Trece

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Capítulo dedicado a la personita que me pidió hacerlo en el live del miércoles y nunca me envió su usario de Wattpad, pa' ti (mándame tu usuario carajo)

Actualización: ¡Sí me mandó su usuario! Así que pa' ti @Yuri_Larry_Shipper con todo mi corazón.

Trece

Arm volvió con las feromonas de Porsche, aquel líquido tan preciado debería mezclarse con el sedante para que tenga el efecto esperado, Tankhun suspiró al tomar el frasco entre sus dedos, extraer feromonas es algo difícil de realizar, en las condiciones actuales de Porsche, es probable que también causara dolor e incomodidad. Si la situación no fuese tan extrema, Tankhun jamás le hubiese pedido tal cosa a Porsche, pero, a pesar de todas las estupideces que ha cometido Kinn, sigue siendo su hermano y saber que se encuentra en un estado tan lamentable rompe su corazón.

―¿Debería entregarlo a Chan?― preguntó Arm.

―¿Tienes el sedante?― preguntó Khun observando a su guardaespaldas, Arm asintió y le ofreció la jeringa con el líquido.

La situación de Kinn era cada vez más preocupante, se convirtió en una bestia herida que llamaba a gritos a una persona en particular, la sangre que escapaba de su pierna era abundante y las otras heridas en su cuerpo también dejaban un rastro rojizo sobre su piel, a ese paso, en tan solo unas horas más se desangraría hasta la muerte. Chan era consciente de ello y, junto al médico estaba considerando un plan para hacer que Kinn pierda la consciencia sin necesidad del sedante, sin las feromonas de su compañero sería inútil. Los guardaespaldas acorralaron a Kinn en el sótano, nadie se atrevería a acercarse sin que Chan lo ordene, ese Alpha es un Dominante y el lugar está lleno de feromonas desordenadas y venenosas a las que nadie en su sano juicio debería exponerse, sin una orden directa, ni el más estúpido se acercará a él.

En el sótano apareció una figura envuelta en un abrigo de imitación de piel de oso, el sonido de un par de botas resonó en el lugar a medida que se acercaba a Kinn, esa persona no era otro que Tankhun, a pesar de ser un Omega parecía muy tranquilo para estar en presencia de un Alpha Dominante y sus feromonas, pero, Tankhun no es un simple Omega, también es un Dominantes y, el hermano mayor de Kinn. No hay mejor persona para enfrentarlo, así que, con un magnífico despliegue de sus feromonas, Tankhun se abrió paso hasta llegar a Kinn, no importó como Chan le ordenó que saliera de ese lugar, él no lo escuchó, tan pronto como estuvo a un par de metros de su hermano elevó el brazo derecho y una hermosa arma brillo en su mano, una sonrisa y un disparo seco.

Dos, tres, cuatro... los segundos pasaron y nadie se atrevió a moverse ¿Acaso Tankhun mató a su propio hermano? Kinn no se movía, yacía en el suelo inerte como lo hace un cadáver, una sonrisa se dibujó en Khun y dijo: ―No debería ser yo quien disparase― giró sobre sus pasos, entregó el arma a Chan y se marchó tranquilamente de vuelta a sus habitaciones.

El médico se acercó a comprobar el estado de Kinn, el Alpha se hallaba inconsciente sobre un charco de su propia sangre, su respiración era tranquila y relajada, Kinn solo dormía gracias al sedante. Después de comprobar que todo estaba bien fue llevado de emergencia al hospital para atender la perdida de sangre y el problema con sus feromonas, todavía no se explicaba por qué el sedante hizo efecto sobre el Alpha cuando claramente, sin las feromonas de su Omega perdido jamás funcionaría. Para ese médico no hay milagros o coincidencias, Kinn definitivamente sería analizado y ese milagro será descubierto.

Tankhun observó la figura de su hermano menor inconsciente en la cama de hospital y suspiró, si tan solo no fuese tan tonto jamás experimentaría todo ese dolor, a veces le gustaría saber qué pasaba por la cabeza de Kinn en el momento en que decidió traicionar el corazón de Porsche, ellos pudieron tenerlo todo y por los actos estúpidos de Kinn todo se arruinó al punto que inclusive tuvieron un hijo que jamás conocerá y causó que la vida de Porsche esté en peligro. Todavía se trata de su hermano, por eso está tan enojado y no puede perdonarlo, en aquellos años, cuando Kinn y Porsche permanecían juntos, era difícil no adivinar la profunda conexión entre ambos, las miradas, los roces de manos, incluso un ciego notaría lo perdidamente enamorado que se encontraba Kinn de Porsche y, un buen día lo dejó ir.

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