Seis

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Seis

Porsche observó las luces del bar y suspiró, esa noche le han invitado más de un trago, sin embargo, siempre los rechaza de la manera más cortés que puede y si se vuelven insistentes, acude a ese residuo de Kinn para rechazarlos. Es un poco patético tener que usar la marca en su cuello para dejar en claro a los posibles pretendientes que ya tiene a alguien en su vida, si realmente estuviese Kinn con él, no necesitaría señalarse, su cuerpo sería bañado por el aroma natural de Kinn, sin embargo, hace mucho que no tiene siquiera contacto por el vínculo con él, desapareció de la vida del Alpha porque, de cualquier forma, no importa si lleva su marca o no, a los ojos de Kinn es solo un juguete, alguien que puede poseer cuanto se le antoje y no tiene ningún derecho a sentir nada o siquiera quejarse.

Cuando señala la marca en su cuello, algunos pretendientes incluso se disculpan y se van, solo un par de personajes que no saben aceptar que fueron rechazados continúan insistiendo y entonces, Porsche vuelve a señalar la marca y un anillo en su dedo, el tipo de anillo que se esperaría que le den a un Omega el día de su boda. Se trata de un anillo que Tankhun le regaló para evitar preguntas, cuando las personas veían a Porsche llevar a Chay en brazos, siempre preguntaban por el padre de su hijo, después de un tiempo de dar miles de excusas y explicaciones, Porsche no pudo más con el estrés emocional que le causaba la situación, entonces Khun le entregó un hermoso anillo y le dijo que lo usara, si alguien preguntaba por el padre del niño debería mostrar el anillo y sonreír con orgullo, entonces las personas dejarían de hacer preguntas tontas.

A sus amigos Porsche no pudo ocultar la verdad del todo, solo dijo que tuvo un amante y que cuando se enteró del niño pelearon, él no quería tener hijos y Porsche sí, entonces se separaron y Porsche decidió tener a Chay por su cuenta. La historia era creíble, no sería el primer caso de un Omega siendo abandonado por un Alpha tras enterarse que tendrán un bebé, así que la mentira continuó por años, hasta que el mismo Porsche la recitaba de memoria con detalles que nadie podría desmentir.

Esa noche, la situación se repitió, un Alpha se acercó dispuesto a conquistar a Porsche, sin embargo, el anillo brilló y el tipo tuvo que retroceder. Yok siempre se preguntó sobre el trasfondo de ese anillo, sabía que la historia de Porsche era más compleja de lo que decía, sin embargo, él es el jefe y no se atrevió a cuestionar nada. El bar está a nombre de su hijo y el antiguo propietario, Tankhun Theerapanyakul, fue quien así lo designó, Yok tuvo una teoría en su momento, sin embargo, cuando conoció a Porchay lo descartó completamente. Pensó que se trataba de un hijo ilegítimo de Tankhun y que Porsche lo cuidaba como suyo para despistar a la familia Theerapanyakul que, claramente, no aceptaría tener un bastardo en su familia, pero, tan pronto como vio a Porchay se dio cuenta que no hay niño más parecido a su madre que Porchay Kittisawasd.

―¿Por qué no tomas un descanso?― preguntó Yok a Porsche, veía el agotamiento en su rostro, a pesar de que siempre ofrecía una sonrisa a los clientes, era claro que estaba en el límite ―No te preocupes, sube a tomar una siesta y vuelve cuando te sientas mejor, me quedaré aquí.

Porsche asintió en silencio y, después de frotarse los ojos con cansancio se marchó a la habitación que mantenía para él en la zona del hotel, pasó por la cafetería para servirse un té y, mientras daba el primer sorbo a su bebida, del callejón trasero del bar escuchó a una pareja discutir.

―P'Kim ¡Me mentiste!― gritaba un chico entre lágrimas.

La luz del callejón parpadeó y Porsche bufó, esas escenas son demasiado comunes, casi cada noche pueden encontrar amantes siendo traicionados por alguno de los clientes del bar, hay gritos y lágrimas, algunos ruegan y un par se han arrodillado para suplicar perdón. En alguna ocasión vio a alguien quitarse un anillo de compromiso y tirarlo entre la basura, si Porsche fuese escritor de romance, seguramente encontraría material nuevo todos los días para crear uno de esos dramas juveniles que le gustan a Chay.

WOUNDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora