Cuarenta y nueve

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Cuarenta y nueve

Al abrir los ojos Porsche se encontró en la cama de la habitación en su oficina, el sol apenas se vislumbraba a través de una rendija de las cortinas. Las emociones del día anterior lo dejaron agotado física y mentalmente, lentamente los recuerdos volvieron y el dolor en su mano apareció; lo último que recordaba en medio del caos era el sonido de la voz de Kinn y la calma que le dio permanecer entre sus brazos, a pesar de todo esa mañana se sintió mucho más ligero tanto como no lo estuvo en los últimos dieciséis años, suspiró intentando ordenar su cabeza y lamentó que el lugar junto a él en la cama estuviese vacío, lo sorprendió que al tocar el sitio vacío se encontró con los rastros de la tibieza que dejó la persona que durmió junto a él, tal vez, si no hubiese sucedido la conversación de la noche anterior estaría furioso porque el Alpha tuviera el atrevimiento de quedarse junto a él, pero, ese no es el caso.

Después de estirarse sobre la cama como un gato perezoso observó la hora en el reloj digital que descansaba tranquilamente sobre la mesita de noche. El día era joven aún y debería volver a casa para preparar el desayuno de los chicos, su teléfono permanecía descansando junto al reloj y fue entonces que se volvió consciente que aún llevaba la ropa de la noche anterior, no le molestó que Kinn no decidiera cambiarle la ropa, es más, era lo mejor que podía hacer o sentiría que traspasó sus límites. Encontró un mensaje de Chay que lo hizo permanecer un poco más en la cama.

"Tian y yo salimos a desayunar, no te preocupes por nosotros"

La cama se sentía extrañamente cómoda, no es que el colchón sea de mala calidad, pero, en todas las ocasiones en que utilizó esa cama para pasar la noche no encontró tanta comodidad como ese día. Al girar sobre la cama obtuvo la respuesta, las feromonas de Kinn permanecían allí, su aroma amaderado lo hizo sentirse tan bien que, después de unos momentos el sueño apareció otra vez y con una sonrisa suave volvió a dormir abrazado de la almohada que usó su Alpha.

Kinn salió del edificio después de asegurarse que Porsche dormía, su plan inicial era dejarlo sobre la cama y arroparlo, entonces se iría a casa para curar sus heridas, sin embargo, tan pronto como el cuerpo de Porsche fue puesto sobre el suave colchón el Omega abrazó al Alpha para que permanezca a su lado. Quiso alejarse de esa prisión dulce que Porsche le impuso, sin embargo, él también se encontraba agotado y solo atinó a sacarse los zapatos y envolver a su Omega en un abrazo protector antes de sucumbir al cansancio del día; para cuando abrió los ojos la mañana había avanzado y ambos dormían aún en la misma posición, abrazados como no lo han hecho en dieciséis años. Kinn sonrió al encontrarse con el rostro plácido de Porsche y en un impulso besó su frente.

Lamentablemente la maravillosa y dulce escena se reventó cuando Kinn sintió su cuerpo doler por todas partes, los golpes que Porsche le propinó la noche anterior fueron tan certeros que su cuerpo tiene moretones por todas partes, no es de extrañar que a pesar de los años sea capaz de infligir tanto daño. Ser parte de la élite no fue una decisión arbitraria, sus capacidades en lucha cuerpo a cuerpo y manejo de armas son excepcionales también es claro que en todos esos años no descuidó su entrenamiento. No se necesita ser muy listo para concluir que el Omega siempre estuvo listo para enfrentar lo que sea y eso incluiría usar sus habilidades como guardaespaldas de la mafia para sacudir cualquier peligro que atente contra su familia.

Tan pronto como subió al auto pidió informes sobre la seguridad de su hijo, Big le contó que toda la noche la pasó en casa junto a Tian Supasawat, los dos equipos de seguridad cuidaron de sus Jóvenes Maestros y no hubo novedades. Kinn sintió su corazón tranquilizarse, aunque la noche anterior fue un poco caótica aún necesita hablar con Porsche sobre su viaje a Los Angeles y el entrenamiento de Chay, no importa si no tiene contacto con él, necesitan hablarle del peligro que corre y las medidas que serán necesarias para protegerlo. Ahora que se ha descubierto su identidad o medianamente lo sabe, necesita saber sobre el equipo de guardaespaldas y aceptar que lo cuiden y para eso necesita el apoyo de Porsche para explicarse, no quiere que su hijo perciba sus deseos de protegerlo como un intento de controlarlo y traerlo a su lado.

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