Narra Meredith
Elegimos la peor noche de todas para acordar que ninguno de nosotros pensaba quedarse en París. Addison está muy ilusionada, ni siquiera sus molestias, ni sus pies hinchados lograron quitarle el entusiasmo, eso me destruye, terminaremos arruinando toda su felicidad.
- ¡Mira! Amo este vestido, espero que mis pechos entren en él, quiero usarlo ésta noche - dijo, armando su atuendo para la cena.
- Te verás preciosa, te amo - dije, besando sus tiernos labios y saliendo a tomar un poco de aire de manera disimulada.
No puedo decírselo, ya se molestó demasiado al saber que ni Burke, ni Charlotte, ni Jake estarían con ella en su proyecto, fueron los únicos con el valor suficiente como para decirle la verdad y no terminó nada bien, les compró los pasajes ella misma y prácticamente los echó de París.
Por la noche, nos dirigimos a ese lujoso y prestigioso restaurante que requirió semanas de reservación anticipada para cenar, beberemos, comeremos, disfrutaremos y romperemos el corazón de mi novia.
Una vez allí, nos comentaron que podríamos tomar unas copas y recorrer el lugar hasta que estuviera nuestra comida, así que aproveché para salir a la terraza y tomar un poco de aire.
- Mer, los chicos y yo estuvimos hablando, ninguno de nosotros seguirá apoyando a Addison, al menos no en Francia, creemos que es muy arriesgado y debes decírselo antes de que cometa un grave error - dijo Mark, mientras yo intentaba disfrutar de la hermosa vista a la torre Eiffel.
- No seré yo la única que se lo diga, lo haremos juntos, dejen de actuar como un montón de cobardes - dije, viendo a Cristina y a Amelia de forma amenazante.
- Está bien, lo haremos juntos - prometió él, resignándose por fin.
A la hora de cenar, todo se sentía demasiado tenso, la única que conservaba esa alegría e inocencia era Addie...y Fran.
En uno de sus múltiples viajes a hacer pipí, aproveché para hablar con todos de una vez.
- Escuchen, cuando Addison regrese, ustedes le dirán que no quieren trabajar para ella y que renuncian, yo hablaré por mi parte, tampoco puedo seguir apoyándola por más que me duela- comenté, para que todos escucharan muy bien.
- Bien, también hay que decirle que todos nos iremos de regreso a Seattle en dos semanas, no podemos quedarnos en este lugar lleno de gente pretenciosa sólo por un trabajo que podría no salir del todo bien...es sólo un desastre planeado por una embarazada hormonal - agregó Cristina de una forma más fría y cruel de la que me hubiera gustado.
Entonces, un bolso con pequeños diamantes se estampó contra la mesa, haciéndonos voltear asustados hacia esa dirección...ella había escuchado todo.
- ¿Entonces eso es todo? ¿Nada de lo que hice fue suficiente? ¿Me abandonas y ya? ¿Todos se van? ¿Van a dejarme? - exclamó Addison, mirándonos a todos con angustia y desilusión, reteniendo su llanto hormonal con todas sus fuerzas.
- Addie, amor, nadie te está abandonando, estamos contigo, sólo que...no aquí - dije, queriendo poner algo de calma en toda la situación.
- No podemos mudar nuestra vida entera aquí, tienes que entenderlo - agregó Mark, apretando la mano de Lexie con amor.
- ¡No! No es justo, trabajé demasiado para poder tener ésta oportunidad, es una ciudad maravillosa, tendría mi propia clínica y a mis amigos trabajando a mi lado ¿Por qué todo el mundo me abandona? - dijo, empezando a llorar sin consuelo.
- Bebé, tus hormonas están muy alborotadas ahora, pimpollito, podemos hablarlo mañana, o cuando te sientas mejor - dije, acariciando su mano para que volviera a la silla, me asusta que pueda llegar a hiperventilarse.
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Destinadas // Meddison
FanfictionUn matrimonio abusivo, dos enamoradas y un largo camino para sanar. Ésta es probablemente la historia con más drama, pero a veces el drama es necesario para hacer la vida un poquito más interesante.