Cincuenta

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Cincuenta

Cuando Khun volvió a casa se encontró con el auto de Chan estacionado en la Villa, aunque su cita médica fue a primera hora de la tarde todavía dio un par vueltas fuera de casa para despejar la mente y aclararse, ese asunto sobre el viaje a Los Angeles lo tiene tan inquieto que necesitó pasar por casa de Diao para llorar sus penas y tomar decisiones. Por supuesto que no le agrada que su hermano exponga su vida, sin embargo, el asunto sobre Chay yendo con él es mucho peor para su corazón, las palabras de su padre sobre Chan dando su vida para proteger a Kinn lo dejó con un muy mal sabor de boca y quiso decirle un par de cosas a su padre por estar dispuesto a dar la vida de su pareja tan fácilmente, sin embargo, su padre no sabe nada sobre su relación con Chan y tampoco es el momento para soltar aquella bomba.

―Jay ¿Sabes si el Señor Panthong llegó hace mucho?― preguntó Khun a uno de los sirvientes de la Villa.

―Vino hace una hora, tomó una llamada y dio un par de instrucciones a los guardaespaldas, subió a su habitación y dijo que tomaría la cena cuando usted regrese― informó el sirviente a su jefe, no hubo necesidad de explicar mucho a los empleados, tan pronto como aquel hombre durmió en la habitación del Señorito todos comprendieron el tipo de relación entre ambos.

―Dile a la cocinera que cenaremos en una hora― ordenó Khun y por fin fue a la planta superior para encontrarse con su pareja.

Tan pronto como entro a la habitación escuchó el agua de la ducha correr y supo que Chan se daba un baño, se dejó caer sobre la cama abrumado por todas las cosas que están pasando en esos días. Por suerte la cita con el médico fue bastante bien y las noticias eran más que alentadoras sobre el plan del bebé, aunque el especialista se sorprendió con la decisión de no continuar con el tratamiento para la inseminación artificial accedió de inmediato a prepararlo para la concepción natural, por supuesto que no hizo preguntas y Khun tampoco hubiese estado dispuesto a responderlas, simplemente quería asegurarse que sería capaz de concebir un bebé que lleve su sangre y la de su Alpha.

Chan salió del baño con una toalla cubriendo su cintura, desde que Khun lo aceptó en su vida prácticamente se mudó a la Villa y a diferencia de aquel día en que Khun lo dejó dormir a su lado, ahora no tenía el más mínimo reparo en caminar por la habitación con poca ropa. A decir verdad, le gustaba provocar a su Omega que siempre terminaría perdiendo la mirada en su cuerpo e intentando ocultar sus mejillas sonrojadas con una falsa tos, ambos están en el límite, pero, entre los problemas y el proceso médico que Khun inició antes de la reconciliación dejarse llevar por sus instintos no sería del todo correcto; han hablado una y otra vez del tema, quieren disfrutar de su vida como pareja, pero, también quieren dar el siguiente paso y concebir a ese hijo que siempre soñaron tener desde que estuvieron juntos por primera vez.

―¿Cansado?― preguntó Chan observando a su Omega languidecer sobre la cama.

―Las cosas se complicaron― explicó Khun sin moverse ―Llamé a Macao para saber cómo estaba Chay y me dijo que pelearon, ahora Chay no le habla a Macao y no me habla a mí, nos tiene bloqueados y no sé qué más hacer, Pete dijo que le dé espacio y estaba bien con eso porque sabía que Macao estaría cuidándolo, pero, ahora que están peleados solo me queda rogar que Chay confíe lo suficiente en Tian, Tor y Mei para que lo acompañen y cuiden... Y papá me llamó para contarme que los preparativos para ese estúpido viaje a Los Angeles se hicieron, insiste que lo importante es cuidar a mi hermano ¿y qué hay de ti?

Chan se acercó a Khun y con suavidad lo tomó en sus brazos ayudándolo a sentarse en la cama.

―Mi amor, tu hermano es la prioridad en este momento y tu papá no tiene razones para priorizarme, soy su empleado y mi deber es servir con mi vida si hace falta a la familia― explicó Chan con voz suave intentando que su Omega se tranquilice.

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