Destinadas // Meddison

Al Acecho

Narra Meredith

Richard se quedó con nosotras por varias noches, nos ayudó con los niños y se encargó de mantener contacto con los oficiales para asegurarse de que todo estuviera en orden. Ya ha pasado casi un mes y seguimos sin noticias de Sam, tal vez las escoltas policiales lo mantienen lejos, sea lo que sea, agradezco poder tener un poco de paz.

El embarazo de Addie empieza a ir mejor, su pancita creció mucho en muy poco tiempo, su abdomen estaba plano y ahora casi tiene el tamaño de mí barriguita de 16 semanas. Ella ahora tiene 20 semanas, o sea, 5 meses, y apenas está empezando a disfrutar del embarazo, aún parece que tiene mucho menos tiempo que yo, pero eso irá mejorando con el tiempo.

- Ahora vas a crecer y serás un bebé grande y fuerte - le dije a su pancita, dándole varios besos.

- Te amo, bebé - dijo Frank, dándole besitos también.

- Eso es, eres muy tierno, mi amor - dije, acariciando su cabello.

- Amo a ese bebé...y a ese bebé - dijo Rose, dándole un beso a la panza de Addie y luego a la mía, estoy enamorada de éstos dos.

- Los amo, son tan lindos - lloriqueó mi novia, contagiándome su sentimentalismo.

- No llores, mami - dijo Frank, dándole besos a su mamá.

- Es porque estoy felíz, mi amor, no te preocupes - dijo ella, abrazándolo.

Nos quedamos recostados, apreciando aquel lindo momento en familia por un largo rato, como si el tiempo no existiera. No sé cuándo pasó, Pero nos quedamos dormidos, amanecimos al día siguiente en poses nada cómodas.

- Nos nomimos - murmuró Rosie, frotando sus ojitos y estirando su pequeño cuerpecito.

- Sii, estábamos muy cansados - dije, acercándome a ella para darle unos besos de buenos días.

Addie y Frank también empezaron a despertar, pero ella no se veía muy bien.

- Me duele...- dijo en voz baja, incorporándose y sujetando su vientre.

- Amor ¿Estás bien? ¿En dónde te duele? - pregunté, colocándome frente a ella para revisarla.

Miré su entrepierna y ví una pequeña mancha de sangre, eso hizo que todo mi mundo colapsara en cuestión de segundos.

- Tranquila, respira profundo y espérame aquí, no te muevas - dije, corriendo escaleras abajo para buscar a Amy.

Entré a su cuarto y la sacudí hasta que se despertó.

- Amelia, vamos, Addison está sangrando, necesito tu ayuda - dije, alertandola y llenándola de preocupación por su hermana.

Subió las escaleras de a dos escalones, llegando al lado de Addie en sólo segundos. Sujetó su rostro y la tranquilizó, luego puso su brazo alrededor de su hombro y la levantó para poder guiarla.

- ¿Iremos al hospital? - pregunté, calmando a los niños.

- Sí, Mer, está sangrando, tenemos que ir ya- me apresuró, tomando el mando de todo.

La obedecí de inmediato, subí a los niños al auto y llamé a Carina para pedirle de favor que nos esperara fuera de la clínica, necesitábamos estar seguras de que nada malo iba a pasarle a ese bebé. Conduje a gran velocidad, mientras Addison se esforzaba por mantenerse lo más relajada posible, evitando a toda costa el pánico o la desesperación.

Llegamos en unos 15 minutos y Carina nos estaba esperando, es una gran amiga.

- Ven, cariño, te haremos un chequeo y verás que todo está bien - dijo ella, ayudando a Addie.