Sesenta

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Sesenta

Sahin abrió los ojos repentinamente y sus oraciones se interrumpieron, un dolor cruzó por su corazón e inquieto salió de su habitación buscando a Leone, halló a su suegro en su oficina junto a su mano derecha discutiendo algo por lo bajo. Tan pronto como Sahin entró al lugar ambos callaron y Leone tamborileó los dedos sobre su escritorio con nerviosismo, eso fue todo lo que bastó para que Sahin comprendiera la situación.

―¿Qué le sucedió a Salvatore?― preguntó sintiendo la opresión de su pecho crecer ―¿Qué le hicieron? No se atrevan a ocultarme nada, hablen.

Leone observó a su amado yerno y se sintió culpable una vez más de la vida que le obligó a vivir, Sahin jamás tendría paz en una familia como la suya, la mafia no es sitio para un ave de suaves plumas como Sahin y un matrimonio lleno de momentos amargos es una jaula en la que vivirá eternamente. Y muy a pesar de toda la culpa que lo rodea, la mirada ansiosa de Sahin lo obligó a informar de lo sucedido.

―Hijo mío, necesitarás sentarte para lo que voy a decir― inició Leone y Sahin obedeció esperando que continuara ―Hubo una explosión durante la reunión de Salvatore con el líder de los Theerapanyakul, nuestro equipo está haciendo todo por averiguar qué sucede, pero, perdimos todo el contacto con los hombres que estaban adentro.

El color desapareció del rostro de Sahin y sus manos temblaron ¿Acaso escuchó bien? ¿Una explosión? ¿Quién podría...?

―Contacta una reunión con el otro líder de los Theerapanyakul― ordenó Sahin a la mano derecha de su suegro.

―¿Vegas Theerapanyakul? Con todo respeto Señor, ese hombre es peligroso y un encuentro con él es algo que no podemos establecer en este momento, nuestro deber es cuidar de usted y encontrar al Señor Salvatore― respondió Viviane, la mano derecha de Leone.

―¿Quién habló de Vegas Theerapanyakul? Sé que es un perro irracional y no me mezclaría con él, estoy hablando del otro líder de la familia, la única persona que tiene incluso más poder que Kinn Theerapanyakul― habló Sahin molesto.

―¿Korn Theerapanyakul?― dijo con duda Viviane.

―Hablo de Porsche Kittisawasd, Su Señoría, el esposo y vínculo de Kinn Theerapanyakul. El único que cuidará de esa familia como lo hago yo con esta.

Leone y Viviane cruzaron miradas sorprendidos, han estudiado a los tailandeses a fondo, pero, nunca supieron de este esposo, sin embargo, Sahin movió sus propios hilos para enterarse de la existencia de un líder todavía más poderoso.

―Señor, un movimiento así también es peligroso ¿Y si ese hombre nos culpa por la explosión? O ¿Y si ellos causaron esto?― Viviane estaba dispuesta a que esa reunión no sucediera.

―Su Señoría y yo conocemos la vida desde los mismos ojos― aclaró Sahin con un tono calmado ―Lo que ustedes como Alphas no pueden hacer lo haremos nosotros, estoy seguro que él será un gran aliado para llegar al fondo de esto, hasta entonces, muevan cada escombro, apaguen cada resquicio de fuego y hagan hasta lo imposible con tal de recuperar a mi esposo, esta no es una petición, es una orden.

Porsche observó desde la cabeza de la mesa a todos los miembros de la familia Theerapanyakul, ha pasado un tiempo desde que vio a algunas de las personas sentadas allí, sin embargo, en ese momento no están para ponerse al corriente del pasado. Las cosas están mal y no tienen noticias de Chan y Kinn, el grupo de respuesta que preparó Chan se encargó de levantar cada uno de los escombros de aquel viejo bar, sin embargo, no obtuvieron rastro alguno de ninguno de los presentes en esa reunión.

―Kinn está vivo estoy seguro de eso, pero, necesitamos encontrarlo pronto― dijo Porsche con seriedad, desde que sintió que algo iba mal con su vínculo se apropió de su lugar como Su Señoría y por tanto, del poder que le confería el título.

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