Treinta y nueve

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Treinta y nueve

Macao se apuró a salir del auto, la noche anterior su amigo le envió un mensaje diciendo que no se sentía bien, Macao se sintió inquieto y quiso llamarlo para preguntarle qué sucedía, pero, Chay apagó el teléfono y se fue a dormir sin decir más. Así que esa mañana el Alpha apareció en casa de Chay y después de saludar a Porsche subió a su habitación y le sacó la manta de encima para despertarlo, su amigo casi le da una patada por la forma tan peculiar de despertar, pero, Macao sonrió y le dijo que lo esperaba abajo porque irían al hospital a visitar a P'Rose del club de música y después lo llevaría a comer.

―¿Desayunas con nosotros?― preguntó Porsche cuando Macao bajó de la habitación de Chay con una sonrisa satisfecha.

―Me gustaría― aceptó el chico, esa mañana salió tan rápido que no comió nada, seguramente su mamá lo regañaría por irse de esa forma.

―Tu mamá me llamó, dijo que no comiste nada por venir aquí ¿Cuál es la urgencia?― Porsche sonrió apurando la comida sobre la estufa.

―Chay dijo que no se sentía bien― confesó Macao ―Ayer me envió un mensaje y no me dijo nada más, quería saber que estaba bien.

Porsche asintió comprendiendo lo preocupado que estaba Macao, la noche anterior fue muy dura para su hijo al enterarse de tantas cosas, no se arrepentía, pero, sintió un poco de culpa por darle tal carga emocional a su pequeño.

―Ayer le conté a Chay sobre su papá― confesó Porsche al joven Alpha ―Lo está procesando, así que, ¿puedo pedirte un favor?

―Claro que sí tío ¿Qué puedo hacer por usted?

―Acompáñalo, sé que tendrá sentimientos, pensamientos y muchas cosas que no me dirá, tú eres su amigo más cercano y no te pido que me cuentes lo que te diga, solo, quédate con él, muchas cosas pasarán a partir de ahora que van a cambiar nuestras vidas, necesitará en quién confiar.

―No se preocupe tío, Chay es mi familia y jamás lo dejaré solo, lo cuidaré y protegeré con mi vida si es necesario― habló con energía el jovencito y Porsche lo observó con sospecha, sin embargo, antes de que pudiera preguntar a qué se refería con que Chay es su familia los pasos de su hijo en las escaleras interrumpieron el momento.

Cuando Chay entró a la cocina se encontró con Macao hablando con su madre sobre las flores del jardín y cómo pueden estar tan radiantes si es verano, aquel ambiente relajado le gustó y antes de decir cualquier cosa se apuró a hacia su madre abrazándolo por la espalda con fuerza, llenándose del aroma a bosque y flores natural en él, no importa lo que pase, el aroma de su madre siempre lo ayudará a sentirse mejor.

―Buenos días mami― dijo sin soltarlo ―Macao me quiere secuestrar.

La actitud infantil de Chay le hizo gracia a Porsche que negó en silencio apagando la estufa.

―Me pidió permiso, así que no cuenta como secuestro.

―¿Qué clase de delincuente crees que soy?― soltó Macao con fingida ofensa ―Soy un Joven Maestro, no necesito secuestrarte, siempre puedo dar una buena dote por ti y llevarte conmigo, además, el tío ya dijo que está bien si pasamos el día fuera.

―Joven Maestro― murmuró aquellas palabras con burla y soltando a su madre se dirigió a su amigo ―¿Qué Joven Maestro entra a la habitación de un Omega sin permiso? ¡Qué indecencia!

El falso dramatismo en las palabras de Chay causó una risa estruendosa en Macao que se apuró a continuar molestando a su amigo, Porsche se mantuvo al margen dejando que ese par de chiquillos se divirtieran juntos. Con la aparición de Kinn las cosas cambiarán y lo tiene claro, sus intenciones parecen ir en dirección a tener una relación con su hijo lo que eventualmente lo convertirá en el heredero de la Primera Familia, entonces ¿Cómo será el futuro de los Theerapanyakul con Macao y Chay al frente? Quizás la historia por fin cambie.

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