Cincuenta y cuatro

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Cincuenta y cuatro

Porsche no esperaba que el sitio desconocido al que Kinn lo llevaría sería esa enorme casa en una zona residencial lujosa y familiar que claramente tenía el estilo que Porsche alguna vez soñó para el lugar donde formaría una familia. En los jardines hay quizás cientos o miles de flores de distintos tipos, sin embargo, parecen resaltar aquellas del mismo tipo que ha cultivado todos esos años en su jardín, el terreno de la propiedad es muy grande, sin embargo, en comparación de la enorme propiedad la casa no es un edificio exagerado de miles de habitaciones y necesitada de un batallón de sirvientes para mantenerla funcionando, su tamaño relativamente pequeño para una familia como los Theerapanyakul emana un ambiente familiar y cálido. En la sala iluminada por enormes ventanales que dejan entrar la luz natural se encontró con pinturas de una flor particular: Lilium Aurathum.

Tan pronto como los ojos de Porsche encontraron las flores adornando la pared sintió su corazón punzar causando un poco de dolor, aunque, también experimentó emoción por encontrarse allí. En el aroma de sus feromonas existe uno en específico que resalta sobre todos y es la fragancia del lilium aurathum, cada imagen de esa flor es un golpe bajo para sus ganas de continuar enojado con Kinn por el resto de sus días, tal vez está siendo fácil y el hombre trajo todo eso para convencerlo, sin embargo, es imposible ignorar que ese Alpha recuerde que Porsche vive un poco en esa flor.

―¿Lilium Aurathum?

La voz de Porsche se escuchó un poco extraña, quizás porque ese lugar despertó sentimientos que creyó muertos hace mucho.

―Sí.

Porsche se acercó a cada pintura en ese lugar y notó como los colores y las formas cambian de una a otra, por ejemplo, la primera se encuentra en tonos tristes, las flores y el cuadro entero contienen colores que invitan a la melancolía, la siguiente mantiene los tonos tristes, sin embargo, hay algo más y es la poca cantidad de flores en el cuadro, mientras la primera representaba un bosque lleno de flores, el segundo apenas tenía unas cuantas. Un tercer cuadro se alzaba en la pared y se encontró con una única flor en un tono gris, los siguientes cuadros parecían una historia de melancolía, desesperanza y al final, el último contiene tantas flores que es imposible de contar y los colores se convirtieron en alegres y vibrantes, dando a entender que por fin los sentimientos cambiaron.

Cada cuadro tiene una serie de números diferente escrito en la esquina superior izquierda, al principio pensó que se trataba de algo como un número de lote, sin embargo, después de prestar un poco más de atención se encontró que no eran números de lote, se trataban de fechas que han ocurrido en esos dieciséis años. Quizás se trate de cuándo fueron pintadas, seguramente el artista es de esas personas que le gusta dejar ciertos rastros en sus obras y las fecha para dejar alguna constancia, pensó en preguntar qué significaban, pero, al notar el rostro nervioso de Kinn prefirió no hacerlo.

―¿Quieres comer o tomar algo?― preguntó Kinn interrumpiendo a Porsche en su apreciación del arte.

Porsche que realmente pensó en mantener sus distancias y no ponerle las cosas fáciles a Kinn respondió:

―Tengo hambre ¿Puedo tener algunos fideos fríos?

El rostro de Kinn se iluminó con la petición de Porsche y rápidamente le pidió a la cocinera que prepare lo que el Omega ha solicitado, la mujer se apuró a preparar lo que su jefe ordenó con la duda de quién es el invitado del señor y por qué hay tantas consideraciones. Por otro lado, Porsche se preguntó por qué su lengua se movió más rápido e ignoró por completo lo que su cerebro decidió, se supone que se negaría, pero, terminó ordenando fideos fríos con el argumento de que tiene hambre y, aunque tomó un buen desayuno y no se acerca la hora de la comida realmente sintió hambre.

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