Indiscreciones

69 11 4
                                    

Narra Addison

Esa noche fué única e inolvidable, bailamos a la luz de las velas, nos besamos, reímos y abrimos un centenar de regalos cursis que habíamos comprado para sorprendernos.
Dormimos abrazadas, conectando nuestros cuerpos y nuestras almas como si fuéramos una sola. Estoy demasiado felíz, mi sorpresa salió muy bien y Mer está enamorada de esa pequeña vida que crece lentamente en mi interior, tengo muchísima suerte.

Teníamos planes románticos para el día siguiente, pero preferimos gastar nuestra mañana en una consulta rápida con Carina, creímos que nos haría bien estar al tanto de mi estado de salud y el de mi bebé, sobre todo ahora, que debo realizar un viaje tan largo. Luego de realizar varios estudios, todas mis ilusiones se vinieron abajo, Carina me prohibió cualquier viaje en avión...todo me sale mal.

- Entonces ¿No puedo volar? - pregunté, por vigésima vez a la pobre Carina, quien me estaba teniendo demasiada paciencia.

- No hasta que no cumplas al menos tres meses de embarazo, Addie, lo siento - dijo, tirando mis sueños por la borda.

- Addie, tendrás más oportunidades, no te desanimes - dijo Mer, sobando mi brazo.

- No, no lo entienden, no hay más posibilidades, los demás países rechazaron por completo mis ideas, Francia era lo único que tenía, ese viaje significaba todo para mí, todo el esfuerzo que estuve haciendo éstos últimos meses y...años, ahora no significa nada - dije, llevando una mano a mi cabeza e intentando controlar mis emociones.

- Cariño...- dijo mi novia, sobando mi hombro.

- No, déjalo, estoy bien, sólo...necesito un poco de aire - dije, abandonando la consulta con un nudo en la garganta.

Necesito arreglar ésto, ya había hablado con arquitectos, contratistas y con la jefatura de la maldita ciudad ¡Mi sueño no puede terminar así! Revisé mis papeles una y otra vez, intentando controlar las nauseas que me atormentaban todas las mañanas.

- Addie ¿Podemos hablar? - preguntó mi novia, con esa tierna vocecita enamorada, golpeando la puerta de mi oficina.

- Supongo...pero no quiero sermones - advertí, deteniéndola con mi dedo en alto.

- Descuida, mi precioso saco de hormonas, no voy a regañarte, sólo quería recordarte que tenemos nuestra semana de aniversario y aún no hicimos ninguno de los planes que preparé para nosotras - dijo, recordándome que había planeado varios días para disfrutar juntas.

- Ow...amor, siento estar tan alterada, sólo deja que le envié un email a Pierre y tendré toda mi semana disponible para tí - prometí, tocando su naríz y escribiendo un amplio mensaje en francés para mi amigo, explicándole la situación, espero que lo entiendan.

Narra Meredith

Luego de nuestra cita informativa con Carina y de enviar ese importe email a los franceses, por fin tuve a Addie sólo para mí.

La llevé a almorzar a un restaurante francés, haciéndole honor a su posible contrato con ese hermoso país, quiero poder animarla.

- Jamás había venido aquí, es muy hermoso- dijo, acariciando mi mano mientras observaba todo con asombro.

- Sólo lo mejor para ti, mi reina - dije, acercándome para besar su mejilla.

El mesero nos trajo dos menús para seleccionar lo que nos pareciera más apetecible, todo sonaba bastante bien, aunque tuve que pedirle a Addie que tradujera algunas cosas por mí.

- Ya sé qué ordenar ¿Tú qué tienes, amor? - pregunté, espiando su menú.

- Náuseas - dijo, con una expresión de asco en su rostro.

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora