Narra Addison
Respiré hondo e intenté pensar en algo coherente y que no pusiera en riesgo la vida de mis bebés. A dónde sea que mirara, sólo veía caos y devastación, no podía hacer ésto sola.
- Tic tac, Addison, el tiempo se acaba...¿Quién merece vivir? No es tan difícil, pero es saber que todos tus amigos te dejaron...sola - dijo Derek, obligándome a decidir por la vida de mis hijos.
- Ella no está sola, putain de lâche - dijo Francesco, apareciendo en la azotea con un arma en sus manos.
- ¡¿Qué haces aquí?! - pregunté asombrada y confundida.
- Te ví subir, a pesar de ese traje, pude saber que eras tú, reconocería esos ojos en cualquier lado - dijo, mirándome con cariño y complicidad.
- Vaya...has montado penes en todos los países del mundo, muy bien, pequeña zorra- se burló Derek, riéndose en mi cara.
- Acabemos con ésto de una vez - dijo Ellis, impaciente, queriendo sólo matar a mi bebé de una vez para poder largarse.
Fran me miró y me hizo un guiño doble, esa era nuestra vieja señal cuando escapábamos de lugares sin pagar...ahora era nuestra señal para ponernos en acción y salvar a mis gemelos.
Él le disparó a Ellis en el pie, haciendo que soltara al bebé...no sé cómo lo hizo, pero lo atrapó a sólo centímetros de tocar el suelo, sin un sólo rasguño, mi corazón casi se me sale del pecho.
- Buena elección - dijo Derek, acercándose más al borde, amenazando con lanzar a mi bebita.
Yo corrí hacia él, con la tranquilidad de que mi otro bebé estaba a salvo y clavé el bisturí en su pecho, forcejeando para sujetar a mi niña y llevarla lejos de sus garras.
- Tú no eres así, Addison...tú jamás le harías daño a nadie - dijo, intentando jugar con mi mente para que no volviera a usar ese bisturí contra él.
Ellis empezó a sufrir una convulsión a mitad de la terraza, mientras Fran intentaba ayudarla y yo peleaba con Derek.
- ¡Addison! El arma - gritó Francesco, arrojándome la pistola.
La ví volar por encima de mi cabeza...pasando casi en cámara lenta, y cayendo en la mano veloz de mi ex esposo.
- Supongo que así será más rápido - dijo, justo antes de que Fran se arrojara sobre él, alejándolo de mí y dejando caer a mi bebé al suelo.
La levanté en mis brazos de forma automática, su cabeza no alcanzó a golpearse, así que la abracé con todas mis fuerzas y me alejé de aquella pelea, yendo con Ellis para tomar a mi otro bebé y ponerlo también a salvo.
- ¡Fran! Por favor ten cuidado - grité, mientras mi suegra intentaba alcanzar algo de qué sujetarse.
- Nunca me olvides, ma belle petite amie américaine - dijo, mirándome a los ojos justo antes de recibir un disparo en el pecho.
Alcanzó a arrojar a Derek por la borda segundos antes de caer desplomado con una bala en su corazón.
- ¡¡Noooo!! - grité, corriendo hacia él con ambos bebés en mis brazos.
- Mírame, mírame, estarás bien, te lo prometo - dije, acariciando su rostro pálido.
- Addison...- murmuró.
- Dime, aquí estoy - dije, derramando mil lágrimas.
- ¿Puedes cantarme...esa canción que suena tan bella con tu voz? La que cantabas cuando paseábamos por París en esas noches de vino y...amor...- preguntó, acariciando mi rostro con su mano helada.
- ¿La vie en rose? ¿Cómo puedes ser francés y no recordar el nombre de esa canción? - dije, riendo como si fuera una simple charla de amigos.
- Me gusta más tu versión...quiero escucharla una vez más...aunque sea una - pidió, mientras mis bebés lloraban y yo presionaba su pecho para parar su sangrado.
- Quand il me prend dans ses bras, qu'il me parle tout bas...-
- Je vois la vie en...rose - agregó, completando mi verso como en un musical.
Narra Meredith
Addison desapareció al igual que ambos bebés, la policía nos estaba ayudando a buscarla, hasta que vimos a alguien caer desde el techo...era un hospital de casi 12 pisos...su cabeza se hizo añicos contra el suelo.
- ¡Por dios! ¡Es Derek! - gritó Amelia, mientras Arizona la abrazaba.
Miré hacia arriba y subí las escaleras corriendo junto con los oficiales, sabía que ella estaba ahí.
Al llegar, la escena era aterradora, Addie sostenía a los bebés, empapada en sangre mientras intentaba mantener a Francesco con vida. Mi madre también estaba ahí, agonizando y lanzando espuma por la boca...todo era oscuro y lúgubre.
- ¡Addie! - grité, corriendo hacia ella a pesar de las objeciones de médicos y policías.
- Mer, él se sacrificó por mis bebés - lloró, aferrándose a mis brazos.
- Shhh...ya pasó, ya pasó bebé - dije, apretándola con fuerza y viendo cómo los doctores se llevaban a Fran...sin vida.
Addie no quiso que nadie más le pusiera una mano encima, así que tuve que ser yo quien la llevó a la habitación para que pudieran controlar su estado. Me quedé con ella, besando su cabeza y dejando fluir su llanto mientras amamantaba por primera vez a los gemelos...Derek ni siquiera pudo dejarla disfrutar de éste momento tan especial, arruinó todo lo que pudo antes de por fin morirse.
- También mató a Rose ¿No es así? - preguntó ella, acariciando las mejillas de la bebé.
- ¿Rose? - pregunté.
- La enfermera que estuvo cuidándome - explicó, mirándome con una lucecita en sus ojos.
- Oh...sí, lo hizo...- dije, sintiendo mucha pena por esa dulce mujer que logró calmar todos los miedos de mi novia.
- Rose es un lindo nombre ¿No crees? - preguntó, mientras nuestra bebita se aferraba a su pecho.
- También Francesco...- agregué, haciéndola llorar aún más.
- Sí...es un nombre que representa a un hombre muy, pero muy valiente - dijo, besando a nuestro niño y apoyando su frente en su carita.
- Entonces...tenemos a Francesco y Rose Montgomery Grey - dije, mirando con amor a nuestros bebés y acariciando el rostro empapado en lágrimas de mi mujer.
- Eso creo...serán dulces, amables y valientes...como ellos - dijo, mirándolos con un amor infinito.
- Lo serán - afirmé, abrazándola y dejando que lloviera sin control sobre mi pecho.
Al menos ahora tengo la certeza de que no volverá a lastimarla...todo gracias a ese francés presumido que terminó convirtiéndose en un gran amigo.
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Todo es tristeza 😔
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Destinadas // Meddison
FanfictionUn matrimonio abusivo, dos enamoradas y un largo camino para sanar. Ésta es probablemente la historia con más drama, pero a veces el drama es necesario para hacer la vida un poquito más interesante.