cartas ella lo extrañaba, por lo que sería otro tema a hablar...

FIN

𝓞𝓷𝓮 𝓢𝓱𝓸𝓽𝓼 𝓐𝓻𝓶𝓮𝓽𝓽𝔂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora