Sin Retorno

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Narra Meredith

Addison empezó a distanciarse poco a poco de todo el mundo, no obtuvo el puesto de trabajo y eso la desanimó demasiado. Habló con su amiga Naomi al respecto, ella trabaja en Los Ángeles ahora y no deja de ofrecerle tentadoras oportunidades laborales, pero no está interesada, ya nada le causa interés.

Ahora pasamos las noches juntas, amanezco todos los días a su lado, pero su mirada se mantiene perdida e inexpresiva, como si estuviera vacía. No sé qué hacer para que se sienta mejor, tal vez el destino no nos quiere juntas después de todo.

- ¡Mer! Date prisa, Bailey te quiere en el muelle - dijo Cristina, apresurandome para subir a la ambulancia.

Hubo un trágico accidente en el muelle de Seattle, están enviando a muchos doctores para atender a los heridos y a los supervivientes, yo fuí una de las asignadas para estar en ese lugar.

- Lo siento ¿Tú te quedarás? - pregunté, subiendo al vehículo.

- Sí, llevo todo el día con un mal presentimiento, prefiero quedarme y ayudar aquí - dijo, con una visible molestia en su rostro.

- Descuida, todo estará bien, nos vemos en un par de horas - chocamos nuestros puños y la puerta finalmente se cerró, dejándonos separadas en ésta misión.

Al llegar, todo era un caos, patrullas, bomberos, ambulancias, sangre, gritos y gente corriendo desesperada, intentando encontrar a sus familiares con vida. Era un auténtico calvario, muchas personas estaban muertas, incluyendo niños y mujeres embarazadas...debe ser horrible perder a alguien de una forma tan abrupta.

- Mer, Addison está a cargo aquí, me dijo que te hicieras cargo de un paciente en la zona del muelle, tiene un grave traumatismo y nosotros estamos estallados - dijo Alex, dándome un informe preliminar y corriendo de regreso al lado de su jefa para seguir sus indicaciones.

La miré de reojo y me dedicó una sonrisa, estaba en algo muy complicado, intentando rescatar a una mujer embarazada a la que los bomberos creyeron muerta. Conociéndola, sé que podrá salvarla, es un ángel.

Mientras revisaba a mi paciente y a otros heridos de menor gravedad, una niña pequeña tomó mi mano, quedándose a mi lado.

- Hey ¿Estás perdida? - pregunté, agachándome a su altura.

Ella asintió, con una expresión de tristeza y miedo en su rostro.

- Descuida, buscaremos a tu mami, no te separes de mí - dije, caminando con ella para preguntar si alguien conocía a la pequeña, pero no tuvimos suerte.

- Mer, llévala con la policía, necesitamos personal activo - dijo Addison, de forma autoritaria.

Seguí sus órdenes y fuí con los oficiales, pero la niña insistía en quedarse conmigo. Me resigné y atendí a las víctimas con ella a mi lado, no tenía tiempo para pensar en algo más, había vidas en riesgo y el tiempo es oro en éstos momentos.

Estaba tan concentrada, que en un momento, incluso olvidé que estábamos sobre un muelle, al lado de un océano extenso, profundo, oscuro y helado...lo recordé cuando perdí el equilibrio y caí a los brazos de la muerte.

Narra Addison

Felicité a Stevens por salvar a un hombre haciendo agujeros Burke con una herramienta no quirúrgica y en una situación de alta tensión...fue algo magnífico, estoy orgullosa de ella.

De repente, una mano pequeña sujetó mi ropa, tirando de ella para advertirme algo.

- Hola ¿Qué sucede? Creí que estabas con Meredith - dije, intentando obtener una respuesta, pero ella aún no podía hablar.

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora