Llamadas Nocturnas

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Narra Addison

Regresé al hotel luego de visitar a Amy para contarle sobre mis avances, ella me acompañará mañana para la extracción y va a cuidarme mucho, es la mejor hermana del mundo.

Entré a mi habitación, muerta de cansancio, el recepcionista me dijo que habían dejado algo para mí sobre la cama y me emocioné demasiado, sabía que era él misterioso regalo de Meredith, me moría por saber qué era.

Miré sobre la cama y ví una bonita tarjeta...mi niña hermosa me envió una carta, aún ni siquiera la leo y ya tengo ganas de llorar. Abrí el sobre, y ví dos cartas, una llevaba el número 1 y la otra el número 2. Supuse que tenía que leerlas en orden, así que empecé con la primera.

"Querida Addison, te escribe tu novia profundamente enamorada para decirte que sin importar en dónde estemos, nuestras almas siempre estarán unidas. No estás aquí, pero puedo sentir tu perfume, no estás aquí, pero puedo cerrar los ojos y ver tu sonrisa, no estás aquí, pero aún así estamos juntas. Te amo...y te recomiendo leer la segunda carta estando en la cama a punto de dormir, ya verás a qué me refiero..."

Lloré como una tonta al leer esas cosas tan bonitas, pero también me llené de intriga, quería saber qué había en la segunda carta, me picaba la curiosidad. Cepillé mis dientes, lavé mi cara, me puse la pijama y me metí bajo las sábanas para poder leer según las recomendaciones de mi escritora favorita.

"Ahora quiero que uses tu imaginación y la dejes volar...haz de cuenta que no estás sola en esa gran cama. Imagina mi cuerpo, mis piernas, mis manos, mis pechos...todo en su máximo esplendor, puesto en un pedestal sólo para tí. Desliza tu mano por tu pecho, aprietalos como yo lo haría, piensa que mis manos los recorren y los poseen como si fueran míos, completamente míos"

Empecé a morder mi labio de forma instintiva, apreté mis pechos, dejando que mi mente recordara cada uno de los toques de Meredith sobre mi piel.

"Deja que tu mano baje por ese hermoso abdomen, rozándolo sólo con la punta de tus dedos, dejando que tu piel se erice como cuando yo la toco. Sigue bajando, contornea cada pequeña costura de tus bragas, siente cómo esa humedad va aumentando cada vez más, piénsame, recuérdame...recuerda mis gemidos en tu oído cuando te pido más, recuerda la sensación de mi lengua pasando entre medio de tus labios para probarte como a una deliciosa fruta...ahora llámame"

El calor bajo mis sabanas se había vuelto incontrolable, no sabía que una simple carta podía llegar a excitarme de ese modo...necesitaba sentirla, o al menos escucharla.

Narra Meredith

Estaba recostada en mi cama, esperando esa llamada que sabía que no tardaría en llegar. Dejé que mi celular sonara por un rato, quería hacerla rogar, jugar con ella a lo lejos. Finalmente, decidí atender, coloqué el teléfono en mi oreja y sólo pude oír respiraciones lentas, que poco a poco se convertían en gemidos.

- ¿Tus manos están ocupadas, princesa? - pregunté, con mi voz ronca, queriendo provocarla aún más.

- Están empapadas...- murmuró, agitada y sofocada.

- Mete un par de dedos...déjalos dentro, aprieta con cuidado esa zona que tanto te gusta...- pedí, sabiendo que iba a obedecerme.

La escuché gemir, imaginando que estaba conmigo, frente a mí, pidiendo que no me detuviera.

- Ve más rápido...- dije, deleitándome con esos suspiros mágicos.

- Mer...ya no resisto...- gimió, dejando que escuchara los sonidos que provenían de abajo de sus sábanas.

- Aguanta...quiero que aguantes un poco más...por mí - sé que estoy torturándola, pero lo compensaré cuando estemos juntas.

- Mer...yaaa...- rogó, gimiendo como loca.

- Sshhhh, aprieta tus muslos, como si fuera mi mano y quisieras retenerla ahí - dije, imaginando su expresión, el color de sus mejillas, la tensión en su cuerpo perfecto.

- Ya puedes...- dije finalmente, oyendo esos últimos suspiros agudos que parecían estar desinflándose.

Su respiración tardó bastante en volver a la normalidad después de eso, me vuelve loca.

- Buena chica - dije, sabiendo que iba a pagar un alto precio por esa elección de palabras.

- No quiero que me dejes así...quiero tenerte aquí - pidió, e incluso pude verla haciendo pucheros, sé que los está haciendo aunque yo no pueda verla, la conozco muy bien.

- Tendrás que esperar, bebé, descansa - dije, colgando la llamada.

Tengo que hacer este tipo de travesuras más seguido, quiero poder provocar todas las reacciones posibles en su cuerpo...me tiene completamente obsesionada.

Narra Addison

Dormí demasiado bien esa noche, la idea de  Meredith resultó ser muy buena para conciliar el sueño.

Pasé mi día de extracción con toda la energía del mundo, tuve un total de 7 óvulos sanos, en un futuro por fin podré tener a mi propio bebé ¡Es como un sueño hecho realidad!

En cuánto a mi proyecto laboral, decidí traer algo de papeleo a mi viaje, estoy planeando una presentación formal de mi idea en residencias de salud de diferentes países para poder tener una ayuda monetaria para financiar una clínica grande, con profesionales de vanguardia y la mejor tecnología que pueda existir, además de laboratorios de investigación medica para diferentes áreas complejas y poco exploradas. Sé que es un proyecto demasiado ambicioso, pero es un sueño que quiero cumplir, cueste lo que cueste.

- ¿Entonces podrás tener 7 bebés? - bromeó Mer, cuando le conté las buenas noticias.

- Sí, todos a la vez - dije, siguiéndole el juego de forma sarcástica.

- Auch, me siento mal por tu vagina - exclamó, haciéndome reír.

- Tonta...hablo en serio, en poco más de un año tal vez logre tener a mi primer bebé ¿No es increíble? - dije, dando saltitos de emoción.

- Lo es...tú eres increíble - es tan linda y tan cursi.

- Lo sé...te amo - respondí, elevando un poco mi ego.

- ¿Sabes? Creo que un año es más que suficiente para adaptarme a la idea de ser mamá, ya puedo imaginar a una mini Addie corriendo y haciendo berrinches por casa - dijo, molestándome con esa última frase.

- ¿Insinúas que yo hago berrinches? - pregunté, peleando con ella.

- Para nada...- dijo, con ironía.

- Voy a matarte cuando regrese - la amenacé, de forma juguetona.

- Puedes matarme a besos si quieres - propuso, cambiando el tono de la conversación.

- Eso también voy a hacerlo - mordí mi labio y pensé en todo lo que haríamos cuando esté de vuelta en Seattle.

- Te amo, bonita, debo colgar...mi madre recibió el alta y está interrogando a todos para averiguar quién es mi novia - dijo, provocándome un fuerte escalofrío.

- Había olvidado ese detalle, tendré que prepararme mentalmente para esa conversación - dije, pensando en cómo confrontar a mi propia suegra.

- Lo harás bien, sólo dile que si a todo y olvida tu dignidad por completo - dijo, logrando sólo asustarme más.

- Gracias por la recomendación, hermosa, ahora sí que estoy tranquila - puse mis ojos en blanco como si ella pudiera verme.

- Me encanta cuando eres sarcástica, pero en serio debo irme, nos vemos mañana ¡Te amo! - dijo, despidiéndome con mucha prisa.

- Yo te amo más, adiós - alcancé a decir antes de que colgara.

Debo relajarme con todo este asunto de Ellis, no puede ser tan mala, y si lo es, yo puedo ser mil veces peor.

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Hot 🫦

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora