Momentos Decisivos

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Narra Meredith

Esa noche dormí plácidamente entre los brazos de la mujer más hermosa de todo el maldito mundo. Sospecho que muchas personas deben envidiarme por eso, pero es un precio que estoy dispuesta a pagar.

Estaba tan relajada, que ni siquiera noté cuando ella se fué de mi lado, sólo me dí cuenta cuando escuché ese hermoso acento hablando en francés. Me estiré y me incorporé para intentar escuchar, pero de todos modos no entendí ni una sola palabra. Me quedé en la cama, revisando algunos mensajes, Amelia llega a Seattle ésta misma noche y debo recordar pasar por ella en el aeropuerto.

- ¡¡Meredith!! ¡¡Ellos quieren financiar mi clínica y mis laboratorios!! ¡¡Voy a reunirme con el comité en Venecia!! - chilló Addie, dando saltos por todo el cuarto.

- ¡¿Qué?! ¿Es en serio? ¿Irás a Francia? ¡Mi amor! Estoy muy orgullosa de tí, mi princesa - exclamé, corriendo por el piso frío para poder abrazarla y darle vueltas en el aire.

- En sólo unos meses, me verás dando vueltas por los canales de Venecia ¿Qué tal?- dijo, modelando y presumiendo su nuevo logro.

- Serás la mayor obra de arte que haya pisado ese lugar - dije, mirándola a los ojos sin poder contener todo el amor que sentía al verla.

Estaba tan felíz que me tomó de la cintura y empezamos a bailar sin contexto alguno, esa espontaneidad es una de mis cosas favoritas de estar con ella, todo se vuelve una escena de película romántica en un abrir y cerrar de ojos, amo amarla tanto.

Narra Addison

Pasaron casi seis meses, seis meses en los que no supe nada más sobre Derek, seis meses en los que me dediqué a planear el viaje más importante de toda mi vida.

Además de todo eso, Mer y yo estamos a sólo unos días de cumplir nuestro primer año como novias y quiero festejarlo con ella antes de viajar. Quiero dedicarle el tiempo que ella se merece, últimamente está muy ocupada siendo titular en medicina general, así que no la veo tanto como me gustaría, tengo que hacer que este primer año sea super especial.

- Addie, qué bueno que te veo ¿Estás lista para el traslado de embriones? - dijo Carina, tras chocar conmigo en uno de los pasillos del Mercy Grace.

- ¿El traslado?...eso...¿Eso era hoy? - pregunté, completamente nerviosa y desorientada.

- Sí, cariño, tenemos ésta cita pactada hace mucho tiempo - dijo, recordándome aquel pequeño detalle.

- Oh...lo olvidé por completo ¿En dónde está Meredith? - pregunté, dejando caer mis papeles por buscar mi celular.

- Linda, tranquila, búscala y te veré en quince minutos - dijo, dándome un límite de tiempo muy corto.

Recorrí todo el hospital buscándola, tuve miedo de que pudiera estar en medio de una cirugía o algo parecido. En medio de mi desesperación, tuve una idea que no fue del todo descabellada.

Tal vez podría hacer ésto sola...y así mi regalo para Mer por nuestro primer año sería la prueba de embarazo positiva ¡Es perfecto! No puede salir mal...eso creo.

- ¡Calliope Torres! Te necesito, ven aquí - exclamé, al ver a mi amiga llevando unos papeles a la recepción.

Dejó lo que debía dejar y luego vino hacia mí, sin entender qué ocurría.

- ¿Qué sucede? No me digas qué Derek está aquí otra vez, voy a romperle el maldito cuello - dijo, en pose de pelea.

- ¡No! Sólo quiero que me acompañes, pondrán mis embriones en mi útero ahora mismo y necesito compañía - expliqué, en voz baja y discreta.

- ¿Qué hay de Meredith? No puede estar tan ocupada como para perderse un momento así - dijo, con una mano en su cintura.

- De hecho...estoy haciendo ésto sin Mer...quiero que mi embarazo sea el regalo de aniversario perfecto - dije, esperando ver una sonrisa de apoyo, pero su mirada fue de completa desaprobación.

- ¡Addison! ¡Ella es la madre de esos bebés también! Tiene todo el derecho de saber cuándo van a implantarlos - dijo, lanzando toda mi idea a la basura.

- ¡Por favor! Sólo quiero darle una sorpresa- dije suplicando por su compasión.

- No pongas esa cara...¡Mierda! Bien, te ayudaré, pero es una pésima idea - dijo, entrelazando su brazo con el mío para caminar juntas hacia obstetricia.

Tal vez no esté de acuerdo conmigo, pero está acompañándome a pesar de todo, es una buena amiga.

- ¿Y Mer? - preguntó Carina, al verme llegar a su consulta acompañada por Calliope.

- Quiero darle una sorpresa, así que traje a Callie en su lugar - dije, con mis manos temblando por los nervios.

- Sigo sin pensar que ésto sea una buena idea - dijo mi amiga, mirándome con desaprobación.

- No estás aquí para opinar, estás aquí para darme apoyo - dije, regañándola.

- Addison, tienes 41, problemas hormonales y lo último que necesitas es pasar por ésto tu sola - reclamó Callie, poniéndose seria.

- No estoy sola, estás conmigo - dije, sonriendo y abrazándola.

- Está bien, si eso es lo que quieres, podemos empezar con ésto - dijo Carina, aceptando mis términos.

- Sólo te guardaré éste secreto por un par de días, no me pidas más que eso - advirtió Callie, con esa mirada juzgona de amiga protectora.

Estoy dudando un poco, pero me parece una idea tierna y que podría llegar a hacer muy feliz a mi hermosa princesa. Carina insertó un total de cuatro embriones en mi útero, creo que se me bajó la presión en un momento, los nervios se pelean con la emoción y crean un caos en mi interior...espero haber tomado una buena decisión.

Tomé unos veinte minutos de reposo y luego me dirigí a mi oficina para tener un momento a solas, hacer ésto sin Mer es más difícil de lo que pensé.

- Por favor, pequeños, quédense ahí ¿Sí? Sólo...sujétense con fuerza y resistan - dije, acariciando mi vientre mientras retenía mis lágrimas.

- ¿Con quién hablas? ¿Ya enloqueciste? - preguntó Amy, asomándose a mi oficina.

- Tengo cuatro embriones en mi útero, quiero que se queden ahí - lloré, señalando mi abdomen.

- ¡¿Qué?! ¿Ya lo hiciste? ¿Por qué no me dijiste nada? - dijo, acercándose a mí a toda velocidad.

- Porque quiero que sea una sorpresa para Meredith, no sabía que sería tan difícil - dije, prácticamente chillando frente a mí hermanita.

- ¿Por qué siempre tienes ideas tan tontas?- preguntó, haciéndome llorar aún más.

- Lo siento, lo siento, es un momento sensible, pero, Addie, en serio ésto es algo muy tonto, cariño - dijo, dándome un abrazo tierno.

- Ni siquiera sé cocinar ¿Cómo voy a alimentar a un niño? - pregunté, dejando que todas mis preocupaciones se volcaran en aquel momento.

- Aprenderás, o Mer puede cocinar, ella hace una pasta deliciosa, recuerda que serán dos mamás, no estás tu sola en ésto - dijo, acariciando mi cabello como cuando Derek me dejó y tuvo que consolarme por varias noches seguidas.

- ¿Y si no funciona? ¿Y si ninguno de éstos pequeñitos quiere quedarse conmigo? - sollocé sobre su hombro acogedor.

- ¿Por qué no querrían quedarse contigo? Eres adorable - dijo, animándome un poco.

- Tal vez debería preocuparme menos ¿No es así? - pregunté, limpiando mis lágrimas.

- Tal vez, pero es normal que una madre se preocupe...te estás preparando - dijo, riendo un poco.

- Sí...aprendí a hacer marionetas ¿Quieres verlas? - pregunté con una sonrisa de ilusión.

- No...mejor guárdalas para tu bebé ¿Sí? - dijo, sin muchas ganas de ver mi obra.

Resoplé y seguí abrazándola, necesito cariño y comprensión en este momento.

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Addie y sus ideas...

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora