⇨ ᥫ᭡SENTIMIENTOS? ᥫ᭡⇦

353 26 7
                                    

-' ♡ '-✨ -' ♡ '-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-' ♡ '-✨ -' ♡ '-

-' ♡ '-✨ -' ♡ '-

-' ♡ '-✨ -' ♡ '-

-' ♡ '-✨ -' ♡ '-

-' ♡ '-✨ -' ♡ '-

-' ♡ '-✨ -' ♡ '-

-' ♡ '-✨ -' ♡ '-
Nunca imaginé que terminaría sintiendo algo así por Feli. Cuando nuestros padres se casaron, ella era solo una chica más, alguien con quien me tocó convivir. Los primeros meses fueron incómodos, con silencios y miradas esquivas. Pero con el tiempo, todo cambió. Empezamos a compartir momentos, como esas largas noches hablando hasta que el sol nos sorprendía en la ventana, o esos días lluviosos que pasábamos acurrucadas viendo películas.

Al principio, pensé que era normal sentirme tan unida a ella. Después de todo, éramos hermanastras y, aunque no compartíamos lazos de sangre, habíamos creado nuestra propia versión de una familia. Pero entonces, esas sensaciones empezaron a cambiar. Me di cuenta de que la buscaba en cada habitación, que mi corazón latía más rápido cuando ella me sonreía, que sentía celos irracionales cuando mencionaba a otras personas en sus conversaciones.

No podía entender lo que me pasaba. Era... ¿amor? ¿Cómo podía estar enamorada de mi hermanastra? Intenté convencerme de que era una fase, que esos sentimientos desaparecerían. Pero mientras más luchaba contra ellos, más fuertes se volvían. Decidí guardarlo para mí, enterrarlo en lo más profundo de mi ser. Era mejor así.

Un día, mientras estaba en mi habitación dibujando, Feli entró como un torbellino. Me asustó; rara vez entraba tan de golpe. Me miró con esos ojos brillantes que tanto amaba y supe que algo había pasado.

—¡Victoria, tengo algo que contarte! —me dijo, casi saltando de la emoción. Yo intenté sonreír, pero ya sentía una punzada de celos en el estómago.
—¿Qué pasa? —respondí, bajando mi lápiz y girándome hacia ella.

—Conocí a alguien. —Sus palabras golpearon como un martillo en mi pecho. Tragué saliva, tratando de mantener la compostura mientras ella continuaba—. Es una chica increíble. Hemos salido un par de veces y... —hizo una pausa, mordiéndose el labio inferior—. Me pidió que fuéramos novias, y acepté.

Intenté decir algo, algo que no sonara frío o distante, pero las palabras simplemente no salían. Me obligué a sonreír, pero sentí cómo mi rostro se quebraba. Feli no se dio cuenta, demasiado ocupada en su propia felicidad, describiendo a esta chica que, para mí, se convertía en la encarnación de todo lo que nunca podría ser.

—Me alegro por ti, Feli —fue lo único que pude murmurar.
Ella sonrió, esa sonrisa que me iluminaba el día, y salió de la habitación, dejándome allí, sola con mis pensamientos y un dolor tan profundo que apenas podía respirar.

A partir de ese día, todo cambió. No podía soportar estar cerca de ella, escuchar sus historias sobre su nueva novia, ver cómo brillaban sus ojos cuando hablaba de ella. Así que me alejé. Empecé a ignorarla, a encerrarme en mi propio mundo. Cuando me hablaba, fingía estar ocupada. Cuando quería pasar tiempo juntas, inventaba excusas para no estar en casa. Era lo único que podía hacer para protegerme, aunque en el proceso la estaba hiriendo.

One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora