Familia en Peligro

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Narra Addison

Estoy triste, cansada, frustrada y muy embarazada, no quiero alejarme de ésta cama de hospital, siento que todo me está saliendo mal. Mer se quedó a mi lado esa noche, me hicieron muchísimas revisiones y análisis, tuve que quedarme con una via que me administraba vitaminas y nutrientes que ayudarían al desarrollo del feto, el cuál estaba muy deteriorado.

Me importa una mierda el idiota de Sam, si Derek no pudo matarme, él tampoco podrá hacerlo, ahora sólo me importa mi familia.

- ¿Estás despierta? - preguntó mi novia, quien descansaba sobre mi pecho.

- Sí...no puedo dormir - dije, suspirando profundamente.

- ¿Estás preocupada? - preguntó, haciendo suaves caricias en mi vientre.

- ¿Y si ya es muy tarde para salvarlo? Mer ¿Viste sus niveles? Son de un bebé de la mitad de semanas, su desarrollo es pésimo, me siento terrible - dije, soltando grandes lágrimas.

- Mi amor, no es tu culpa, no sabíamos que estabas embarazada, todas las pruebas dieron negativas, pero ahora sé que haremos las cosas bien y que ese bebé tendrá toda la salud y el amor que merece, igual que su hermanito - dijo, poniendo mi mano sobre su pancita que era prácticamente el doble de tamaño que la mía a pesar de que tenía menos semanas que yo.

- Gracias por estar a mi lado, me das muchas fuerzas - dije, besando su frente y sintiéndome protegida.

- Siempre estaré a tu lado, eres el amor de mi vida - agregó, con varios besos tiernos que me obligaron a sonreír.

- Espero que encuentren a Sam, no puedo creer que haya dejado que Derek le lavara tanto el cerebro, ese idiota manipulador sigue torturándome desde la maldita tumba- protesté, resoplando con enojo y molestia.

- Lo encontrarán, ya lo verás, si pudimos con Derek, podremos con él - aseguró, sonriendo y abrazándome.

Amo poder hablar con ella sobre todo, es mi hogar, mi lugar seguro, mi persona favorita en todo el mundo.

Narra Meredith

Creímos que sería un proceso rápido, pero se extendió por más horas de las que nos hubiera gustado, pasamos toda la noche y todo el día siguiente en el hospital, muriendo de nervios. Nuestro bebé necesitaba demasiada ayuda, así que lo catalogaron como un caso de alto riesgo, dejando a cargo a Arizona para que pusiera a salvo a nuestro pequeño o pequeña cuánto antes.

Yo decidí cumplir con mis jornadas laborales normales para desviar mis pensamientos negativos. Los gemelos estaban en la guardería y Amy los cuidó durante la noche, agradezco demasiado tenerla con nosotras, es la mejor tia que puede existir.

- Oye, me enteré lo del embarazo ¿Cómo te sientes con eso? - preguntó Alex, mientras yo revisaba el historial médico de mi paciente.

- Me siento bastante abrumada, no tenía idea de que algo así podría pasarnos y ahora tenemos a un bebé que agoniza...es demasiado - confesé, suspirando y sintiéndome agotada.

- Hey, tranquila, estará bien, ustedes son fuertes, y son grandes mamás, saldrán adelante - dijo, dándome un fuerte abrazo que necesitaba mucho más de lo que creí.

Me refugié en sus brazos y solté todo lo que tenía dentro, no podía seguir guardando esas emociones, necesitaba explotar.

- Estaré para tí y para Addison siempre que lo necesiten, ustedes son mi familia y no pienso dejarlas solas - dijo, limpiando mis lágrimas con las yemas de sus dedos.

- Gracias, lo aprecio demasiado, hermanito- dije, dándole un abrazo extra antes de poder respirar profundo y volver al trabajo.

Me hizo muy bien hablar con él, siento que me quité un gran peso de encima. Eso me ayudó a pasar el resto del día sintiéndome más tranquila, pasé a ver a Addie un par de veces y le conté que la guardería había sacado a los niños de paseo a un parque cercano, nos enviaron varias fotos en las que se veían demasiado alegres, jugando y haciendo travesuras.

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora