WOUNDS

Sesenta y dos

Sesenta y dos

Khun tamborileó los dedos sobre la mesa de la sala de conferencias en la casa familiar, aunque Porsche le pidió estar tranquilo y no involucrarse decidió hacer caso omiso y obligó al pobre de Arm a informarle de todo, es más, estuvo presente en la conexión con los italianos. No esperaba que Il Fenice tuviese una presencia tan conciliadora como resultó ser, tan pronto como lo escuchó hablar y su imagen fue proyectada junto a Porsche supo del por qué ostenta tal título en esa familia, no solo se trata de la calma o elegancia de su personalidad y apariencia, hay algo poderoso en él, algo que causa tal efecto en las personas haciendo que le obedezcan y estén dispuestos a dar su vida por él; a ojos de Khun es lo mismo que sucede con Porsche, no importa si no nació en una cuna de oro, su carácter y personalidad lo hacen la persona idónea para liderar a la familia y sin mencionar su belleza tan magnífica como imponente, realmente solo alguien con tales características podría hacer que Kinn se enamore.

Contempló la idea de llamar a sus sobrinos y saber cómo les está yendo en el campamento, sin embargo, además de los saludos no tendría nada para darles y, aunque Chay jamás se ha encontrado con su padre, seguramente está pasando por tanta angustia que lo único que necesita es escuchar que todo está bien y su padre está regresando a casa. Después de que Porsche habló con él y le presentó a Korn las cosas cambiaron entre ambos, quizás porque la familia está de cabeza o, porque a pesar del enojo todavía es el único tío que ha conocido en toda su vida, el joven fue hasta Tankhun y le dio un abrazo intentando consolarlo, entonces, lo que sea que hubiese entre ellos sanó y volvieron a ser cercanos. El corazón de Khun recibió un poco de alivio, sin embargo, después de la emoción se encontró con que no podría correr a los brazos de Chan y contarle que su sobrino ya no está enojado.

―Arm― dijo después de casi una hora en silencio ―¿Todavía no hay nada de ellos?

―Estamos rastreando, pero, Los Angeles está hecho un caos por el terremoto y las carreteras están llenas de escombros, las torres de telefonía presentan fallas y, para ser honesto, la noche cayó en ese lugar y dificulta más la búsqueda.

―Tenemos drones, helicópteros y tantas cosas para buscarlos ¿no puedes usarlos?― preguntó angustiado, sin embargo, cuando Arm negó en silencio a su pregunta no pudo hacer más que azotar la mesa con frustración ―Mi hermano y mi esposo están allí, solo quiero que vuelvan.

―Lo sé― respondió Arm tomando las manos de su jefe y amigo ―Estoy trabajando con todo lo que tengo para que regresen, lo prometo.

Khun asintió a las palabras de Arm, los enormes círculos oscuros en sus ojos le decían que era cierto, en la casa familiar las personas no han dormido en todos esos días con tal de que Kinn y Chan regresen. Incluso su primo solo va a casa a bañarse y cambiar su ropa para continuar investigando cada pista por mínima que sea para encontrar traidores e infiltrados de Ciro, Pete se ocupa del bienestar de los niños y de mantener los negocios de la familia a flote en ausencia de Porsche y Diao fue a Los Angeles para hacerse cargo de todo y de ser posible, levantar las piedras con sus propias manos para dar con el par de Alphas Theerapanyakul, él por su parte se reunió con el Investigador y le pidió que se encargara del asunto del coliseo, porque, cuando regrese Chan necesita tener todo listo para que juntos castiguen a las personas que se encargaron de arruinar su relación.

«Reanudando conexión»

Una voz casi robótica espantó los pensamientos de Khun y sus ojos se encontraron con que Arm y Big intercambiaban palabras por lo bajo mientras veían algo en la pantalla de una Tablet, pronto las enormes pantallas de la sala dejaron ver al contacto de los Viglione en esa oscura oficina en algún lugar de Italia y a Porsche y Sahin en la misma habitación de hotel.