Cincuenta y ocho

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Cincuenta y Ocho

El fragante aroma del cerdo asado rodeó al par de amigos, junto a las verduras y las bebidas frías Tian ordenó un par de postres esperando apartar la amargura de la noticia o amortiguarla. A medida que los trozos de carne se cocían sobre la parrilla Chay parecía más desesperado por lo que su amigo tenía para contarle, sin embargo, Tian no mostraba prisa alguna por hablar y en su lugar probaba la jugosa carne tomándose el tiempo de disfrutar cada trozo.

―Suficiente― se quejó Chay ―Empieza a hablar o te daré de comer carne cruda.

―Bien, bien― aceptó Tian después de darle un trago a la bebida fría que alivió su cuerpo del bochorno veraniego ―Pero, hablaré un poco bajo para que esos tres no escuchen nada.

Tian señaló a Mei, Tor y Macao que también decidieron ir a cenar juntos y casualmente terminaron en el mismo restaurante que ellos, aunque la mesa de los Alphas se encontraba al otro lado del lugar Tian decidió no arriesgarse, en especial porque esos tres no dejaban de ver en su dirección.

Chay giró para encontrarse con los tres Alphas con las cabezas alzadas cual suricatos observándolos. Tan pronto como los Omegas notaron sus miradas fingieron volver a la comida y Tian, que hasta ese momento se mantuvo en el asiento frente a su amigo, supo que era mejor sentarse junto a Chay para que no pudieran siquiera intentar leer sus labios. Después del cambio de lugares y pedir otro par de bebidas el mayor por fin se decidió a hablar.

―No debería ser yo la persona que te cuente esto, pero, parece que soy el único que va a decirlo o al que escucharás así que, no te enojes conmigo o con tu mamá o con la mamá de Macao o con el mismo Macao, solo escúchame y después ya me puedes gritar o lo que quieras hacer― dijo Tian sintiendo el peso de la verdad que está a punto de revelar.

Chay prestó toda su atención a Tian como un estudiante aplicado que escucha la lección del maestro, aunque tiene muchas razones por las que Tian le agrada tanto, la más poderosa es su capacidad para ir de frente con la información, es honesto y, aunque puede ocultar alguna que otra cosa sobre sus propios sentimientos siempre buscará la forma de ayudar a los demás y si eso incluye revelar información lo hará.

―Macao tiene la Enfermedad de Ulric desde que era bebé, sus papás me contaron eso hoy en el desayuno. Ayer me preocupé porque no vino al entrenamiento y fui a su casa, estaba enfermo y un médico tuvo que ir hasta allí para revisarlo y darle medicamento intravenoso, también sus feromonas eran muy inestables lo que no es del todo extraño en un Alpha que está por presentar su Rut, sin embargo, cuando pudo obtener mis feromonas se reguló y entonces me contó un poco más de lo que le estaba pasando, como era tarde sus papás llamaron a mi papá para que pudiera pasar la noche porque no llevé a los guardaespaldas, me caen mal, en fin, me quedé en su casa y después ellos me contaron sobre lo que le está pasando.

Tian hizo una pausa para respirar, bebió un poco de la bebida fría en su vaso y tras comer unos trozos de carne y algunas verduras continuó:

―Cuando Macao era bebé tuvo algunos problemas de feromonas por temas familiares creo, no quise preguntar porque parecía un tema incómodo, entonces el médico dijo que era la enfermedad de Ulric y sugirió que Macao fuese expuesto a las feromonas de un bebé Omega de edad similar y que de preferencia fuese un familiar porque así podrían tener acceso en el futuro a las mismas feromonas si reaparecía la enfermedad llegada la época cercana al primer Rut. No tengo muchos más detalles, solo sé que utilizaron tus feromonas porque la mamá de Macao y tu mamá se pusieron de acuerdo, así que en cierta forma le salvaste la vida... Como sea, ahora la cosa es así, mis feromonas lo ayudan y lo mantienen tranquilo, pero, no solucionan el problema y Macao necesita tus feromonas otra vez para curarse.

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