Casi Imposible

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Narra Addison

Pospuse mi cita médica demasiadas veces, primero eran excusas válidas, pero luego sólo dejé que el tiempo pasara, dándole más importancia a otras cosas. Mis niños estaban a unos pocos meses de cumplir tres años, y tenía pensado hacer un pequeño viaje a su lugar de nacimiento, sería lindo poder regresar a París después de tanto tiempo.

El embarazo de Meredith va genial, hoy le haré el ultrasonido de las 12 semanas, estoy ansiosa por ver a nuestro bebé un poco más formado, la última vez escuchamos sus latidos y eso me hizo llorar demasiado. Está a punto de cumplir tres meses, así que su pancita está mucho más redonda y notoria, me resulta demasiado adorable.

- Hola, mi amor ¿Estás listo para dejarte ver? - pregunté, con mis labios pegados a su vientre.

- Siiii, y hoy te verán tus hermanos mayores- agregó Mer, ya que los gemelos estarían presentes en el ultrasonido.

Ambos estaban muy contentos e ilusionados, aplaudían y festejaban, incluso ya tienen sus suposiciones respecto al sexo de su hermanito o hermanita.

- Es niño - aseguró Rose, con mucha firmeza.

- Ya lo veremos - dije, con una enorme sonrisa, mientras preparaba todo para la ecografía.

- Amor ¿No tenías un turno con el médico a esta hora? - preguntó Mer, haciendo que un escalofrío recorriera mi espalda.

- Sí...pero ésto es más importante, lo pasaré para otro día - dije, restándole importancia.

- Hace dos meses que lo vienes posponiendo, mañana iremos juntas y no lo pasarás para ningún otro día - dijo firmemente, con un tono severo.

- Bien...- me resigné de mala gana, con miedo a enfrentar lo que pueda estar pasando con mi salud.

- ¡Bebé! ¡Bebé! - nos apresuró Frank, poniendo fin a nuestra incómoda charla.

Coloqué el gel sobre el vientre de Mer y conecté algunos cables para monitorear el ritmo cardíaco fetal. Todo se veía excelente, tenemos un bebé muy sano y que está creciendo a un ritmo perfecto, todo es color de rosas.

- Ahí está su cabecita ¿La ves, mi amor? - dije, indicando cada parte en la pantalla para que mis hijos pudieran verlo.

- ¡Siii! - chillaron emocionados, serán los mejores hermanos mayores del mundo.

- ¿Puedes ver qué es? - preguntó mi novia, con sus ojos empañados por esa linda escena.

- Claro, mi vida...sólo déjame posicionar ésto para verlo mejor - moví el aparato sobre su vientre, buscando el angulo perfecto.

- No distingo nada ¿Por qué no distingo nada? - se angustió, preocupada por no entender lo que veía.

- Tranquila, mi princesa, es un área complicada de identificar, tú lo estás haciendo muy bien - dejé un beso en sus labios para calmarla y procedí a apuntar justo la zona necesaria para saber el sexo del bebé.

- Amor, ya dime qué es, me voy a hacer pipí de los nervios - pidió, apretando mi mano.

Reí con ternura y dejé escapar un par de lágrimas de emoción, en cada ultrasonido me pongo más y más sentimental.

- Es un niño...tendremos un niño - dije, limpiando mis lágrimas y sonriendo mientras admiraba el monitor.

- ¡Rosie, tenías razón! - gritó Mer, chocando su mano con la de nuestra niña y extendiendo sus brazos hacia mí para que le diera esa dosis de amor que nos hacía falta.

La abracé y la llené de besos, agradeciendo haberla encontrado y haber podido formar ésta hermosa familia con ella.

- ¡Un hemanito! - dijo Frank, dando saltos de alegría.

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora