Desastre Marital

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Narra Addison

Desperté con las manos de Derek rodeando mi cintura desnuda, él aún dormía, y yo aproveché para besar su brazo y aferrarme a él, dejando que su calor me envolviera como una manta. Pude disfrutar muy poco de ese momento, ya que apenas despertó, se apartó de mí para levantarse e ir al baño.

Me quedé sola en la cama, abrazándome a mí misma para llenar aquel vacío. Estaba a punto de resignarme y volver a dormirme, cuándo él salió del baño, lanzándome una toalla limpia en tono juguetón.

- ¿Quiere acompañarme, doctora Shepherd? - preguntó, haciendo una reverencia divertida.

- Será un placer, doctor Shepherd - dije, regresándole la reverencia.

Reí y me levanté para ir con él. Nos duchamos entre besos y charlas casuales como cualquier matrimonio felíz. Intentó ayudarme con el shampoo y el acondicionador, pero es terrible haciendo eso.

- ¿Sólo en las puntas? - preguntó, intentando calcular qué tanto usar.

- Sí, largos y puntas - dije, dejando mi cabello en sus manos, vale la pena con tal de pasar tiempo juntos.

Fue una mañana divertida, es incómodo compartir un espacio tan pequeño, pero es lindo poder estar tan cerca de él. Llegamos juntos al hospital, como un matrimonio felíz, me siento muy bien.

Narra Meredith

Los días pasaron y la cosa se iba poniendo cada vez peor, Addison y Derek parecían la típica pareja enamorada, trabajando juntos como si fueran el equipo perfecto, mientras que yo sólo los observaba, odiando tener que verlos todos los malditos días.

Hoy debo pasar por el remolque de Derek para dejar a mi perro con ellos, pasé toda la tarde intentando esconderlo para que no lo corrieran del hospital, no quería dejarlo solo en casa y hasta ahora nadie se ha quedado.

- Meredith...¿Eso es un perro? - preguntó Richard, mientras yo ordenaba algunos informes que Addison me había pedido.

- No...¿Te teñiste el cabello? - pregunté, para desviar su atención.

- Sí, Addie dijo que era una buena forma de cerrar ciclos...¡Espera un momento! - exclamó, sin dejarse engañar por mis artimañas.

- Serán sólo unas horas, es muy obediente, no se moverá de aquí, te lo prometo - rogué, esperando que me dejara ocultar a mi mascota aquí por un rato más.

- Meredith, no puedes traer animales aquí, no puedo hacer excepciones...que sean sólo unas horas, luego, afuera - dijo, fingiendo ser firme para darme el gusto al final.

Lo abracé por impulso y luego me separé rápido, poniéndome seria y profesional.

- Gracias, lo sacaré de aquí cuánto antes - dije, asintiendo y mirando cómo Doc movía su cola alegremente.

Richard sólo sonrió y luego se retiró en silencio, fue algo incómodo, sé que se esfuerza por cumplir ese rol paterno conmigo, pero no lo necesito, no ahora.

Alex me ayudó a mantener a mi perro en esa área, sobornándolo con comida y cariño para que estuviera tranquilo, amo a mis amigos, siempre puedo contar con ellos.

- ¿Irás a la guarida de Satanás? - preguntó Cristina, mientras yo alistaba mis cosas para irme.

- Así es...deséame suerte - dije, resoplando y pensando en lo que me esperaba.

- Sólo intenta no volver a besarla...ni a besarlo...¿Sabes qué? La vida es una ¿Por qué no hacen un trío? - preguntó, con toda la naturalidad del mundo.

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora