Narra Addison
Los minutos pasaban, y a pesar de que mis compresiones no cesaron, ella no despertaba. Como medida desesperada, empecé a gritar por ayuda, rasgando mi garganta y dejando mis pulmones con la esperanza de que un vecino, alguna persona que pasara por la calle o alguien pudiera escucharme.
- Mer...te amo...no puedes romperme el corazón así...no tú - lloré, esperando un milagro.
En la última sesión de respiración de boca a boca logré llevar aire a sus pulmones, haciendo que empezara a expulsar agua y a vomitar por la cantidad de líquido que había ingerido.
- Sácalo, sácalo todo, eso es - la animé, frotando su espalda y ayudándola a despejar sus vías respiratorias.
- Me estaba hundiendo...- lloró, sintiendo que había vuelto a aquel momento bajo el mar.
- Sshhh, estamos en casa, estás bien, mi amor, estás a salvo - dije, haciéndole caricias tiernas para distraer su mente.
Poco a poco, tosiendo y esforzándose, pudo expulsar el agua de su sistema, haciendo que mi corazón volviera a latir.
- Yo...jamás te rompería el corazón, Addie, te amo - dijo, con sus labios aún morados y temblorosos.
Yo sólo pude abrazarla y apretarla contra mi cuerpo, agradeciéndole al universo, a dios, a quién sea, por tenerla viva.
- No debí dejarte sola en ese estado, ésto es mi culpa - dije, sabiendo perfectamente que tuve que estar con ella, tuve que acompañarla.
Ella sólo me abrazó, como si quisiera estar unida a mí para siempre.
- No lo es...me salvaste - dijo, acariciando mi rostro.
- Cariño, tengo que llevarte a un hospital, podrías tener secuelas, vámonos - dije, buscando su bata para envolverla y levantarla en mis brazos.
- Addie, estoy bien, no quiero que me internen...por favor - suplicó, con sus ojos llenos de lágrimas.
No puedo llevarla en contra de su voluntad, no quiero hacer nada que la incomode.
- Al menos déjame llamar a un médico ¿Sí? Necesito saber que estás bien - propuse, dejándola sobre la cama y dándole besitos para convencerla.
Ella aceptó de mala gana, yo la cubrí con una manta y bajé corriendo para buscar mi celular.
- Mami Mer necesita ayuda, llamaremos al abuelo para que venga a cuidarla ¿Quieren ver al abuelo? - les dije a mis bebés, sonriendo para no contagiarles mi malestar, ellos aman a su mami.
Le expliqué la situación a Richard y no tardó nada en llegar a casa con un maletín médico para consultas personales. Apenas llegó, lo abracé con fuerza, mi ropa aún estaba mojada por el agua de Meredith y mis manos temblaban por el miedo que tuve de poder llegar a perderla.
- Gracias por venir, siento que me va a dar un ataque - dije, sacudiendo mis manos para no seguir llorando.
- Tranquila, subiré a verla, hiciste bien en llamarme - dijo, besando mi frente y subiendo las escaleras para ver a Mer.
Hubiera querido ir con él, pero mis bebés tenían hambre y el gato estaba intentando lanzarse desde el sofá. Le dí un poco de la leche que había guardado para él y dejé que caminara por la alfombra, delimitando su espacio con algunos cojines, supongo que servirá por ahora. Luego, me senté con los gemelos y los acomodé para darles pecho, sé que hablar con Richard será bueno para Mer, sólo quiero que ella esté bien.
Narra Meredith
- No tenías que venir, yo estoy bien, Addie se preocupa demasiado - dije, mientras él escuchaba mi corazón y mis pulmones con el estetoscopio.
- Por supuesto que sí tenía que venir, si alguna de mis hijas me necesita, es mi deber estar a su lado - respondió, sin darle importancia a mis reclamos tontos.
Me quedé callada, sólo esperando a que él terminara, no podía enojarme, pero tampoco podia decirle lo mucho que amaba tenerlo aquí. Sólo lo abracé y me dejé llevar, él entendía perfectamente, besó mi cabeza y sobó mi espalda, aliviado por saber que yo estaba bien después de todo.
Se aseguró de que estuviera sana y luego bajó las escaleras para darle las noticias a Addison. Yo debía quedarme en la cama, pero quería estar con mi novia, nunca la había escuchado llorar de esa manera, quiero abrazarla hasta que todo mal desaparezca de éste mundo.
- Estará bien, sólo debe hacer reposo y controlar sus reflejos cada tanto, haz que estimule su mente, su cerebro estuvo varios minutos sin recibir oxígeno - indicó Richard, mientras yo escuchaba todo con atención.
- Amor, te estoy viendo, ven aquí - dijo Addie, extendiendo su brazo para que fuera con ella.
- También quiero que tomes terapia psicológica, fue muy útil para Addison cuando pasó todo lo de Derek, podría servirte también - dijo él, mirándome fijamente.
- No creo que sea necesario - dije, negándome a esa estupidez.
- No te estamos preguntando, Meredith, es por tu salud - dijo Addie con ese tono de jefa mandona que me domina por completo.
Me senté en el sofá con ella y apoyé mi cabeza en sus piernas, resignada a hacerle caso por más tonta que me pareciera la terapia.
- Las dejaré solas, si necesitan algo sólo llámenme, siempre tendré tiempo para ustedes - nos besó a ambas en la mejilla y saludó a los bebés antes de irse.
Addie acarició mi cabello y dejó que me quedara allí, mientras algunas de sus lágrimas caían sobre mí.
- ¿Estás llorando, cariño? - pregunté, mirando hacia arriba para limpiar su linda carita.
- Creí que iba a perderte, que no volvería a verte o a escuchar tu voz...Mer, por favor, toma la terapia, no quiero que algo así vuelva a pasarnos - lloró, llevando sus manos a su rostro para cubrirlo.
Me sentí demasiado mal por hacerla sentir de ese modo, la abracé y tomé sus mejillas para acercarla y darle un beso que le prometía que todo estaría bien.
- Prometo que tomaré terapia, voy a cuidarme, no llores, mi vida - abracé su cintura y me hundí en ella, consolando su despliegue de emociones.
- Confío en tí, estamos juntas, bebé - dijo, llenándome de besitos por todos lados.
Ella logra que todo el mal desaparezca del mundo con sólo una sonrisa, jamás haré nada que pueda dañarla, es el amor de mi vida.
Narra Addison
Al cabo de un rato, quise moverme para buscar algún aperitivo, pero noté que Mer no se movía.
- Mi amor ¿Te quedaste dormida? - pregunté, acariciando su hombro.
Ella se acomodó mejor sobre mis piernas y siguió con su sueño profundo.
- Amor, eso es muy tierno - dije, besando su mejilla varias veces.
Tomé una manta de los bebés que estaba a mi alcance y la cubrí para que no pasara frío. Sobé su espalda y dejé que descansara, lo demás puede esperar.
Narra Meredith
Desperté con Addie acostada sobre mí mientras yo dormía en sus piernas. Se quedó dormida e hizo todo lo posible para no molestarme ni despertarme...es una cosita preciosa. Los bebés estaban algo inquietos, así que me dispuse a levantarme para poder atenderlos.
- ¿Amor? - preguntó mi novia al sentir mi movimiento.
- Sshh, duerme, princesa, yo iré con los niños - dije, besando sus labios y acomodándola para que estuviera más cómoda.
Esa paz que tenemos una con la otra es lo que me hace confirmar que lo que tenemos es real, es verdadero, y es único. La cubrí con una manta más abrigada y dejé que tomara un descanso, se lo merece más que nadie.
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Amo el amor
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Destinadas // Meddison
FanfictionUn matrimonio abusivo, dos enamoradas y un largo camino para sanar. Ésta es probablemente la historia con más drama, pero a veces el drama es necesario para hacer la vida un poquito más interesante.