Golpe de Realidad

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Narra Addison

Me desvestí para poder entrar al jacuzzi, Derek me acompañó con un tazón de cerezas para compartir y disfrutar juntos.

- Abre la boca - dijo, dándome una deliciosa cereza de la forma más linda y sexy del mundo.

- ¿También nos dejaron ésto? - pregunté, acercándome para que me abrazara, son muchos lujos para una sola noche.

- Sí, también hay fresas, arándanos, quesos, vino, dulces y jugos, es un minibar muy completo - comentó, rodeandome con su brazo.

- Fruta y queso...se me antoja algo de eso - dije, pensando en esa combinación con muchas ganas.

- ¿Harás que salga del agua otra vez? - preguntó, mientras yo lo compraba con una linda sonrisa.

- Tú ganas - resopló, dándome un beso antes de levantarse para cumplir mis caprichos.

Sé que ésto no va a durar, pero al menos quiero poder disfrutarlo por un momento.

Él regresó con una bandeja flotante que habían dejado en la habitación, dejando una amplia variedad de quesos y frutos rojos frente a mí. Me saboreé y puse una fresa entre dos rebanadas de queso, haciendo que Derek me observara con un gesto de asco.

- Addison, eso es horrible - dijo, riendo y sorprendiéndose.

- Sabe bien, tenía muchas ganas de combinar estás dos cosas, jamás creí que podría ser tan buena idea - dije, disfrutando de mi bocadillo nocturno.

- Si te hace felíz...- dijo, comiendo una fresa y sonriendo por mí a pesar de no entender mis gustos.

Está siendo una noche muy agradable después de todo, él está cuidándome y yo estoy disfrutando de muchos lujos...sé que en cualquier momento voy a despertar y tendré que afrontar la dura realidad. Creo que merezco tener un rato de paz.

Narra Meredith

Fuimos al remolque y al hotel en el que Addison se había estado quedando, no estaban en ninguno de esos lugares, estoy cada vez más tensa, quiero encontrarla.

- ¿A dónde más pudo haberla llevado? - preguntó Callie, frustrada e intentando comunicarse con Addison, sin éxito alguno.

- ¿Su teléfono tiene tono de marcado? - preguntó Mark, iluminándose con una idea revolucionaria.

- Sí, me envía al buzón - respondió ella.

- Perfecto, eso significa que puedo rastrearla - dijo, sacando su celular y deteniendo el auto.

- ¿Cómo? - preguntó Cristina, asomándose desde el asiento de atrás.

- Antes de que dejara Nueva York, le instalé una aplicación de rastreo a su celular para saber en dónde encontrarla cuando llegara a Seattle - dijo, ganándose miradas de reproche por parte de todas.

- No me vean así, fué por algo práctico, al final ni siquiera abrí la aplicación - aclaró, para que no juzgáramos sus acciones.

- Eso no importa, sólo rastréala y llévanos con ella, necesito saber que está bien - rogué, con el corazón en la garganta.

Utilizó la aplicación y no tardó en conseguir una ubicación exacta. Al parecer, Derek la había llevado al mejor hotel de toda la maldita ciudad para compensar su mierda, en verdad quiero que Mark lo mate apenas lo vea.

Narra Addison

- ¿Me cantas otra vez? - pregunté, mientras nos dábamos tiernos besos, negándonos a salir del jacuzzi.

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora