Dieciocho

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Dieciocho

Por la tarde la lluvia sorprendió a la ciudad, las gotas se estrellaban contra el cristal del gran ventanal de la lujosa habitación de hospital en que permanecía Kinn, sus ojos se posaron en la imagen de Bangkok mojada por la lluvia y pensó en lo cerca que siempre estuvo de Porsche todos esos años. Quizás alguna vez incluso cruzaron sus caminos por la calle sin siquiera notar al otro, tal vez Porsche empujaría un carrito de bebé por la acera mientras el auto de Kinn esperaría el semáforo para avanzar, quizás alguna vez Porsche caminó con un pequeño niño de la mano que salta entusiasmado en su camino hacia el jardín de infantes mientras Kinn desciende el auto al otro lado de la calle para encontrarse con algún socio.

¿Cuántas veces pudieron encontrarse en esos años?

Desde que las fotografías de Porsche y su hijo llegaron a sus manos no pudo encontrar momento de paz, tenía solo veinte años cuando Porsche se marchó de su vida, a esa edad por supuesto que no quería tener un hijo y tampoco esperaba comprometerse con nadie, pero, en su interior rugía el deseo de conservar a Porsche solo para él. Los celos son tan poderosos que lo hicieron marcarlo para asegurarse que nadie pueda tenerlo, por mucho que Porsche le pidió que anule el vínculo no lo hizo ¿Por qué rompería la conexión entre ambos?

Si Porsche no se hubiese marchado ese día ¿Permitiría que el niño nazca? Kinn sabía que haría lo mismo que hizo Vegas con Pete, lo encerraría en la casa familiar y jamás lo dejaría ir, con la excusa del niño Porsche permanecería a su lado. Tal vez no sea tan diferente a Vegas cuando se trata del vínculo, sin embargo, su primo siempre tuvo claro que tenía sentimientos por Pete y nunca dudó de ello; Kinn por otra parte sabía lo obsesionado que estaba con Porsche, pero, remitía todo al instinto y el deseo, dos dominantes tienen una mejor conexión y su guardaespaldas encajaba muy bien en su vida y en su cuerpo.

―Quiero verte― dijo en un suspiro ―Te extraño.

Después de dieciséis años separados sin una sola pista de Porsche, ahora que está tan cerca de él comienza a ser consciente de lo difícil que será acercarse, no solo se trata de Porsche sino de su hijo, el hijo de ambos que es un adolescente de quince años. El informe del investigador no menciona nada sobre si se trata de un Alpha o un Omega, lo único que tiene claro es que es del tipo dominante como sus padres. El sentimiento dulce de saber que es padre se ha posado suavemente en su corazón, también siente culpa por todos los años perdidos con su hijo.

―Nuestro hijo― murmuró pensando en el rostro de su hijo ―Tenemos un hijo...

La lluvia continuó bañando la ciudad y Kinn sintió que necesita presionar al investigador, pedirle una dirección, más información sobre su hijo que le permita acercarse a él, saber todo sobre Porsche y así traerlo de vuelta.

Un par de golpes en la puerta anunció que alguien entraría, se trataba de Big que se inclinó para saludar, es el encargado de comunicarse con el investigador y transferir la información a Chan, resulta extraño que sea él quien aparezca en el hospital ―Señor, tengo información.

―¿Se trata de Porsche?― preguntó ansioso Kinn sentándose en la cama de inmediato.

―Lo siento, es sobre algo más― Big se mantuvo tranquilo intentando ignorar la mirada ansiosa de su jefe ―Se trata de los socios, están preocupados porque no hay un heredero de la Primera Familia.

―Esos imbéciles― bramó Kinn adquiriendo un terrible humor ―¿Qué demonios quieren?

―No lo sé Señor, pero, esperan que se pueda realizar pronto, si me deja opinar creería que quieran buscar una alianza por matrimonio con usted o con el Maestro Tankhun.

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