Enfermera Personal

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Narra Addison

Amanecí con las piernas de Meredith rodeando mi cintura, teníamos el cabello húmedo y enredado por la lluvia de anoche, éramos dos desastres.

- Me estás tirando el cabello - dijo, quejándose y apoyándose en mis pechos.

- Lo siento...deberíamos darnos un baño ¿No crees? - dije, riendo y dándole besitos.

- ¿Juntitas? - preguntó, levantando la mirada y pidiéndome más besos.

- Ti - dije, saboreando esos dulces y hermosos labios.

- Entonces sí - dijo, abrazándome y haciéndome cosquillas.

Me atacó con sus cosquillas hasta que ya no pude respirar, tuve que comprarla con besos para que me dejara en paz. Me levanté, escapando de ella y corriendo al baño.

- Ven aquí - dijo, levantándome y entrando al baño conmigo, besándome y dándome todos esos mimos que me encantan.

Nos metimos a la ducha entre risas, abrazos y toqueteos pícaros, parecemos dos bobas enamoradas.

Narra Meredith

Pasamos unos cuántos días probando aquel experimento amoroso que tanto nos ilusiona. De momento está siendo algo hermoso, se siente íntimo, tierno y puro, como si hubiéramos esperado durante todas nuestras vidas para poder estar juntas.

- ¿Esa sonrisa tiene un motivo en especial?- preguntó Izzie, con una mirada atrevida.

- Addison Montgomery...- suspiré, pensando en esa belleza.

- Aaaawww, qué lindaaass ¡Estás enamorada! - exclamó, dandome un fuerte abrazo.

- Sí, lo estoy ¡Izzie, estoy enamorada! - chillé, saltando mientras la abrazaba.

Estoy feliz, hace mucho que no me sentía así, aún ni siquiera somos novias, pero somos algo, no somos solo amigas.

- ¿Debería preocuparme? - preguntó Addison, al verme demostrándole amor a mi amiga.

- ¡No! Por dios, no, no estoy en el "equipo vagina" - dijo Izzie, aclarando lo obvio y volviendo al trabajo.

- ¿Celosa? - pregunté, sujetando su cintura a la vista de todos.

- No, vine a decirte que te quiero concentrada, te pedí un informe hace más de una hora y aún no lo recibí - dijo, dándome un golpecito con su bolígrafo.

- ¡Lo siento! Ya lo hice, olvidé que debía entregártelo - dije, buscando entre mis papeles para darle el informe.

- Descuida, ya lo hice, tendré que restarte puntos, estás en plena residencia, deberías mantenerte enfocada - dijo, con ese tono serio que me eriza la piel.

- ¿No puedes hacer una excepción? - pregunté, queriendo robarle un beso.

- No, nuestra relación es una cosa, el trabajo es otra, ambas son importantes y requieren tiempo, así que preocúpate por cumplir con tu labor, quiero que le des importancia a tus sueños y tus aspiraciones, no puedes descuidar eso - dijo firmemente, con sus brazos cruzados y negándose a aceptar mis besos.

- Está bien, tienes razón, estoy un poco distraída, lo siento, prometo que le pondré más ganas al trabajo y al estudio - dije, jugando con sus manos.

- Eso espero, ahora vé con Bailey, necesita un poco de ayuda - ordenó, dándome un beso rápido antes de marcharse.

Estoy completamente loca por ella, aunque sea dura conmigo.

La doctora Bailey fue mucho más estricta de lo normal el día de hoy, no dejó de darme órdenes y de regañarme por cada mínima cosa. Hice hasta lo imposible para cumplir y ser un buen apoyo durante la cirugía, pero no creo haber logrado conformarla. Addie tiene razón, perdí el enfoque y debo recuperarlo, seré la mejor cirujana que se haya visto en Seattle.

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora