Diez

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Diez

Cuando Kinn se marchó, la mirada de Pete lo persiguió por unos momentos y pensó en Porsche, si tan solo las cosas entre Kinn y Porsche hubiesen ocurrido de otra manera, una en la que Porsche nunca se marchó y Kinn no se comportó como un idiota, ahora, en esa mesa estarían Porsche y Porchay; sin embargo, Pete conoce el sentimiento de enamorarse de alguien que tiene una sonrisa seductora y el alma de un demonio. Como si Vegas hubiese leído sus pensamientos, se aclaró la garganta y bajo la mesa acarició la pierna de Pete con firmeza, como si intentase comunicarle algo sobre ellos.

―Mamá, papá― dijo Macao observando la pantalla de su teléfono ―¿Puedo ir a casa de un amigo?

―¿Qué amigo?― preguntó Vegas, si algo le preocupa al Alpha todo el tiempo es la seguridad de su familia y las personas que suelen rondar sobre Macao no siempre son confiables o tienen buenas intenciones.

―Chay― soltó Macao haciendo que Pete sintiese todo su cuerpo tensarse.

Vegas sonrió de forma burlona ante la reacción de su esposo, fue su forma de dejarle saber que está al tanto del asunto de Porsche y Porchay, sin embargo, no cerró la boca y continuó comiendo como si Porchay fuese cualquier otro chico que Macao conoce de la escuela y no tiene relación alguna con su familia. Macao observó a sus papás esperando recibir el consentimiento, el examen de Chay es en dos días y necesita repasar. Antes de que Pete pudiera siquiera contestar su teléfono anunció una llamada, era Porsche.

―Es importante― dijo Pete antes de ponerse de pie y alejarse lo suficiente para contestar sin que nadie pueda escuchar la conversación ―¿Qué pasa?― susurró.

―Esta noche Chay me pidió dejar que Macao se quede para ayudarlo a estudiar― dijo Porsche del otro lado, tan pronto como Pete contestó supo que estaba en un lugar donde no podía hablar con soltura, así que se apuró a tratar el asunto ―Quise llamarte antes de tomar una decisión, sé que Vegas es estricto con Macao y podría hacer preguntas.

―¿Estarás en casa esta noche?― preguntó Pete, no le gustaría que los niños se queden solos y tampoco quiere poner una docena de guardaespaldas a las afueras de la casa de Porsche para cuidarlos.

―Sí, estos días dejaré el bar en manos de Yok, no dejaré a los niños solos si es lo que te preocupa― del otro lado Pete escuchó a Chay quejarse sobre algo y a Porsche suspirar ―Si te sientes más seguro, puedes quedarte con nosotros, tú y Macao siempre son bienvenidos.

Pete sonrió suave, seguramente Chay está tirando de su madre con ojos de gatito bebé para que lo convenza, conoce esa mirada porque la ha visto en Macao y Vegas, parece ser algo de familia esa mirada que derrite hasta el corazón más duro ―Está bien, llevaré a Macao, dile a Chay que puede dejar de hacer pucheros.

La risa de Porsche se escuchó al otro lado de la línea y Chay gritó ―¡Gracias tío Pete!

―¿También te quedarás?― preguntó Porsche un tanto ansioso, Pete lo conoce y supo de inmediato que su amigo necesita decirle algo, sin embargo, esa noche no puede quedarse, es la primera noche de Macao fuera de casa, necesitará contener a su esposo para que no salte de la cama a las tres de la mañana y vaya por Macao.

―No puedo, pero, si quieres hablar de algo, lo haremos cuando recoja a Macao por la mañana.

―Bien, bien― Porsche cortó la llamada y Pete suspiró preocupado, la última vez que tuvo la sensación de que algo realmente grave le pasaba a su amigo terminó ayudándolo a huir de Kinn.

Al volver a la mesa, Korn y Macao conversaban, el tío abuelo de su hijo le hacía preguntas sobre la escuela y sus amigos, lo habitual que haría un abuelo con su nieto o bueno, un abuelo normal, porque el padre de Vegas solía intentar grabar en Macao un instinto de superioridad sobre cualquiera por el hecho de ser un Alpha Dominante, incluso llegando a insinuar que debería depreciar a su propia madre por ser un recesivo.

WOUNDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora