Inmortales

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Narra Meredith

Tenía a Rose en mis brazos, ella estaba a salvo, estaba conmigo y no tenía ni un sólo rasguño. Sentí que mi alma regresó a mi cuerpo una vez que ví a ese policía trayendola hacia mí, no pude dejar de llorar mientras la abrazaba, creí que no volvería a verla.

- ¿Qué hay de Sam? - preguntó Cristina al oficial.

- Está detenido, tiene cargos por secuestro infantil, no saldrá de la cárcel en mucho tiempo, se los aseguro - dijo, dejando a mi pobre corazón descansar por unos segundos.

Esa calma duró muy poco, ya que ahora debíamos correr al hospital para poder estar con Addison. Está teniendo un parto demasiado prematuro y no sabemos si la bebé va a lograrlo, nadie quiso decirme nada, estoy en blanco.

Alex condujo con prisa y nos encontramos con los demás en el área de obstetricia y cirugía fetal.

- ¿Ella está bien? ¿Qué pasó con la bebé? - pregunté al ver a Richard caminando hacia mí.

- Están bien, ambas lo están, la bebé está en una incubadora con ayuda respiratoria y un soporte vital...pero está luchando, quiere sobrevivir, sé que lo hará - dijo, mirándome con sus ojos empañados.

Dejé que él se quedara con Rose y me dirigí a la zona neonatal para poder ver a mi pequeña. Addison estaba sentada en una silla frente a la incubadora, observándola y apoyando su mano sobre el cristal, anhelando poder siquiera tocarla.

- Addie...- murmuré, para llamar su atención.

- ¿Rosie está bien? - preguntó, limpiando sus lágrimas y elevando su mirada hacia mí.

- Sí, está perfecta, Sam está preso y Richard está cuidando de ella, no te preocupes - expliqué, acercándome para besarla.

Estaba helada, su piel se veía pálida y su rostro mostraba un enorme cansancio.

- Es muy pequeña...ojalá hubiera podido hacer más por ella - se lamentó, sollozando sin parar.

Apoyó su cabeza sobre mi pancita y yo acaricié su cabello, dejando que me diera besitos.

- Prometo que te cuidaré y daré todo por tí como por tus hermanos, te lo prometo - dijo, con sus labios pegados a mi vientre.

- Él lo sabe, mi amor, sabe que eres una madre increíble y tiene muchísima suerte de tenerte - dije, empezando a llorar por tantas emociones fuertes.

- Estaremos bien...- afirmó, para autoconvencerse de que las cosas saldrían bien.

La levanté de la silla y me senté para que ella pudiera acomodarse sobre mis piernas. Su cuerpo aún temblaba por todo el proceso del parto, pero se negaba a apartarse de ese lugar. La comprendí y me limité a sólo quedarme con ella, siendo su roca, su compañera y su protectora, merece que la cuide cada día como si fuera una princesa, es mi princesa.

Narra Addison

Pasaron un par de semanas, mi bebé aún sigue en una incubadora, pero ha tenido unos cuántos avances que me hacen sentir mucho más esperanzada. No puedo quedarme con ella día y noche, tengo otros dos hijos y una novia embarazada que necesitan de mí.

Ahora mismo estoy cubriendo algunas consultas médicas para despejar mi mente, así me permito estar cerca de ella y de Meredith al mismo tiempo. Es más fácil estar pendiente ahora que no debo preocuparme por Sam, por Derek, por Ellis ni por ninguno de esos monstruos.

Terminé con un tratamiento de traslado de embriones y fuí corriendo a terapia intensiva neonatal para poder extraer me algo de leche para mi bebé. Al llegar, me encontré a Meredith teniendo una tierna e interesante charla con nuestra niña.

- No sabía que una bebé tan pequeña podía tener unos ojos tan bonitos, y una naricita tan perfecta...eres lo más precioso que haya visto en mi vida, mi cielo - dijo ella, acariciando su naríz, aprovechando que ya tenemos permitido tocarla.

- Creo que se parece a tí - dije, apoyándome en el marco de la puerta para contemplar esa escena.

- Sería lindo, Rose es tu clon, yo también quiero un poco de protagonismo - bromeó, haciéndome reír con ternura.

- ¿Hubo algún progreso? - pregunté, asomándome a la incubadora para saludar a mi angelito.

- Mueve sus ojos y muestra pequeñas reacciones, pero no están seguros de que pueda distinguir realmente lo que ocurre a su alrededor - explicó, para no elevar mis expectativas.

El primer análisis indicó que no presentaba problemas en su visión, pero aún no sabemos qué complicaciones pueda llegar a tener a nivel auditivo, cognitivo o respiratorio, es una lotería, las cosas pueden salir muy bien o muy mal.

- Intentaré darle de comer - dije, permitiendo que mis instintos se hicieran cargo.

- Amor, no podemos levantarla aún, sólo lleva tres semanas en incubadora - irrumpió Mer, bastante preocupada.

- Tres semanas son más que suficientes para estabilizar su desarrollo, sé que mi cercanía le hará bien, me necesita...y yo la necesito - rogué, con mis ojos vidriosos.

Ella suspiró y abrió el camino para que pudiera hacer lo que yo quería. Tomé a esa pequeñísima bebé en mis brazos, noté que su peso era mucho mayor al que tuvo apenas nació, eso me llenó el alma. Me senté con cuidado, evitando que los cables y sensores se desconectaran, descubrí mi pecho e intenté que ella se alimentara.

- Tus latidos están haciendo que su temperatura se vea más estable - observó Mer, atenta al monitor.

- Lo sé, ella va a estar bien - aseguré, guiándome por una intuición materna que venía de lo más profundo de mi ser.

- Claro que sí, mi vida - ella besó mi frente y su cercanía se sintió completamente mágica.

Justo en ese instante, la bebé comenzó a succionar mi pecho, alimentándose por si sola como si hubiera deseado esa leche por demasiado tiempo.

- Despacio, princesa - dije, sonriendo y  acariciando sus mejillas con cuidado.

- Oh...creo que alguien tiene celos - exclamó Mer, tras sentir una fuerte patadita.

- Ven aquí - dije, extendiendo mi mano libre.

Ella se acercó y yo besé esa linda panza, sintiendo los movimientos de nuestro bebé.

- Mamá te ama a tí también, mi hermoso principito - dije con voz tierna, mimando a ese bello retoño que crecía y crecía en el vientre de mi novia.

- ¿Sabes qué? Me gusta mucho el nombre Mía - comentó, mientras observaba a la bebita.

- ¿En serio? Siempre quise tener una niña con ese nombre - respondí ilusionada.

- Podemos tenerla - agregó, sujetando mi mentón y besando mis labios para compartir su amor conmigo.

- ¿Tú qué opinas? ¿Te gusta Mía? - le pregunté a nuestro bebé, quién respondió con varias pataditas en el abdomen de Mer.

- Creo que eso es un sí - dijo ella, sobando su panza.

- Mía Montgomery Grey...me gusta como suena - dije, contemplando esos hermosos ojos que no sabían muy bien a dónde mirar.

- Todo lo que lleve tu apellido suena hermoso - dijo Mer, sin perder su costumbre de coquetear en todo momento.

Teniéndola aquí, siento que todo mi mundo cobra sentido, pase lo que pase, sé que si la tengo a ella, todo será perfecto, es mi hogar.

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En una de mis historias hice una dinámica para que me dieran opciones de nombres para niña. Volví a observar sus listas y el nombre Mía se repitió bastante, así que quise usarlo aquí.

Pueden dejar nombres para niño si quieren, amo sus ideas y su creatividad ♥️

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora