Destinadas // Meddison

Doctora Corazón

Narra Addison

Mi ex enfrenta nuevos cargos por fuga, intento de violación, intento de homicidio y agresión con arma blanca...entiendo por qué quiere huír, cada cosa que hace, le suma más y más años de cárcel. Por más que siga huyendo, jamás podrá estar tranquilo, no pienso descansar hasta verlo tras las rejas.

Desperté temprano esa mañana, quería revisar algo muy importante que no podía esperar hasta que me dieran el alta.

- Amor ¿Qué haces despierta? - preguntó Mer, mientras yo revisaba algunas cosas en mi laptop.

- Estoy hablando con Pierre, el representante de salud de Francia, quieren tener una reunión conmigo por videollamada ¿Tienes mi maquillaje? - pregunté, buscando entre las cosas que había traído para mí.

- ¿Ahora? Claro que no, tú necesitas descansar, si les interesa de verdad, pueden esperar - dijo, quitándome mi computadora.

- ¡Amor! - exclamé, lastimando más mi garganta.

- No grites, y no quiero quejas, primero tu salud, luego el trabajo - sentenció, poniendo mi laptop lejos de mí alcance.

- Era sólo por un rato - protesté, haciendo pucheros.

- No me vas a convencer, déjame revisar tus suturas - dijo, ignorando mis quejas.

Levantó mi bata y quitó las vendas, al parecer todo estaba bien, me duele bastante, pero al menos estoy teniendo un buen progreso curativo.

- ¿Tienes alguna otra molestia además del dolor en tu cuello? - preguntó, revisando los golpes en mi cabeza.

- No, sólo tengo esa voz persistente que me recuerda que Derek sigue suelto - dije, con un suspiro de cansancio.

- Van a atraparlo, no te angusties - dijo, dándome un tierno besito.

- ¿Trajiste mis inyecciones? - pregunté, para dejar de pensar en ese idiota.

- Sí, te pondré la de hoy - dijo, como toda una profesional.

- Eres una doctora increíble - dije, mirándola con ojos de enamorada.

- Ya lo sé, por eso estoy cuidándote - presumió, lanzándome besos al aire.

Luego de mi inyección y de pasar un largo rato hablando, recibí una visita muy inesperada.

- Hierba mala nunca muere - dijo Ellis, apoyándose en el marco de la puerta como si nada.

- Mamá ¿Qué haces aquí? Ella no necesita que vengas a insultarla - dijo Mer, actuando a la defensiva.

- Lo sé, sólo quería disculparme - dijo, haciendo que por poco se me salte un punto de sutura por la sorpresa.

- ¿A disculparse? - pregunté, incrédula.

- Sí, no debí meterme con un asunto tan delicado...y mucho menos decir que lo merecías, nadie merece pasar por ésto - dijo, siendo honesta y compasiva.

- Gracias, acepto las disculpas - dije, con una sonrisa.

- Si necesitan algo...sólo díganlo, estaré cerca - agregó, retirándose en silencio, como un fantasma.

Meredith tenía la quijada en el piso, me miró sin entender qué diablos acababa de pasar.

- ¿Viste lo mismo que yo? - preguntó, asomándose por la puerta varias veces.

- También me cuesta creerlo, pero está teniendo un acto de bondad, hay que reconocer que es muy maduro de su parte - dije, sintiendo compasión por ella.