Llévame Contigo

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Narra Meredith

Desperté con la mujer más hermosa del mundo acostada sobre mi pecho, descansando, como si el resto del mundo no existiera. Ésto es todo lo que necesito, sentir su respiración sobre mí y que mis latidos la arrullen.

- Addie...despierta, bonita - dije, dándole besitos en su cabeza.

- No...quiero dormir - se quejó, abrazándome y quedándose sobre mí.

- Ya es tarde, yo pedí unos días de vacaciones, pero tú sigues siendo la jefa aquí - dije, riendo y haciéndole cosquillas para despertarla.

- Noooooo...Meeerrr - exclamó, sin siquiera abrir sus ojos.

- Vamos, voy a acompañarte y luego te haré cosas sucias en tu oficina - dije, mordiendo su oreja y haciéndola reír.

- Eres una pervertida - dijo, dándome un golpecito en el hombro y un beso de buenos días.

- Hola - dije, acariciando su rostro y observándola con amor.

- Hola - respondió dándole besos a mi mano.

Nos levantamos juntas y nos metimos a la ducha, extrañaba tener compañía a la hora de bañarme, es mucho más divertido y puedo jugar con sus pechos enjabonados.

- ¿Vas a hacer algo más que sólo apretarlos?- preguntó, a modo de desafío.

La besé, levanté su pierna y la coloqué sobre mi cintura para tener acceso directo. Acaricié sus muslos, su trasero perfecto y empecé a rozar su zona con mis dedos.

- Rápido...tenemos que irnos - dijo, sujetándose de mis hombros.

Apreté y masajeé su clítoris con la palma de mi mano mientras metía mis dedos en su interior, rozando su punto g y sintiendo cómo sus uñas se prendían a mi espalda.

Sostuve su pierna para abrir más el espacio y profundizar mis embestidas, ahogando sus gemidos con mis besos, dejándola sin respiración. Su abdomen se empezó a contraer, una fuerte presión quiso expulsar mis dedos afuera, pero los mantuve y fuí más rápido, mientras un líquido salía disparado de ella con fuerza, dejando mi mano empapada y su cuerpo temblando con locura.

- Mer...eso...eso fue una locura ¿Acabo de hacer squirt? No sabía que podía hacer eso- dijo, respirando con dificultad y apoyándose en mí para darme abrazos y besos.

- Conmigo todo es posible, hermosa - dije, besándola y abrazando su cintura.

Salimos de la ducha entre besos húmedos y risitas traviesas, como si fuéramos un par de novias disfrutando de nuestra compañía. Nos vestimos a las apuradas para evitar tardanzas, la jefa no puede llegar tarde, por más sexy que sea.

Narra Addison

Llegamos a la clínica, todas las miradas estaban puestas en nosotras, como si fuéramos celebridades.

- Addie, tengo tus nuevos estudios...¿Ya tienes a alguien nuevo en menos de dos semanas? Superaste tu propio récord - dijo Naomi, con ese típico tono pasivo agresivo.

- Gracias...ella es Meredith, ya te hablé de ella - dije, sintiéndome un poco incómoda.

- Es un placer - dijo Mer, saludándola con mucha amabilidad.

- Igualmente...bienvenida a Los Ángeles - dijo mi amiga, con una gran sonrisa.

Llevé a Mer a mi oficina, en dónde estaban Charlotte y Amy, ambas demasiado cerca...sentí que acababa de interrumpir algo íntimo.

- ¿Qué hacen aquí? - pregunté, con mis brazos cruzados.

- Conversando...sobre...asuntos privados - dijo Charlotte, acomodando su cabello nerviosa.

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora