WOUNDS

Treinta y seis

(Capítulo escrito con This love de Davichi)

Treinta y seis

Después de una de tantas misiones Kinn despertó abrazado a Porsche, desde el momento en que sus dientes se hincaron en esa suave glándula creando una marca imborrable que los uniría para siempre, en él despertó la necesidad de conservarlo a su lado todo el tiempo, sin importar las condiciones o circunstancias necesitaría estar cerca de Porsche y asegurarse que se encuentra bien. Las noches que han compartido le dieron la tranquilidad de hacerlo sentir en un maravilloso equilibrio y abrieron la puerta a sentimientos que nunca experimentó, como si el mundo por fin le presentara sus verdaderos colores y sabores, la vida se siente tan diferente desde que se unió en ese vínculo sagrado a Porsche. Después de marcarlo supo que fue un impulso estúpido guiado por su deseo de dejar en claro que Porsche siempre será suyo y nadie más podrá tocarlo, es su juguete, solo suyo y no aceptará que otro ponga sus garras sobre él, su preciado amante nunca podrá jugar con otros.

La marca se convirtió en la forma de asegurar que no pueda abandonarlo, a pesar de que su propio padre le dijo que aquello era una locura y si no pensaba ser formal con Porsche debería retirar la marca, Kinn se negó a hacerlo a pesar de estar a tiempo de romper el vínculo sin que ninguno de los dos sea afectado, si libera a Porsche ambos podrán decidir sus caminos en el futuro y en especial, el Omega diseñará su vida como mejor le guste, no es justo para él verse atrapado en ese juego al que Kinn lo ha arrastrado porque, cuando el deseo y el sexo se terminen desearán tener vidas separadas. Esa idea no hizo más que molestar a Kinn y se negó a retirar la marca, puede soportar que Porsche se moleste con él, pero, jamás lo dejará ir; sin importar cuánto pueda rogar la marca permanecerá y estará obligado a necesitar a Kinn toda su vida porque el Alpha no renunciaría por voluntad propia a la dulzura de Porsche, necesita del sabor del Omega para vivir, de su calor y de ese par de ojos capaces de entregar la mirada más tierna o retar con la expresión más afilada, en el pasado han desfilado muchos amantes por su cama, sin embargo, ninguno pudo darle lo que Porsche le ha dado.

Esa mañana sus ojos observaron la expresión suave de Porsche al dormir, era temprano y el día anterior fue largo y cansado por lo que decidió dejarlo descansar, embelesado por la belleza que descansa a su lado permaneció en silencio guardando en la memoria el contorno de ese rostro y sus facciones juveniles, no hay nada de Porsche que no le guste, su cuerpo es maravilloso y jamás se cansará de recorrerlo, sus valles y montañas llaman a ser acariciados por las manos hábiles de ese Alpha hambriento que quiere adentrarse en las cavernas ocultas de Porsche y verter su semilla como hizo tantas veces antes. Una idea vaga resuena y su instinto lo empuja a anudar en el interior asegurando que la unión de ambos les obsequie un precioso fruto; también le encanta la fuerza de las piernas de Porsche cuando aferrarse a su cintura y exige que aumente el ritmo, le fascina el aroma que escapa de la glándula de su cuello y que ahora tiene su propio rastro en ella.

¿Puede existir algo mejor que sostener a su vínculo entre sus brazos y perderse en él? Sin embargo, a pesar de la dulzura de saber que Porsche no podrá escapar de él también existe ese escenario caótico donde, a pesar de sus precauciones, Porsche lo abandone, Time le dijo la noche anterior que no debería confiar tanto en Porsche porque, aunque lleve su marca, no deja de ser un dominante y cuando la novedad pase quizás busque a otro, Kinn es un Joven Maestro y Porsche su empleado, eventualmente encontraría a alguien de su clase con el que quiera tener una de esas vidas normales con hijos y matrimonio. Para Kinn pensar que Porsche lo abandonará representó un conflicto, sabía que la marca no dejaría que su Omega se marche muy lejos, sin embargo, necesitaría estar preparado para retenerlo al precio que fuese, no le importaría cuánto ruegue Porsche si llegase a intentar insistir en irse no tendrá más opción que tomar la misma ruta que usó su primo con Pete y obligarlo a quedarse.